En un país tan bancarizado como España, el endurecimiento de las condiciones para acceder al crédito durante la crisis, se ha convertido en uno de los principales hándicaps para su competitividad. Un hecho que no solo ha avivado la imaginación, sino que además, ha dado lugar a la proliferación de prácticas alternativas de financiación, hasta […]
PYMESDirigentes Digital
| 29 may 2019
En un país tan bancarizado como España, el endurecimiento de las condiciones para acceder al crédito durante la crisis, se ha convertido en uno de los principales hándicaps para su competitividad. Un hecho que no solo ha avivado la imaginación, sino que además, ha dado lugar a la proliferación de prácticas alternativas de financiación, hasta la fecha, poco usuales en España.
Según el informe ‘Análisis estratégico para el desarrollo de la pyme en España’, elaborado por Cepyme, más del 95% de las pequeñas y medianas empresas que recurrieron a las entidades de crédito para ejecutar su proyecto lo consiguieron. Sin embargo, esta tendencia se ha producido en un contexto marcado por la proliferación de nuevas vías y, cada vez, son más las pymes que recurren a diferentes alternativas.
Pese a estos favorables datos, las perspectivas de cara a los próximos dos años se tornan menos halagüeñas. La última encuesta sobre el acceso a la financiación realizada por la Comisión Europea en colaboración con el Banco Central Europeo (BCE), arroja que casi el 70% de las empresas españolas percibe obstáculos a la hora de pedir financiación, muy por encima de la media europea. A nivel nacional,el estudio, donde se evalúa a empresas procedentes de 28 países miembros, incide en que una de cada cuatro pymes en España, necesitará más de 250.000 euros de financiación durante el siguiente bienio.
“Hasta la llegada de las plataformas de préstamos, las empresas que facturaban por debajo de los 30 millones de euros solo podían acceder a los préstamos bancarios, y es evidente que es necesario contar con un complemento”, sostiene el CEO de October España, Grégoire de Lestapis. Precisamente, esta firma, dedicada a la financiación para las pequeñas y medianas empresas ha elaborado una guía donde explican los diferentes tipos de financiación crowd. Desde DIRIGENTES hemos recopilado las principales características que reúnen cada uno de estos conceptos y en qué casos recurrir a ellos.
CROWDFUNDING
Del inglés ‘crowd’, que significa multitud y ‘funding’, traducido al castellano como fondos o financiación, esta práctica consiste en la aportación económica a una iniciativa. October hace dos tipos de distinciones: las dirigidas a causas sociales -en las que la donación se realiza para una causa en concreto y sin ánimo de lucro– y las de recompensa, que financian proyectos como, por ejemplo, una película, y a cambio se obtiene una recompensa por ello con el objetivo de agradecer de manera pública su participación. Por regla general, este último es el más habitual entre startups y pymes.
CROWDLENDING
Tal y como su etimología indica, se trata de una práctica pensada para que las empresas puedan financiarse a sí mismas a través de un gran número de personas que prestan dinero a dicha iniciativa a cambio de un rendimiento financiero cambio de un “rendimiento financiero estipulado en un contrato de préstamo”, remar. Enfocado a empresas y pymes, entre las principales ventajas que los expertos ven en el ‘crowdlending’ se encuentra la posibilidad de servir como complemento a la financiación bancaria.
CROWDEQUITY
Éste se caracteriza por ser un modelo híbrido entre los dos anteriores que combina el ‘crowdfunding’ con el capital riesgo. Las personas invierten directamente en el capital de la empresa, pyme o startup y pasan así a ser accionistas de la misma, lo que le permite involucrarse en el proyecto y seguir cada paso de su desarrollo. Está pensado para aquellos proyectos que buscan crecer y necesitan despegar.