Este año Latinoamérica no está entre las preferencias cuando se mira a emergentes porque el tema la inestabilidad social y política no invita demasiado, ¿esta es la razón o hay más motivos de fondo? Esto está influyendo de manera importante. En 2019, la recta final del año vino muy marcada por esos episodios de inestabilidad […]
Este año Latinoamérica no está entre las preferencias cuando se mira a emergentes porque el tema la inestabilidad social y política no invita demasiado, ¿esta es la razón o hay más motivos de fondo?
Esto está influyendo de manera importante. En 2019, la recta final del año vino muy marcada por esos episodios de inestabilidad social y política que, de alguna manera, influyen en el ánimo de los inversores y hacen complicado invertir cuando hay tanto ruido en relación a un área geográfica o a un sector en concreto. Sin embargo, la capacidad de sorpresa es algo permanente también en esa región, suele ir un poco a contrapié de lo que hacen otras regiones en materia de inversión. Por ejemplo, el año pasado fue de las que más defraudó, mientras que el anterior hizo un ejercicio bastante notable y prácticamente fue la única región que no arrojó pérdidas en 2018. Por lo tanto, es de suponer que este ejercicio que, a priori, pinta regular (…) pueda mantener el tipo. Nosotros somos optimistas porque creemos que la región tiene unos fundamentales que en cualquier momento pueden aflorar, estamos viendo cómo esos episodios de inestabilidad social están quedando un poco más al margen y el año es muy largo. La región va a depender del contexto internacional, de los mercados de materias primas…pero la capacidad de sorprender de la región está intacta.
Hay varias firmas y gestoras que han subrayado a Brasil, México o incluso Argentina como posibles sorpresas positivas este año, ¿qué espera de Brasil?
Estamos viendo cómo el real se está depreciando y cómo el país lo ha hecho muy bien en los últimos tres años, con rendimientos del 20% anuales, es decir, un 60% en los últimos tres años, por lo que creemos que es momento de dar el relevo. Estamos mucho más neutrales, por tanto, por un tema de valoración. Lo que pase en Brasil va a depender mucho del contexto internacional. Hasta ahora, se ha visto muy beneficiado por el ciclo de tipos de interés, pero creemos que, a partir de ahora, ese ciclo va a apoyar más a México que a Brasil.
¿Ve demasiado arriesgado estar invertido en Argentina?
Argentina sigue estando bastante al margen en términos de inversión. Los cambios políticos de finales de 1019, con la vuelta del peronismo, no son muy alentadores y pensamos que al país le queda una gran travesía para enderezar el rumbo. Las perspectivas para 2020 siguen apuntando a una falta de crecimiento económico, va a decrecer, sabemos que se va a renegociar esa reestructuración del préstamo que le ha hecho el FMI y la situación no es buena. Nosotros preferimos mantenernos al margen y volcar más inversión hacia zonas que pueden estar atractivas y que tienen capacidad de recuperarse de manera mucho más fácil.
México es el país en el que se vienen centrando más en el fondo desde el último ejercicio, ¿por qué?
Es nuestra gran apuesta. Lo fue el año pasado y este la mantenemos y la estamos reforzando. Nos convencen factores como la estabilidad del peso mexicano, que se le ve mucho más entero durante los últimos trimestres o el hecho de que sea una economía que está muy pegada a la gran locomotora americana, con esa aprobación definitiva del Tratado de Libre Comercio con EE.UU. y Canadá. Pensamos que es un país que tiene una gran capacidad para recuperarse; hay mucho ruido entorno a la política, pero cuando bajamos a la economía real no estamos viendo políticas muy contrarias a lo que sería el buen desempeño económico y, por lo tanto, creemos que México puede ser uno de los países que tiren de América Latina en 2020.
¿Y Colombia?
Nos gusta el país pero tiene el problema de que no hay grandes compañías en las que invertir, tenemos tan solo un abanico de seis o siete compañías más allá del grupo Sura, que es un conglomerado que nos gusta mucho.
¿Se fijan más en sectores o seleccionan más compañía por compañía?
Nuestra forma de trabajar nos lleva primero a centrar el tiro a nivel país -pensamos que México y Colombia pueden ser las apuestas de este año- y, a partir de ahí, hacemos un trabajo más intenso a nivel individual, compañía a compañía. Sin embargo, es verdad que en términos generales lo que nos gusta es buscar visibilidad a los negocios, de modo que buscamos compañías que pensamos que van a dar estabilidad a la cartera. Tenemos una serie de sectores que pensamos que se van a beneficiar del crecimiento de la clase media, como el sector financiero, el de distribución u otros muy ligados al consumo. También analizamos historias individuales, por ejemplo, ahora estamos invirtiendo bastante en la compañía aseguradora Qualitas, la mejor de América Latina en el ramo del automóvil, con muy buenos resultados. Estamos mirando también con mucho interés una compañía del sector transporte como es Traxión, de integración vertical de todos los servicios relacionados con el transporte, bien sea de mercancías o de personas. Y sobre todo, lo que nos gusta es disminuir la ciclicidad asociada a las materias primas donde vuelcan casi toda su inversión el 80% de los fondos que invierten en Latinoamérica. Nosotros intentamos más bien beneficiarnos de la convergencia económica y del crecimiento de la clase media.
¿Estas serían las principales posiciones del fondo ahora?
Algunas de ellas. La principal ahora mismo es Banorte con un 5,3%, seguida de Gerdau, Kimberly-Clark de México, Lojas Americanas o Femsa (Fomento Económico Mexicano). Además, hemos disminuido bastante el peso en los grandes que suelen ponderar más en los índices, como Petrobras o Vale, en las que estamos por debajo de benchmark. Tenemos una cartera bastante amplia y muy diversificada.
Ha hablado del sector financiero, ¿en Latinoamérica el sector sí goza de buena salud?
Sí. Allí la rentabilidad es buena y hay mucha capacidad para crecer, frente a un sector en Europa que está muy maduro.