La renta fija, especialmente la más conservadora, se ha visto afectada por la política monetaria de los bancos centrales. Sin embargo, dentro de la renta fija los expertos señalan los bonos High Yield y la deuda de los mercados emergentes como dos de los segmentos más destacados y en los que se puede encontrar atractivo […]
DeudaLa renta fija, especialmente la más conservadora, se ha visto afectada por la política monetaria de los bancos centrales. Sin embargo, dentro de la renta fija los expertos señalan los bonos High Yield y la deuda de los mercados emergentes como dos de los segmentos más destacados y en los que se puede encontrar atractivo en estos momentos. “Uno de los elementos de los que pocos inversores son conscientes es que los bonos High Yield, en promedio, han logrado una rentabilidad muy parecida a la del S&P 500 durante los últimos 20 años, pero con un tercio menos de volatilidad”, asegura Jaime Albella, Sales Director en AXA IM.
Las empresas se financian cada vez más a través de bonos, particularmente en EE UU. Y en los momentos actuales entra en juego el factor de la inflación. “Dentro de la baja visibilidad, estimamos que la inflación, en términos generales, ronde el 2% este año en EE UU, porque la capacidad productiva no se ha destruido, al contrario que en 2008, sigue ahí”, señala Albella. Si bien, desde un punto de vista de mercado, la inflación perjudica a los soberanos, “en el High Yield ocurre lo contrario: si las empresas consiguen subir las ventas, el beneficio y el Ebitda gracias a poder trasladar la inflación a precios, mejoran ese parámetro mientras la deuda permanece constante”, añade el experto.
Además de la inflación, el mensaje de la Reserva Federal, que ha optado por mostrar un apoyo claro al mercado también proporciona confianza dentro de este tipo de bonos. Por último, Albella comenta que la duración es otro factor a tener en cuenta a la hora de invertir. “La sensibilidad (riesgo) del bono respecto a la visibilidad de los flujos de caja del emisor. Cuanto más corta es la duración, mayor es la visibilidad. Por eso, combinar High Yield y duraciones cortas puede ser un binomio muy interesante y ahí están los números históricos”, concluye.
Por otro lado, y al igual que ocurrió en 2020, la deuda de los mercados emergentes también guarda atractivo para los inversores. “Los continuos estímulos fiscales y monetarios, la recuperación de las economías desarrolladas y una estrategia geopolítica menos agresiva son elementos con potencial para crear un ciclo favorable para la deuda de los emergentes”, explican Rob Neithart , Kirstie Spence y Harry Phinney, gestores de Capital Group.
Los expertos destacan en su análisis que entre los aspectos positivos de la deuda de estos mercados se encuentra la política monetaria, que ha generado una gran cantidad de liquidez; los estímulos fiscales, que permiten a los emergentes beneficiarse debido a la provisión de las materias primas necesarias para llevar a cabo los grandes proyectos de infraestructura que pone en marcha el sector público; el ciclo de las materias primas, que siguen siendo baratas; el crecimiento de las economías desarrolladas; el repunte en la fabricación; el contexto político, menos agresivo desde el punto de vista comercial y, por último, el liderazgo de China en la recuperación.
Aunque, los gestores también destacan los elevados niveles de deuda, los créditos vulnerables, la dificultad de aplicar reformas económicas, la inflación y los ciclos electorales como riesgos que podrían afectar a este segmento de la renta fija emergente.