La SEC, el organismo regulador bursátil de Estados Unidos, presentó ayer una propuesta tildada como “histórica” por muchos para la regulación de las empresas cotizadas y sus riesgos relacionados con el cambio climático, a la par que para hacer frente al temido greenwashing. Se trata por tanto del borrador de una norma de la Comisión […]
La SEC, el organismo regulador bursátil de Estados Unidos, presentó ayer una propuesta tildada como “histórica” por muchos para la regulación de las empresas cotizadas y sus riesgos relacionados con el cambio climático, a la par que para hacer frente al temido greenwashing.
Se trata por tanto del borrador de una norma de la Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos, que exigiría a las cotizadas de la potencia que revelen sus riesgos relacionados con el clima y las emisiones de gases de efecto invernadero.
Así, el borrador de la propuesta se someterá a los comentarios del público y es probable que se finalice a finales de este año.
La administración Biden estaría tratando así de hacer frente a los riesgos financieros generados por el aumento global de las temperaturas.
El objetivo, según el regulador, es el de ayudar a los inversores a comprender de una manera mejor y más completa, cómo afectará el cambio climático a las empresas en las que invierten.
Tal y como señala Antonio Castelo, Analista de iBroker.es, “el resultado de este borrador, que no va a ser a corto plazo, ayudará a los inversores a los inversores tanto a comprender mejor cómo afectará el cambio climático a las empresas en las que invierten y como estas empresas influyen en el medio ambiente”.
“Por el momento creo que se trata de algo que va a aumentar la carga de informes que tienen que presentar las empresas estadounidenses y que a corto plazo va a tener muy poca utilidad, salvo generar argumentos a la Administración para establecer un nuevo impuesto al carbono”, matiza Castelo.
Tal y como indica el Wall Street Journal y se hacen eco desde la agencia Reuters, las principales exigencias del borrador o futura normativa es que las empresas deben revelar sus propias emisiones directas e indirectas de gases de efecto invernadero, (conocidas como emisiones de alcance 1 y 2, respectivamente) así como aquellas generadas por proveedores y socios, (las emisiones de alcance 3, si estas son significativas. Este último requisito incluirá excepciones en función del tamaño de la empresa y se introducirá gradualmente.
En términos más generales, deben revelar los “impactos materiales reales o probables” que los riesgos relacionados con el clima tendrán en el negocio, la estrategia y las perspectivas de la empresa, lo que podría incluir riesgos físicos así como nuevas regulaciones como un impuesto sobre el carbono, concreta la agencia.
“Entre los requisitos que marca la SEC en el borrador, las empresas deben comunicar sus emisiones, directas e indirectas, de gases de efecto invernadero así como las generadas por proveedores y socios.También deberán informar de la estrategia y las perspectivas de la empresa al respecto”, recalca el experto de iBroker.
Para la SEC, y en palabras de su presidente Gargy Gensler, la norma responde a la demanda de los inversores de información coherente y comparable sobre los riesgos relacionados con el clima que puedan afectar a los resultados financieros de una empresa, e hico hincapié en que tanto las empresas como los inversores “se beneficiarían de unas reglas de juego claras”.
Ante la polémica que se espera de la propuesta reguladora y de carácter exigente, la SEC dedicó la semana pasada a apuntalar el borrador contra posibles impugnaciones legales, especialmente por parte de los grupos de presión del petróleo y el gas, según dijeron seis fuentes a Reuters.
Los expertos apuntan que la SEC, sin embargo, tiene suficientes argumentos para la presentación de la norma debido a que pese a que los inversores cada vez están más interesados en la inversión responsable, la información que la rodea no está clara.
“No creo que nadie que considere las pruebas con imparcialidad pueda tener la más mínima duda de que los inversores han exigido la divulgación”, dijo John Coates, un profesor de la Universidad de Harvard a Reuters.
“Hasta ahora muy pocas empresas de las que dan datos al respecto, facilitan una cuantificación del impacto monetario, producido en cuentas de pérdidas y ganancias ambientales o totales”, aclara Castelo, para concretar: “La mayoría de las empresas miden actividades en lugar de impactos y dichos impactos no se valoran ni integran en los estados contables para ilustrar sus implicaciones de valor”
Y es que los datos que apoyan esta tesis de interés inversor sobre los riesgos climáticos ya los señalan múltiples estudios.
Uno de ellos es el presentados ayer por Robeco, ‘Encuesta Anual sobre el Clima’, realizada a 300 de los mayores inversores institucionales y mayoristas de Europa, Norteamérica y Asia-Pacífico, representativos de alrededor de 23,7 billones de dólares gestionados, pone de manifiesto que el 75% por ciento de ellos ya consideran al medio ambiente un factor clave y decisivo a la hora de realizar sus inversiones.
Otro de los puntos fundamentales que indica el estudio es que el compromiso de lograr cero emisiones netas se ha generalizado. Casi la mitad de los inversores han adquirido el compromiso público de lograr cero emisiones netas de gases con efecto invernadero en su cartera de inversión para 2050, o están en vías de ello. Solo el 11% de los inversores norteamericanos se han comprometido con la cero emisiones netas, por detrás de sus homólogos de Europa (40%) y Asia-Pacífico (31%). Entre los resultados de la encuesta llama la atención la creciente predisposición de los inversores a desinvertir de empresas de petróleo y gas que utilizan combustibles fósiles en los dos próximos años, que se ha doblado del 11% al 22%.
Por otra parte, la encuesta hace hincapié en que hay también un mayor interés de los inversores por tener un impacto en el mundo real.
El cambio climático es ya un factor decisivo para el 75% de los inversores
El difícil equilibrio entre SFDR y MIFID, las claves de la regulación ESG en 2022
El patrimonio de Fondos nacionales ESG alcanzó el 20,3% del total a final de 2021