Motivos aparte, el número de jóvenes en España que se decanta por emprender es cada vez menor. Una tendencia que comenzó durante la crisis económica y que se ha cronificado a lo largo de la última década. Según datos de la Unión de autónomos Uatae, a cierre de 2018 el número de trabajadores por cuenta […]
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| 04 jun 2019
Motivos aparte, el número de jóvenes en España que se decanta por emprender es cada vez menor. Una tendencia que comenzó durante la crisis económica y que se ha cronificado a lo largo de la última década. Según datos de la Unión de autónomos Uatae, a cierre de 2018 el número de trabajadores por cuenta propia menores de 30 años se situó en los 257.394 personas, con un ligero descenso del 0,7% con respecto al año anterior.
“Los jóvenes identifican el trabajo autónomo con falta de protección, dificultades de financiación y una mayor carga de trabajo por una menor retribución”, sostiene la secretaria general de Uatae, María José Landaburu. En este sentido, las cifras dejan entrever un goteo constante e ininterrumpido que tiene su origen en la crisis económica. Desde el año 2007, la cantidad de personas menores de 30 años que se decanta por la actividad emprendedora se ha reducido en 175.304 personas, un 40,55% menos.
Falta de capital o la imposibilidad de compaginar el negocio puesto en marcha con otras actividades por cuenta ajena, lo cierto es que el porcentaje de afiliados al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) ha descendido casi a la mitad a lo largo de estos diez años. Este colectivo ha pasado de representar el 13,7% de la fuerza emprendedora en 2007 al 7,9% a finales de 2018. “Se vende una idea de emprendimiento que no muestra la variedad y realidad en el trabajo autónomo y se sigue insistiendo en medidas de buen espíritu pero que vemos que no funcionan, como la tarifa plana”, remarca Landaburu, quien también ve necesaria la creación de un banco de financiación de talento, entre otras medidas.
A la citada bajada a la que hay que añadir otros problemas como la brecha de género. A pesar de los avances llevados a cabo en materia de igualdad de género, el 63,2% de los trabajadores autónomos menores de 30 años es hombre frente al 36,8% de mujeres.
A tenor de los datos recabados por Uatae, si bien ellas son menos proclives a lanzar un negocio, sus experiencias como emprendedoras son más largas y estables. De ahí que el descenso experimentado a lo largo de estos últimos años haya sido más acusado entre los varones (-45,2%) que entre las mujeres (-30,3%).