Hace escasos dos meses dejábamos atrás un año 2022 marcado por el pesimismo de los inversores y la tendencia a la baja de los principales índices bursátiles del mundo. Los tambores de recesión en Estados Unidos y Europa sonaban a ambos lados del Atlántico y las tasas de inflación desorbitadas pronosticaban un recrudecimiento de la […]
Hace escasos dos meses dejábamos atrás un año 2022 marcado por el pesimismo de los inversores y la tendencia a la baja de los principales índices bursátiles del mundo. Los tambores de recesión en Estados Unidos y Europa sonaban a ambos lados del Atlántico y las tasas de inflación desorbitadas pronosticaban un recrudecimiento de la postura de los bancos centrales, a lo que se sumaba como telón de fondo una guerra entre Rusia y Ucrania, más larga de lo que se había imaginado.
Sin embargo y a pesar de que la coyuntura económica apenas ha variado, los mercados internacionales experimentan, de forma generalizada, una tendencia alcista que poco tiene que ver con el pesimismo que imperaba durante los últimos compases del año 2022.
Javier Molina, analista senior de mercados para eToro, explica que el sentimiento inversor ha pasado desde lecturas de “extremo miedo” en octubre de 2022, hasta niveles cercanos a la extrema euforia en la actualidad”.
La bolsa americana cerró el pasado mes de enero con una subida del 10,7% para el índice Nasdaq de tecnológicas, lo que se situó en el mejor mes de enero desde el pasado año 2001. En el caso del S&P 500 el balance mensual ascendió a ganancias del 6,2%. El selectivo Dow Jones, con las 30 cotizadas más grandes del país, por su parte, acumuló una subida del 2,8% para el primer mes del año.
En Europa, las bolsas de España, Francia, Alemania y el índice Euro Stoxx 50 acumularon ganancias cercanas al 9%. Destacó el comportamiento de la bolsa de Milán, con un balance positivo del 12% en el lado alcista, mientras que la más rezagada fue la bolsa de Londres, con una revalorización mensual para el mes de enero del 4%.
Según explica Josep Prats, gestor de Abante European Quality, “la revalorización bursátil registrada desde principios de este año ha devuelto a la mayoría de empresas europeas a los niveles de cotización que marcaban antes del inicio de la guerra de Ucrania”.
En el caso de Estados Unidos y en especial en el sector tecnológico, las caídas registradas hace un año, acompañadas de un aumento de la inflación y de los tipos de interés “todavía no se han recuperado”, añade Josep Prats.
Rafael Ojeda, analista macro de Fortage Funds, coincide con que “hay un elevado nivel de euforia en los mercados” que responde a “la enorme disrupción” entre lo que el mercado desea y lo que realmente el mercado puede esperar.
El analista de Fortage Funds considera que los mercados bursátiles mundiales “no han tenido el rally esperado”, por lo que desde los meses de noviembre y diciembre se partía “desde unos precios realmente baratos” en las bolsas.
El mercado “nos ha hecho creer” que los tipos de interés en EEUU iban a permanecer por debajo del 5% y que lo peor “ya estaba descontado”. Sin embargo, las bolsas no pueden sostener este ritmo de subidas ya que el mensaje no es real, sino una mera transmisión de que las cosas “van mucho mejor” para que “el mercado siga subiendo”, explica Rafael Ojeda.
“La realidad es que EE.UU. va a tener que obligar forzosamente a una recesión, aunque sea tenue y a las gestoras no les queda más remedio que reconocer que los tipos van a escalar hasta el 5,25% o 5,5% cuando pensaban que se quedarían en el 4,25% hace escasos 6 meses”, añade.
El analista de Fortage Funds asegura que probablemente Europa entrará en recesión ya que el crecimiento en países como España apunta al 0,7% o el 0,8% y en Francia o Alemania, que son los motores de Europa, el repunte del crecimiento se sitúa en el 0,1%.
Ante esta situación “cualquier cisne negro o circunstancia anómala provocaría que Europa caiga en recesión”, advierte Ojeda.
Asimismo, EEUU va a seguir subiendo los tipos de interés “de una manera más agresiva” porque la inflación en el último mes ha caído apenas una décima. Si una inflación que se sitúa en el 5% cae “décima a décima”, la Fed va a tardar dos años en que se sitúe en el 2%.
“La Reserva Federal tiene que ganar tiempo y la única manera de conseguirlo es subiendo más los tipos de interés”, asegura el analista de Fortage Funds.
“En este escenario no podemos esperar que las bolsas sigan subiendo con fuerza y más teniendo en cuenta que durante el mes de enero ya han experimentado unas subidas muy importantes”, explica Rafael Ojeda.
Javier Molina, de eToro, señala que en el S&P 500 “entramos en una zona compleja de cara a tomar un camino u otro”, desde el punto de vista técnico.
“Si los precios son capaces de superar los 4.200 puntos, podemos entrar en un movimiento alcista con objetivo en los 4.300, pero si el indicativo pierde la zona de los 4.040, sería un aviso de peligro bajista hasta los 3.900”, explica el analista de eToro.
En cuanto al Ibex 35, desde el punto de vista técnico, “la fortaleza del sector bancario al que se han unido valores como Telefónica, hace pensar en la posibilidad de atacar la zona de los 9.360 e iniciar un movimiento hasta los 9.550-9.560”.
“Pero si el índice no puede con esa referencia, la corrección caería hasta los 9.250, los 9.080 y el nivel clave de los 9.000 puntos”, sostiene Javier Molina.
La mayor parte de los sectores ya han recuperado los niveles de actividad previos a la pandemia y las grandes compañías cotizan a multiplicadores sobre beneficios en línea con su medida histórica, afirma Josep Prats.
“En el contexto actual, con una guerra más dura entre Rusia y Ucrania de lo que nos quieren hacer ver, resulta complicado pensar que Europa puede crecer de una manera importante durante los próximos meses”, asevera Ojeda.
En el lado contrario, Josep Prats, gestor de Abante European Quality, sostiene que la influencia negativa sobre los mercados de la guerra entre Rusia y Ucrania “parece ya asumida”, salvo que se produzca una escalada desenfrenada.
El grueso de la subida de tipos de interés ya se ha producido y si la inflación se instala en un dígito bajo en el corto plazo, como es previsible, su influencia sobre la valoración bursátil “no será relevante”, añade el gestor de Abante.
“En este escenario, las cotizaciones de las compañías en la mayor parte de sectores deberían evolucionar de la mano de su progreso de beneficios, que se estima moderadamente positivo en líneas generales” concluye Prats.
“Seguimos con el paracaídas puesto, pero en un momento especialmente delicado por la expansión de múltiplos que hemos visto, por el aumento del coste de la deuda y ante un sentimiento inversor que ha pasado a muy positivo, es interesante establecer qué límites de protección queremos asumir”, concluye Javier Molina.