Una sociedad sin efectivo podría estar más cerca que nunca. Esta es la principal conclusión del último Informe Europeo de Pagos de Intrum, donde también se afirma que el 75% de las entidades españoles prevé que en un máximo de una década el dinero físico apenas tendrá presencia en el mercado. El 5% de las […]
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| 14 sep 2021
Una sociedad sin efectivo podría estar más cerca que nunca. Esta es la principal conclusión del último Informe Europeo de Pagos de Intrum, donde también se afirma que el 75% de las entidades españoles prevé que en un máximo de una década el dinero físico apenas tendrá presencia en el mercado. El 5% de las compañías se muestran más optimistas al considerar que esto ocurrirá en los próximos dos años, mientras que para el 25% se trata de una transición difícil de alcanzar y esto sucederá más adelante o, incluso, nunca.
Atendiendo al marco europeo, la media del continente coincide con el porcentaje español (75%). Además, las conclusiones en los 29 países analizados son similares e impera de forma generalizada la “creencia” de la desaparición del dinero en efectivo durante los próximos diez años. Principalmente destacan los datos de Rumanía (82%), Bulgaria (81%) y Alemania (79%), “donde un alto porcentaje de empresas realizan esta estimación”, explican. Por su parte, Reino Unido (75%), Francia (76%) o Italia (77%) han obtenido datos similares a España. Y en el lado contrario de la balanza se encuentran estados como Portugal (72%), Bosnia (71%) o Croacia (68%).
Unido a esto, los datos reflejados en el documento muestran que, a lo largo de los últimos tiempos, los consumidores han modificado su comportamiento a la hora de realizar sus pagos y, ahora, muchos prefieren hacer sus compras a través de herramientas digitales. Además, el estudio también muestra dos de las principales causas que han acelerado este proceso: la pandemia y la progresiva desaparición de oficinas bancarias y cajeros.
En relación con la primera, la crisis sanitaria ha provocado que “un gran número de entidades haya optado por reforzar sus herramientas de pago vía online para facilitar a sus clientes la adquisición de productos o servicios, mitigando así el riesgo de caída de la demanda”. Para el 46% de las entidades españolas encuestadas, el auge de los métodos digitales está motivando la llegada de una sociedad sin efectivo, indican.
Por su parte, la disminución del número de oficinas bancarias y de puntos de acceso a efectivo no comenzó a raíz de la emergencia sanitaria, sino que se ha ido produciendo a lo largo de los últimos años. Esto representa un motivo más que refuerza la previsión citada anteriormente. Así, otro dato que también señala un estudio reciente del Banco de España, facilitado por Intrum, detalla que, en la última década, el número de oficinas bancarias se ha reducido cerca del 50% y el total de cajeros automáticos un 20%, provocando que “alrededor de 1,3 millones de personas se encuentren en una situación complicada para obtener dinero físico”.
Los beneficios de la llegada de una sociedad sin efectivo se pueden agrupar en tres grupos. El ahorro de costes, la facilidad de la gestión financiera y la reducción de la huella medioambiental, gracias al menor gasto de recursos y papel. No obstante, las consecuencias negativas también son visibles. Tal y como informa Intrum, sobresalen, principalmente, “el incremento del ciberdelito, el gasto excesivo y el aumento de la exclusión social”.
Además, en esta línea, la compañía recalca otra preocupación a tener en cuenta y que está relacionada con las empresas, ya que también supone una mayor amenaza para los minoristas. Ante este escenario, la mitad de las compañías interrogadas en España cree que las pequeñas organizaciones podrían tener dificultades para sobrevivir “si no pueden hacer negocios con monedas y billetes físicos”, matiza el informe.
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