Opinión de Jesús López, actual director de la Escuela FEF, y Valeria Faunner, directora de Formación y Certificaciones de EFFAS, sobre las certificaciones en ESG.
Funds&Markets
| 06 may 2024
En la última década, el mundo financiero ha experimentado una transformación significativa hacia prácticas más responsables y sostenibles. Este cambio no solo refleja un aumento en la conciencia sobre temas ambientales, sociales y de gobernanza (ASG), sino también un reconocimiento del impacto material que estos factores pueden tener en el riesgo y el valor a largo plazo de las inversiones.
La demanda de certificaciones en ESG, como el CESGA (EFFAS Certified Environmental Social and Governance Analyst), ha crecido notablemente desde 2018, demostrando una necesidad clara de formación especializada que pueda responder a este nuevo paradigma del mercado financiero. Cabe destacar que, en esta materia, España ya se ha posicionado internacionalmente. Los datos nos lo demuestran: es el tercer país del mundo que más certificados CESGA emite -con 857 acreditados en 2023- y que en 2024 espera alcanzar la cifra de 7.500 titulados CESGA a nivel mundial.
La importancia de las certificaciones en ESG radica en su capacidad para preparar profesionales que no solo entiendan, sino que puedan integrar estos criterios en su toma de decisiones cotidiana. Esto es crucial, ya que las empresas con buenas prácticas en ESG tienden a mostrar un mejor desempeño financiero, lo que a su vez atrae un mayor interés por parte de inversores que buscan opciones más sostenibles y responsables.
Obtener certificaciones en ESG ofrece numerosos beneficios para los profesionales financieros, agrupados en tres categorías principales: beneficios de mercado, directos en la actividad profesional, y los relacionados con el florecimiento humano. En términos de mercado, tener una certificación puede significar una ventaja competitiva en la búsqueda de empleo, acceso a nuevos mercados, y una mayor relevancia en un entorno laboral que cada vez valora más la sostenibilidad. Además, proporciona un reconocimiento y credibilidad que validan la experiencia y el compromiso del profesional en esta área crítica.
Desde la perspectiva de la actividad profesional, las habilidades adquiridas a través de la certificación permiten una mejor evaluación de riesgos y una toma de decisiones más informada. No menos importante es el aspecto humano: trabajar en ASG permite a muchos profesionales alinear su carrera con sus valores personales, aumentando así su satisfacción y compromiso laboral.
Además de los beneficios individuales, las certificaciones en ESG desempeñan un papel crucial en la promoción de la inversión sostenible. Facilitan la adopción de mejores prácticas, la formación continua y el desarrollo de estándares que ayudan a integrar la sostenibilidad en las operaciones y decisiones financieras a nivel corporativo. Esto es esencial para que las instituciones financieras no solo cumplan con los crecientes estándares y expectativas regulatorias, sino que también mejoren su gestión de riesgos y su reputación en un mercado cada vez más centrado en la sostenibilidad.
Además de los beneficios ya mencionados, las certificaciones en ESG tienen un impacto significativo en la capacidad de las instituciones financieras para desarrollar y aplicar estrategias sostenibles efectivas. Esta capacidad es fundamental para asegurar que las políticas y operaciones de una empresa estén alineadas con objetivos de sostenibilidad a largo plazo.
A través de la formación técnica y la sensibilización que proporcionan estas certificaciones, los profesionales están mejor equipados para diseñar, implementar y monitorear políticas que no solo mejoren la sostenibilidad ambiental, sino que también fomenten prácticas laborales justas y una gobernanza corporativa sólida. Esto, a su vez, incrementa la credibilidad y la confianza entre inversores, reguladores y otros grupos de interés, fortaleciendo la posición de la institución en un mercado enfocado en la generación de valor a largo plazo.
En un entorno en constante cambio, mantener las certificaciones en ESG actualizadas es igualmente crucial. Las instituciones que ofrecen estas certificaciones, como EFFAS, se comprometen a revisar periódicamente sus contenidos y adaptarlos a las nuevas tendencias y desarrollos del mercado. Esta actualización constante asegura que los profesionales certificados no solo se mantengan relevantes en sus campos, sino que también continúen siendo líderes en la implementación de prácticas sostenibles.
Por último, es importante destacar la responsabilidad ética que conlleva una certificación en ESG. Al formar a los profesionales no solo en habilidades técnicas sino también en la toma de decisiones éticas, las certificaciones en ASG preparan a los individuos para enfrentar y resolver dilemas que afectan a la inversión y la gestión sostenible. Este enfoque ético es esencial para garantizar que las decisiones empresariales no solo sean rentables, sino también beneficiosas para la sociedad y el medio ambiente. Al alinear las prácticas empresariales con los valores éticos, las certificaciones en ASG desempeñan un papel vital en la construcción de un futuro más justo y sostenible.
Por tanto, las certificaciones en ESG son más que un mero reconocimiento profesional; son una herramienta esencial para fomentar una mayor responsabilidad corporativa y promover un cambio positivo en la sociedad. Con el entorno global enfrentando desafíos sin precedentes relacionados con el cambio climático, la desigualdad y la ética empresarial, nunca ha sido más importante para los profesionales financieros equiparse con el conocimiento y las habilidades necesarias para influir en las decisiones de inversión hacia prácticas más sostenibles y éticas. En este contexto, las certificaciones en ASG no solo son deseables, sino imprescindibles para quienes aspiran a liderar en la vanguardia de un mundo financiero en profunda transformación.