La diversificación de la cartera es fundamental a la hora de minimizar los riesgos. Por eso, son muchos los inversores que buscan fondos que les puedan aportar otros rasgos al portafolio y así minimizar las caídas y maximizar la rentabilidad. Más allá de los fondos más clásicos como son los de renta variable, renta fija, […]
La diversificación de la cartera es fundamental a la hora de minimizar los riesgos. Por eso, son muchos los inversores que buscan fondos que les puedan aportar otros rasgos al portafolio y así minimizar las caídas y maximizar la rentabilidad. Más allá de los fondos más clásicos como son los de renta variable, renta fija, monetarios o mixtos, entran en escena los fondos multiactivos y los fondos alternativos.
Los primeros de ellos son más parecidos a los tradicionales fondos mixtos, solo que además de poder combinar la renta fija y la renta variable también pueden incluir REITS – similares a las Socimis españolas – divisas e instrumentos derivados. Por tanto, son un producto que deja margen al gestor para estar más diversificado, ya que además de permitirle añadir más activos, también le permite combinar exposición a diferentes regiones.
En el caso de los fondos alternativos, dentro de la categoría se pueden encontrar desde los hedge funds hasta los fondos de inversión inmobiliarios. Este tipo de fondos son más ilíquidos y menos transparentes porque se les permite más libertad operativa. Pero, a su vez, son fondos que tienden a estar descorrelacionados con el mercado, por lo que aportan a la cartera un añadido a la hora de controlar los riesgos no sistémicos.
Una vez que se conocen, a grandes rasgos, las diferencias entre ambos tipos de fondos y lo que pueden aportar a un portafolio, cabe preguntarse cuál de ellos puede funcionar mejor en este 2022 con el contexto económico que se presenta. “2022 se postula como un año sin precedentes en la historia como hemos indicado en nuestro Global Outlook de BlackRock para el año entrante, donde los inversores deberán ser especialmente selectivos y construir carteras más diversificadas y preparadas para navegar cualquier escenario. Las estrategias multiactivo, pueden ser una opción apropiada para incluir en cartera y así lograr una exposición a múltiples fuentes de rentabilidad”, señala André Themudo, responsable del negocio de distribución para BlackRock en España, Portugal y Andorra.
Tal y como indica Themudo, 2022 tiene unas características que hacen de este año algo especial. Es un año con una inflación más elevada que en cursos anteriores, con los bancos centrales retirando estímulos e incluso subiendo los tipos de interés, con pocas oportunidades en la renta fija y con más volatilidad de la habitual en la renta variable. Eso sí, debido a los niveles de inflación, que en 2021 acabaron en máximos de los últimos 40 años, los inversores se ven, casi en la obligación, de estar invertidos para poder mantener su poder adquisitivo.
“Teniendo este escenario en cuenta, creemos que no es el momento de hacer grandes apuestas a nivel macroeconómico y que los inversores deberían diversificar más que nunca las fuentes de riesgo. Esto implica que la combinación tradicional de renta variable y renta fija no sea suficiente para lograr la diversificación y la flexibilidad necesaria para hacer frente a los retos actuales”, explica Borja Fernández, director de cuentas de Schroders. Por eso, el experto señala que los fondos multiactivos se pueden convertir en una herramienta “útil” para cumplir con nuestros objetivos de rentabilidad.
“En caso de una corrección del mercado de renta variable o de una ampliación más pronunciada de los diferenciales, un fondo multiactivo equilibrado probablemente lo hará mejor que la alternativa de fondos de renta variable pura o de bonos de alto rendimiento”, añade Tilo Wannow, gestor del fondo ODDO BHF Polaris Balanced.
Si bien los fondos multiactivos pueden aportar ese plus de diversifcación, tan necesario en un escenario tan complejo como el que se espera en 2022, los fondos alternativos también pueden ser una herramienta interesante para utilizar en la cartera. “Los fondos alternativos líquidos van a poder oferecernos una descorrelación con el mercado, y ser capaces de generar rentabilidad independientemente del sentido del mercado. Estrategias long-short por ejemplo, con un libro largo y corto, permiten al gestor generar alfa cuando el mercado sube, y también cuando el mercado cae. Además, los fondos alternativos recogen un universo de inversión variado y separado del mercado corriente”, explica el responsable del negocio de distribución para BlackRock en España, Portugal y Andorra.
