Los resultados de Repsol suponen la mejor cifra de los últimos ocho años. Según la compañía, estas cifras están apoyadas por la “solidez de los negocios”, además de la “capacidad de adaptación e innovación de Repsol”. Así, los beneficios se elevaron hasta los 2.341 millones de euros.

De esa forma, representan un aumento del 10% con respecto a 2017, cuando los beneficios alcanzaron los 2.121 millones de euros. En cuanto al resultado neto ajustado, que hace referencia al negocio de la compañía, se elevó también un 10%, de modo que alcanzó los 2.352 millones de euros, mientras que el ebitda alcanzó los 7.513 millones de euros, con un aumento del 12%.

La compañía destaca la mejora del negocio de Upstream, que elevó sus resultados con respecto a 2017 gracias a “las medidas de eficiencia implantadas, los mayores volúmenes y la mejora relativa de los precios internacionales”.

En cuanto a la producción de hidrocarburos, Repsol mejoró sus datos en un 3%. En esta modalidad influyó la puesta en marcha de proyectos en Argelia, Trinidad y Tobago, Reino Unido, Malasia y Perú, además de los pozos que ha conectado en Estados Unidos.

En lo que respecta al negocio Downstream, se redujo en un 15%. Mientras que en 2017 el resultado de este segmento alcanzó los 1.877 millones de euros, este 2018 la cifra se redujo a 1.583 millones.

Durante el pasado año también se produjo la salida de Naturgy, que tuvo una importante influencia en la reducción de deuda de Repsol. Prácticamente se reduce a la mitad, dado que a finales de 2018 la deuda alcanzaba los 3.439 millones de euros, mientras que en 2017 esa cifra se elevaba a los 6.267 millones.

POLÍTICA DE DIVIDENDOS

Estos resultados apoyan la política de dividendos de la entidad y sus planes estratégicos. Repsol quiere incrementar el dividendo hasta el euro por acción, si bien también plantea realizar una recompra de las acciones emitidas en el plan denominado “Repsol Dividendo Flexible”.