Estamos a punto de despedir un año que podría considerarse fatídico para los mercados. La inflación, la guerra entre Rusia y Ucrania y la fuerte subida de los tipos de interés han acompañado a las sesiones bursátiles y han provocado una elevada volatilidad en los mercados de renta variable y renta fija. En su conjunto, […]
Estamos a punto de despedir un año que podría considerarse fatídico para los mercados. La inflación, la guerra entre Rusia y Ucrania y la fuerte subida de los tipos de interés han acompañado a las sesiones bursátiles y han provocado una elevada volatilidad en los mercados de renta variable y renta fija.
En su conjunto, el 2022 se despide como uno de los peores años de las últimas décadas para los mercados.
Dentro de la renta variable, hemos sido testigos de caídas superiores al 20% o 30%. El principal factor que ha condicionado a este mercado ha sido la inflación.
Según señala Joaquín Robles, analista de XTB, “ya veníamos con una inflación bastante alta, por encima del 5 % y el 6%, impulsada por los fuertes estímulos tanto de los gobiernos como de los bancos centrales durante la pandemia”.
La sobredemanda generada y los problemas en las cadenas de suministro, se vieron posteriormente agravadas por la guerra entre Rusia y Ucrania, que provocó una fuerte subida de las materias primas, en especial las energéticas.
“Los bancos centrales se vieron obligados a actuar ante esta situación”, señala Joaquín Robles, subiendo los tipos de interés de una manera “rápida y contundente, como no lo habían hecho en las últimas décadas”.
Los incrementos en los tipos de interés, para combatir la inflación más elevada de los últimos 40 años, tuvieron muchas repercusiones en los mercados.
“La voz cantante la llevó la Reserva Federal, que a su vez provocó una fuerte apreciación del dólar, subiendo más del 20% en su cambio con el euro, situándose en máximos de 20 años”, recuerda el analista de XTB.
Los mercados han mostrado una alta volatilidad y ha habido pocas facilidades para encontrar zonas geográficas que pudieran darnos un resultado positivo, señala Álvaro Blasco, socio director de Atl Capital.
“Los inversores han tenido pérdidas en sus carteras superiores al 10%”, aunque “los valores más tradicionales de la bolsa lo han hecho mejor que los valores de crecimiento”, afirma Blasco.
Después de un año “muy duro”, como señala Rafael Ojeda, analista macro de Fortage Funds, “se esperaba que el 2022 pudiera ser más tranquilo”, para la renta fija.
Sin embargo, el incremento de los tipos de interés por parte de los bancos centrales provocó en el 2022 una fuerte caída en los precios de los bonos soberanos.
“Los inversores empezaron a vender bonos, ante el incremento de las tasas de interés, para tratar de recomprarlos más adelante a un tipo de interés más alto” sostiene Joaquín Robles.
El 2022 ha sido especialmente complicado para las compañías tecnológicas, ya que son cotizadas valoradas a unos tipos de interés bajos y que suelen utilizar un fuerte apalancamiento para crecer.
Además, se trata de empresas endeudadas, que las hace más vulnerables ante las subidas de tipos de interés.
Las compañías tienen que refinanciarse a tipos muy elevados y no pueden hacer operaciones corporativas ya que “tienen unos gastos financieros muy significativos”, señala Rafael Ojeda.
“Entramos en un círculo vicioso que hace que estas compañías dejen de ser interesantes y caigan de una forma importante en bolsa”, afirma Ojeda.
Joaquín Robles, de XTB afirma que “hemos visto caídas en las Faang de entre el 40% y el 80% y al sector tecnológico, dentro del Nasdaq, con pérdidas superiores al 30%.
La situación de China ha influido considerablemente en la salud de los mercados. El gigante asiático ha mantenido fuertes restricciones para frenar las tasas de contagios que se han extendido prácticamente hasta el final del año.
“Las imposiciones del gobierno chino han generado problemas en las cadenas de producción y retrasos que se acumulaban en la industria china, que se ha visto muy condicionada” sostiene Robles.
Se han generado unos cuellos de botella muy importantes que “han perjudicado de manera muy significativa al comercio internacional” añade Rafael Ojeda.
Durante el último tramo del año 2022 los inversores han recuperado parte del optimismo y los mercados han recuperado parte de las caídas impulsadas por la inflación, que va descendiendo ligeramente.
“Queda ver el daño que ha provocado este escenario de tipos altos y de alta inflación que podría traducirse en un menor consumo y una menor inversión durante el primer semestre del 2023”, explica Joaquín Robles.
El año 2022 tan complicado que vamos a cerrar, dejará todavía “secuelas para los primeros meses del 2023” afirma Álvaro Blasco.
“Se está hablando de que la economía va a entrar en una recesión, lo que todavía no queda claro es cómo de profunda va a ser y cuánto va a durar”, apostilla el analista de XTB.
En el 2022, la inflación y las subidas de tipos de interés, dejarán paso a la atención en el PIB y en las expectativas de crecimiento.