La consolidación del teletrabajo a causa de la pandemia ha replanteado en más de una familia la posibilidad de irse a vivir al pueblo. Estos entornos ofrecen casas más grandes a precio de ganga y son promocionados como espacios con mayor calidad de vida. Sin embargo, esta opción tan deseada por muchos para comenzar una […]
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| 01 feb 2021
La consolidación del teletrabajo a causa de la pandemia ha replanteado en más de una familia la posibilidad de irse a vivir al pueblo. Estos entornos ofrecen casas más grandes a precio de ganga y son promocionados como espacios con mayor calidad de vida. Sin embargo, esta opción tan deseada por muchos para comenzar una nueva aventura alejados del ruido de las ciudades pone en evidencia las carencias que sufre la España Vacía. La sangría demográfica experimentada desde hace décadas y acentuada en los últimos años ha dejado a algunas zonas del país abandonadas a su suerte en lo que a conexión a Internet y prestación de servicios de todo tipo se refiere.
Con este telón de fondo, los habitantes de la comarca burgalesa de Sierra de la Demanda, lejos de resignarse “a un futuro de segunda” ante el fenómeno de la despoblación, han decidido ponerse manos a la obra e impulsar ‘El Valle Digital’. Esta “iniciativa única” persigue unir todo el talento local, tanto el que reside allí como el que se ha tenido que marchar en busca de oportunidades laborales, con el objetivo de llevar a cabo medidas que fomenten el desarrollo económico regional.
Con el apoyo de los fondos europeos Leader, el grupo de Acción Local Sierra de la Demanda (Agalsa) y la compañía tecnológica CiBUC, el proyecto surgió hace más de un año por parte de la sociedad civil y ha movilizado a personas de 130 municipios diferentes “para conseguir pequeños avances que animen a la gente a enraizarse en su tierra y a captar nuevos habitantes”.
Hasta la fecha, se han inscrito 650 voluntarios con perfiles muy variados que van desde emprendedores, economistas, ingenieros, abogados, profesores, artesanos o arquitectos con una misma finalidad: aportar su experiencia y talento en la tierra que los ha visto crecer. Para ello, en los últimos meses han desarrollado procesos de puesta en común de ideas a través de formularios y reuniones telemáticas en las que han prosperado una gran cantidad de ideas de negocio.
Después de examinarlas, han formado diez grupos temáticos que han apostado por sacar adelante 33 propuestas, aunque muchas de ellas acabarán uniéndose al guardar relación. Por poner un ejemplo, estas abarcan desde la creación de una aplicación que registre en un mapa todos los recursos disponibles en cada pueblo, hasta crear una ‘factoría digital’ para que empresas autóctonas y foráneas se sumen a la transformación digital. De manera paralela, también se ha puesto sobre la mesa la demanda creciente de segundas residencias alejadas de las grandes urbes a causa de la proliferación del trabajo en remoto, así como varios proyectos relacionados con la formación, la recuperación de espacios abandonados para coworking y un marketplace para productos del terreno.
Hasta el momento, cuentan con el respaldo de la Fundación Caja de Burgos, la Junta de Castilla y León, las dos universidades locales, el grupo PSA, la tecnología americana ESRI y la multinacional española de telecomunicaciones Telefónica, que está acelerando su plan de despliegue de fibra en la zona y será la socia tecnológica de ‘El Valle Digital’.