Trece días. Eso es lo que tarda un emprendedor en constituir una pequeña o mediana empresa. Una cifra que puede traducirse en casi dos semanas o medio mes y que sitúa a España entre los países de la Unión Europea donde más se tarda en montar un negocio. Según los datos publicados por la entidad […]
PYMESDirigentes Digital
| 04 jul 2019
Trece días. Eso es lo que tarda un emprendedor en constituir una pequeña o mediana empresa. Una cifra que puede traducirse en casi dos semanas o medio mes y que sitúa a España entre los países de la Unión Europea donde más se tarda en montar un negocio.
Según los datos publicados por la entidad digital Self Bank y extraídos del informe ‘Doing Business’ que elabora el Banco Mundial, España ocupa la posición número 85 en este sentido, lo que agrava la diferencia entre éste y el resto de países vecinos. En Dinamarca, por ejemplo, un autónomo necesita solamente tres días para realizar los trámites pertinentes para poner en marcha su proyecto. Le siguen Francia y Estonia (3,5 días) o Portugal (4,5 días) que alcanzan cotas muy inferiores a los 8,3 días de media de los países de la OCDE.
Un proceso que muestra cómo la burocracia puede llegar a convertirse en un verdadero quebradero de cabeza para el emprendedor. Si a eso se le añaden los obstáculos que tienen que atravesar para acceder a las grandes inversiones, retener talento u obtener financiación se obtiene la receta que, según los expertos, aboca a una compañía de estas características al apocalipsis.
De hecho, la supervivencia es uno de los principales problemas que enfrenta la pequeña empresa en España con una de las tasas más bajas. Apenas cuatro de cada diez sigue en funcionamiento cinco años después de su puesta en marcha. En este sentido, el informe alerta de que esta situación deriva de que los emprendedores lanzan el proyecto por necesidad, ya que lo ven como una manera de conseguir trabajo, pero sin poseer la formación, la experiencia o los contactos adecuados.
Otra de las principales conclusiones que llaman la atención es la cantidad de compañías con menos de 250 trabajadores que no dispone de Internet y que llega a alcanzar casi un millón. Si se tiene en cuenta que el número de pymes en España rozan los 2,9 millones, esto supone decir que casi una tercera parte de ellas aún no está conectada a Internet. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) un 27% de las microempresas, es decir, aquellas que tienen menos de 10 empleados no disponen tan siquiera de ordenadores. “Esta falta de equipamiento redunda en la productividad, ya que, a falta de maquinaria y equipos de procesamiento, el rendimiento y la productividad por empleado es menor”, aseveran.
Al analizar el segmento de aquellas con más de nueve empleados, Self Bank destaca que solo la mitad utiliza las redes sociales para promocionarse, mientras que un 80% dispone de página web propia y un 20% de tienda online.
Por último, otra dificultad añadida que encaran se encuentra relacionada con el tema económico. Al tratarse de compañías tan pequeñas, cualquier tipo de impago o el retraso en los pagos -que la ley contempla en 60 días, pero la práctica arroja que es más elevado- resiente de manera considerable a las cuentas financieras de la pyme.