En 2020 se espera un dólar más débil, ¿en qué influye?

El dólar lleva fortaleciéndose dos años frente a las principales monedas, como es el caso del euro. Actualmente está cerca de volver a los máximos registrados en 2017, después de mostrar un debilitamiento en 2018. En estos momentos, el billete verde está más fuerte que en la media registrada en esta última década y eso ha provocado algunos cambios en el mercado, como la mayor dificultad para los mercados emergentes, que dependen de esta divisa.

Sin embargo, son varios los expertos que apuntan a que el dólar estadounidense podría devaluarse en 2020. Aunque tampoco hay que olvidar que “la demanda de refugio seguro se mantiene viva y es una fuente potencial de demanda de dólares”, señalan desde Monex Europe. Pese a ello, en las perspectivas para el nuevo año, la compañía de cambio de divisas, prevé un fortalecimiento del euro frente al dólar y debilitamiento de esta divisa frente a otras monedas.

El escenario principal parece claro: un dólar más débil el próximo año. La siguiente pregunta que cabe hacerse es cómo puede influir esto en los mercados y en la economía.

“Puede que no parezca obvio que un dólar estadounidense más débil sea el medio para estimular la actividad económica pues, en la mayoría de los casos de devaluación de la moneda, el país devaluador se beneficia de unas exportaciones más competitivas, pero a expensas de sus socios comerciales. Sin embargo, el dólar estadounidense es una excepción a esta regla”, comenta Bob Jolly, director de macroeconomía global de Schroders.

Un dólar más débil influye en el precio de las materias primas, por ejemplo, que verán como sus precios suben. Algo de lo que se pueden beneficiar los productores y exportadores. “Por otro lado, muchos mercados emergentes emiten cantidades considerables de deuda denominada en dólares estadounidenses. La fortaleza del dólar empuja al alza el coste de esta deuda. La correspondiente debilidad de las monedas de los mercados emergentes hace que sea más caro para los países emergentes comprar los dólares estadounidenses que necesitan para hacer frente a los pagos de los bonos”, apunta Jolly. Por tanto, un debilitamiento del billete verde beneficiaría a los emergentes.

Alrededor del 80% de la financiación del comercio internacional está denominada en dólares estadounidenses. Cuando el dólar está débil, los préstamos aumentan más rápidamente, lo que facilita el comercio, pero cuando el dólar se encarece, los préstamos y el comercio crecen más lentamente o se contraen. “Un dólar debilitado, por tanto, podría engrasar las ruedas del comercio mundial y, por extensión, dar un importante impulso al crecimiento global”, sostiene el director de macroeconomía de Schroders.

“Sin un debilitamiento del dólar estadounidense y el correspondiente repunte del crecimiento, es probable que el consumidor global reduzca su gasto. Además, las empresas tendrán que considerar la posibilidad de reducir sus costes, lo que implicaría una reducción de la mano de obra y un aumento del desempleo”, concluye el experto.

2019-12-26 07:24:52

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