Facebook, la red social por antonomasia, presentó este miércoles sus resultados del ejercicio 2017, en el que su beneficio se incrementó un 56% interanual hasta rondar los 16.000 millones de dólares, mientras que su facturación aumentó un 47% respecto a 2016, superando los 40.000 millones. Del mismo modo, también han crecido un 14% tanto sus usuarios activos diarios (1.400 millones de personas) como los que se conectan al menos una vez al mes (2.129 millones), impulsados por su crecimiento en Asia, Latinoamérica y Oceanía y las alzas menores registradas en Europa, que compensaron su retroceso en EEUU y Canadá. A pesar de esta mejora sustancial, las acciones de la compañía fundada por Mark Zuckerberg cayeron más de un 4% en el Nasdaq durante la presentación de sus cuentas anuales, aunque recuperaron posteriormente un 1,3% en el mercado afterhours. El motivo, la reducción del tiempo que pasan conectados los usuarios a la red social, un 5% menos que en 2016. Ese tanto por ciento puede parecer escaso, pero se traduce en una reducción del tiempo de conexión de 50 millones de horas diarias respecto a 2016, que supone 2 minutos menos al día por persona y puede señalar una pérdida de interés de sus usuarios, que comparte con otras redes sociales más específicas como Twitter, Pinterest o Instagram, que pertenece a Facebook al igual que Whatsapp. El propio Zuckerberg ha salido al paso de esta información con un comunicado, en el que ha atribuido la caída del tiempo de conexión a la red a los últimos cambios emprendidos en su newsfeed, el tablero en el que van apareciendo las publicaciones recientes de amigos y familiares del usuario, pero también de marcas o medios de comunicación. Las modificaciones en el algoritmo que define qué actualizaciones se muestran en el feed buscan, en palabras de Zuckerberg «asegurarse de que el tiempo de las personas esté bien invertido”, reduciendo el número de vídeos o noticias virales, de publicaciones patrocinadas y de anuncios publicitarios que se muestran. Los cambios en el feed buscan mejorar la experiencia del usuario y, al mismo tiempo, responder a las críticas recibidas por su impacto social a lo largo de 2017, un año marcado por el escándalo de las posibles injerencias rusas en las elecciones presidenciales en EEUU y otros países a través de la difusión de propaganda y fake news a través, entre otros, de Facebook. El fundador de la red social ha asegurado que estos cambios ayudarán a que, en 2018 «no sólo sea divertido usar Facebook, sino también beneficios para el bienestar de la gente y de la sociedad«, aunque sea a costa de una de sus principales fuentes de ingresos, la publicidad. Sin embargo, pese a las modificaciones de su feed, la red social no ha perdido el apoyo de las marcas anunciantes, que han aumentado un 49% hasta los 12.780 millones de dólares, impulsados por la publicidad en smartphones, que supone un 89% del total facturado. Además, aunque se reduzca el tiempo activo, su base social no deja de aumentar, salvo en EEUU y Canadá, un retroceso que la compañía atribuye a que «ya domina ambos mercados». De hecho, como muestran los datos de Statista, Facebook cuenta con tantos usuarios activos mensualmente como el resto de redes sociales juntas. 
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