Hogarizar los espacios que nos rodean. Una premisa que se ha trasladado a todos los ámbitos de la vida cotidiana y, en especial, al ámbito laboral. Del inglés coworking, estos lugares se caracterizan por ser cada vez más abiertos y dinámicos con todo lo necesario para recrear un ambiente de trabajo propio del siglo XXI. […]
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| 19 mar 2019
Hogarizar los espacios que nos rodean. Una premisa que se ha trasladado a todos los ámbitos de la vida cotidiana y, en especial, al ámbito laboral. Del inglés coworking, estos lugares se caracterizan por ser cada vez más abiertos y dinámicos con todo lo necesario para recrear un ambiente de trabajo propio del siglo XXI. Este término bautizado en castellano como espacios flexibles comenzó a funcionar en España en el año 2000. Aunque no fue hasta el 2014 cuando empezó a ganar peso, coincidiendo con la recuperación económica.
Según datos recabados por Utopicus, la plataforma de coworking participada por la inmobiliaria Colonial, Madrid y Barcelona suman un total de 150.000 metros cuadrados destinados a espacios flexibles, lo que representa alrededor del 1% del mercado total de oficinas. Precisamente los dos núcleos más importantes a nivel nacional. Y la previsión de los expertos es que vaya ganando terreno, hasta alcanzar entre el 5% y el 10% del mercado total.
Pese a ello, en una comparativa a escala europea, estas ciudades aún presentan un amplio margen de recorrido. El estudio ‘European Flexible Office Spolight‘ elaborado por Savills Aguirre Newman y Workthere sitúa a estas dos ciudades en los puestos doce (Barcelona) y trece (Madrid) del ranking, lejos todavía de Londres, París o Berlín que suponen una referencia para este mercado.
Si bien este tipo de inmuebles cuentan con un tipo de perfil muy variado, éste va ganando cada vez más adeptos del ecosistema emprendedor como startups, trabajadores autónomos o freelance. Una situación que abre la veda a un potente oportunidad para este colectivo. Entre sus principales ventajas se encuentran el acceso a todas las instalaciones a un precio más económico, así como la posibilidad de adaptarse a las circunstancias de la empresa en todo momento.
Un escenario que ha provocado que empresas del sector inmobiliario se sientan atraídas por este tipo de negocios. En este sentido, el punto de partida podría situarse en el año 2017 cuando Merlin Properties entró en el mundo del espacio flexible con una participación en Loom House. Firma junto a la que posteriormente creó Twisttt.
Mientras que en Barcelona las zonas más reclamadas para este tipo de productos son Poblenou, Gràcia o 22@, en el caso de Madrid los espacios se encuentran más repartidos, extendiéndose a ciudades aledañas como Alcorcón, Móstoles, Las Rozas y Tres Cantos, con el centro como punto focal. Precisamente esta semana Utopicus ha estrenado Gran Vía Cibeles, un centro de coworking situado en pleno corazón de la capital y que aspira a convertirse en el buque insignia de la firma.