Tras media década de tipos de interés a la baja, la economía de los hogares occidentales parece haberse recuperado, y también su apetito por el crédito. La estabilidad en los mercados, el progresivo aumento de los salarios y las tasas de interés negativas han reducido la aversión de las familias por el endeudamiento. Este fenómeno se ha dado en mayor medida en las economías más fuertes, donde la salida de la recesión llegó antes que al resto. Son los casos de Estados Unidos y Reino Unido, donde los hogares mantienen niveles de endeudamiento cercanos al volumen total de su PIB. En concreto, el pasivo de las familias estadounidenses alcanzó el 78,8% de su producto interior al cierre del segundo trimestre de 2016, según los últimos datos del Bank of International Settlements (BIS). El apetito por el crédito de los norteamericanos se ha mantenido constante a pesar de las subidas en los tipos (en diciembre de 2015 y en diciembre de 2016 hasta el 0,5%), impulsado por la subida estable de los salarios (+3,52% en noviembre) y de los ingresos personales disponibles (riqueza neta de las familias), los cuales han crecido casi un 42% en el último año, hasta los 13,3 billones de euros. En Reino Unido la tasa fue superior, alcanzando el 87,6% del PIB durante es segundo trimestre. La reducción del precio del dinero a mínimos históricos (0,25%) ha tenido un impacto directo sobre la demanda de crédito de los hogares. Tampoco el «Brexit» ha disminuido el apetito de las familias británicas. De hecho, el crédito al consumo experimentó un incremento del 10,14% entre julio y noviembre, hasta alcanzar los 224.700 millones de euros, volúmenes propios de los años previos a la crisis. La buena marcha de la economía también ha influido en la reducción del temor al endeudamiento: con un incremento salarial del 2,8% en el tercer trimestre y la riqueza neta disponible tocando máximos históricos en el segundo trimestre (364.000 millones de euros). La situación en la zona euro es muy diferente. A pesar de los tipos negativos, el Banco Central Europeo (BCE) no ha conseguido reactivar la demanda de crédito. El endeudamiento de los hogares en la eurozona se situó en el 58,9% del PIB durante el segundo trimestre de 2016. La aversión al riesgo de las familias es aún más acentuada en aquellos países que han experimentado problemas de solvencia con su sistema financiero, como en el caso de Italia, que registró un mínimo del 41,8%. Francia y Alemania también se situaron por debajo de la media, con un 56,7% y un 53,4%, respectivamente. Sin embargo, la tasa de endeudamiento de las familias en España sobre el PIB se situó ligeramente por encima del resto, hasta alcanzar el 66,7%.
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