La crisis bancaria vivida en las últimas semanas, iniciada por la quiebra de Sillicon Valley Bank, ha despertado el temor ante las entidades financieras y sobre todo ante la salud del sistema bancario mundial. ¿De dónde viene el miedo a los bancos? La crisis bancaria ha puesto de manifiesto “un secreto a voces”, según señala […]
La crisis bancaria vivida en las últimas semanas, iniciada por la quiebra de Sillicon Valley Bank, ha despertado el temor ante las entidades financieras y sobre todo ante la salud del sistema bancario mundial.
La crisis bancaria ha puesto de manifiesto “un secreto a voces”, según señala el analista Luis Ruiz, de CMC Markets, y se trata de las pérdidas latentes de muchas entidades financieras en sus carteras de bonos. “Los bonos han caído de precio de forma acusada debido a que los tipos de interés han subido con mucha fuerza para controlar la inflación”, explica.
“Si tuvieran que vender estos bonos para hacer frente a retiradas de dinero masivas, se producirían pérdidas, como le ha ocurrido a Silicon Valley Bank”, añade.
Borja Ribera, profesor de EAE Business School y director de riqueza en GVC Gaesco, coincide con que la crisis que arrancó en EEUU, con Silicon Valley Bank, fue por la subida “abrupta” de los tipos de interés por parte de la Fed que provocaron que se devaluara el 50% de los bonos del tesoro americano que el banco tenía y “no pudo hacer frente a la liquidez y solvencia que le pedían los clientes.
Sin embargo, como señala el profesor de EAE, en Europa nos encontramos en otro marco distinto ya que “no está permitido que un banco esté expuesto un 50% a un emisor de renta fija”. “En Europa hemos aprendido de la crisis y aunque el tesoro cuenta con un riesgo calificado como bajo, no se permiten estos porcentajes tan elevados dentro de la cuenta de un banco para salvar posibles riesgos como el vivido recientemente”.
“La diversificación que tienen que hacer los bancos en Europa es mucho mayor y es una manera de disminuir el riesgo bastante importante”, explica Ribera.
Guillermo Rocafort, profesor de la Universidad Europea, considera que es “importante” que el BCE incremente el coeficiente de caja, que tiene en el 1%, hasta el 4% o 5% como tienen establecido otros países como Rusia.
“El grado de concentración bancaria es un riesgo sistémico y apostaría por la escisión de los grandes grupos bancarios para hacerlos más manejables, gestionables y controlables”, explica el profesor de la Universidad Europea.
Rocafort considera que “seguimos en una crisis bancaria prácticamente desde el 2008”, pero “no hay que trasladar una sensación de pánico” ante la coyuntura bancaria actual, simplemente que las personas “piensen en su liquidez y en su solvencia y dispongan de parte de su dinero de forma plena”.
Aunque, el profesor de la Universidad Europea afirma que el sistema bancario “no tiene tan buena salud” ya que adolece de “problemas estructurales, está muy fraccionado, tiene un coeficiente de caja muy bajo y está muy concentrado”.
Según explica Luis Francisco Ruiz, analista de CMC Markets, la crisis bancaria que atravesamos “está focalizada en entidades financieras débiles o que tenían problemas como Silicon Valley Bank o Credit Suisse”. Los bancos centrales han actuado rápido y “lo han hecho bastante bien” aportando liquidez suficiente al sistema para que los bancos comerciales puedan hacer frente a las retiradas de liquidez por parte de los clientes. “Es cierto que el incremento de liquidez al resto de sistemas por parte del BCE no es bueno, pero no había otra alternativa” apostilla el analista.
Las ratios de solvencia financiera de las entidades bancarias en España son elevados, por encima del 11%, lo que refleja que la solvencia de los bancos españoles es elevada. Asimismo, la calificación de las agencias crediticias de los principales bancos que cotizan en el Ibex 35 son triple B positivo o superior, lo que respalda el buen estado de solvencia de los bancos en España.
“No sería bueno difundir el mensaje de pánico, ya que, si todos realizamos el mismo movimiento y sacamos el dinero, el dinero que tengamos guardado debajo del colchón tampoco serviría para mucho porque el sistema colapsaría y el dinero valdría de poco”, manifiesta Luis Francisco Ruiz.
“Siendo realistas si asistimos a retiradas masivas de dinero, ninguna entidad financiera aguantaría, ya que el sistema está construido en base a la confianza”, afirma el analista de CMC Markets.
Lo más sensato es tener un patrimonio “lo más diversificado posible”, explica el analista de CMC Markets, “habrá que tener una parte de liquidez para hacer frente a gastos, otra parte en depósitos o a corto plazo, otra parte en activos financieros, bolsa o bonos y también en activos reales como inmuebles y materias primas que nos protegen frente a la inflación”, añade.
Guillermo Rocafort, profesor de la Universidad Europea, coincide con la idea de diversificar la liquidez “para garantizar que en un momento de necesidad vas a tener efectivo”.
El profesor de EAE Business School, Borja Ribera, sostiene que mantener el dinero dentro de España es “seguro” ya que aquí “contamos con una mayor protección por parte del regulador, ya que está más obligado a diversificar”. Todas las medidas de estrés que se han llevado a cabo desde 2008 hasta ahora hace que tengamos un sistema financiero más “sano”.
Nos encontramos en una situación “delicada” a pesar de los movimientos que han hecho los bancos afectados, tanto en Europa y en EE.UU., para garantizar su viabilidad. Mantenemos el foco puesto en el sistema financiero europeo y mundial y cualquier anomalía podría afectarles, pero “tenemos que pensar que no va a suceder”, afirma el profesor de EAE.
Los bancos centrales han tranquilizado rápidamente al mercado y responderán ante cualquier crisis bancaria, pero “si todos retiramos el dinero de golpe sería un momento delicado para el sector bancario y financiero europeo y mundial”, apostilla Ribera.
Guillermo Rocafort apuesta por las figuras de las cajas rurales agrícolas y considera que “hay que avanzar a un nivel de microbanco donde se conozcan los deudores y se conozca su verdadera solvencia”. También sería recomendable parar los procesos “altamente especulativos como operaciones en corto contra los bancos”, añade.