Esta pregunta es importante a la hora de seleccionar uno u otro fondo en la cartera, ya que las diferencias entre ambos fondos hacen que unos tengan diferentes perfiles de cliente. En el caso de los hedge funds, son los grandes patrimonios y aquellos que confían en la trayectoria de un gestor en concreto, mientras que en los multiactivos se busca, especialmente, minimizar los riesgos mediante la diversificación. Aunque, “hay fondos multiactivos muy agresivos y fondos alternativos muy conservadores. Los fondos alternativos suelen tener como objetivo el Euribor + un diferencial, mientras los productos multiactivos suelen tener un benchmark similar al de los fondos mixtos”, explican desde el equipo gestor de Dunas Capital AM.
Pero, pese a que se encuentran diferentes tipos de fondos dentro de cada categoría. “Los fondos multiactivos son especialmente adecuados para los inversores que sólo buscan un único producto; uno que les quite el peso de la asignación de activos. Por lo tanto, los fondos multiactivos son especialmente adecuados para los recién llegados o los inversores que no se ocupan de sus inversiones con demasiada frecuencia. Los fondos alternativos, por el contrario, requieren que el inversor tenga una determinada expectativa de mercado sobre ciertos temas que el fondo sigue, y son por tanto más complejos”, sostiene Philipp Vorndran, estratega de mercados de Flossbach von Storch.
Por tanto, a la hora de seleccionar uno u otro fondo, debemos tener claro el riesgo que se quiere tomar, la rentabildiad que se espera conseguir, la volatilidad que se puede asumir y el grado de conocimiento del mercado. Pero, ambos tipos de fondos pueden aportar diferentes beneficios de cara al próximo curso, que se presenta con un panorama un tanto complejo.
“Tanto los fondos multiactivo como los alternativos deberían estar presente en una cartera de inversión diversificada, principalmente por las bondades de descorrelación y diversificación que hemos comentado, y que nos ayudarán a reducir el riesgo de mercado total de nuestra cartera. Las estrategias multiactivos nos pueden aportar la tranquilidad de saber que el equipo gestor se moverá dentro de su universo de inversión para ajustar la cartera al momento de mercado que haya en cada momento”, explica Themudo. El experto también sostiene que los alternativos, por su parte, aparte de la descorrelación total al mercado, este tipo de fondos nos abren la puerta a un universo de inversión diferente y con alto potencial de generar alfa, centrado en temáticas como los eventos corporativos, estrategias long-short, o inversiones privadas en no cotizadas para el caso de los alternativos ilíquidos.
Lo cierto es que, la volatilidad actual de los mercados ha afectado a las rentabilidades de la inversión y han aumentado la correlación entre la renta variable, la renta fija y los activos inmobiliarios. Esto hace que lograr una diversificación efectiva a través de activos tradicionales sea más complicado que nunca. “En este momento del mercado y más que nunca, la gestión alternativa y activa tendrá un papel fundamental para las carteras. No sólo desde el punto de vista de la descorrelación, sino también aportando rentabilidad en un entorno exigente de mercado”, comenta el director de cuentas de Schroders.
Los expertos parecen coincidir en la necesidad de apostar por estrategias con amplia diversificación y una gestión activa para que el gestor pueda aplicar diferentes planteamientos de acuerdo con ese momento concreto del mercado. Aunque, desde Dunas Capital apuesta por una solución integral y proponen la apuesta por un fondo alternativo multiestrategia, ya que ofrece ambas cosas a la vez. “Ahí es donde un buen gestor activo puede marcar la diferencia frente a otros, ya que en los fondos tradicionales, al tener mucho más restringida su capacidad de gestión, suelen tener comportamientos más similares todos los fondos de la misma categoría”, comentan.
Por su parte, Tilo Wannow, apuesta más por los fondos multiactivos clásicos debido a que “pueden ser una solución entre esos extremos: ofrecen una participación en el mercado de renta variable, que está impulsada fundamentalmente por el crecimiento positivo de los beneficios reales, al tiempo que reducen la volatilidad a corto plazo para el inversor”.
Por tanto, ambas categorías de fondos pueden ser muy positivas de cara a este año que acaba de arrancar por esa diversificación y descorrelación con el mercado, ya que el escenario es complejo y los riesgos siguen siendo latentes, ya que tanto la pandemia, como los riesgos geopolíticos y la inflación van a marcar el devenir del mercado en este curso. Las diferencias entre ambas categorías, salvo excepciones, están claras y solo depende de lo que cada inversor busque.
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