Axel Weber, exgobernador del Bundesbank – banco central alemán – y anterior miembro del consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE), ha analizado en Madrid la situación de la actual política monetaria. Una política monetaria que está generando ríos de tinta en los últimos días, especialmente después de que Jerome Powell, presidente de la […]
Axel Weber, exgobernador del Bundesbank – banco central alemán – y anterior miembro del consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE), ha analizado en Madrid la situación de la actual política monetaria. Una política monetaria que está generando ríos de tinta en los últimos días, especialmente después de que Jerome Powell, presidente de la Fed, advirtiese de que los tipos de interés se mantendrían más altos y durante más tiempo del esperado.
Weber, actual asesor de Flossbach von Storch, coincide con las palabras de Powell y se muestra contrario al mercado. Para el experto, los tipos se van a normalizar en el entorno del 4% y 5%, “es probable que los mercados todavía no estén descontando el periodo de tiempo en el que los tipos se van a mantener altos”, asegura. Y es que, el escenario central indica que los tipos se normalizarían en niveles del 2 o 3%, algo que Webe no comparte. “¿Cuándo pueden bajar los tipos? Probablemente cuando el desempleo empiece a subir y la inflación a bajar”, sostiene el exgobernador.
A pesar de esta visión, que coincide con la anunciada por Powell, el asesor de la gestora alemana cree que estamos cerca del actual ciclo de subidas, aunque no descarta alguna más en el tramo final del año. Pero, considera que no se verán tipos superiores al 6% en ninguna de las dos principales economías.
Lo más alarmante de la visión que Webel ha compartido ante los medios ha sido la referente a las consecuencias de las subidas de tipos. “Hemos visto una subida vertiginosa en un periodo de tiempo muy corto porque los bancos centrales reaccionaron tarde y esto va a tener efectos en el mercado”, además agrega que “el gran impacto todavía está por llegar”. “No se pueden descartar nuevos episodios de fragilidad financiera”, aseguró.
Aunque eso sí, el experto quiso matizar que la situación actual no es ahora igual que la que se daba en el año 2008. “Pero los bancos centrales tendrán que estar preparados tanto para un aterrizaje suave, como para uno brusco con consecuencias en la economía”, agrega. De hecho, el exgobernador considera que la recesión no es algo descartable, “el mejor indicador es la curva de tipos invertida y llevamos meses viéndola así, esto indica algún problema”, anuncia.
El BCE ha empezado un proceso de endurecimiento también en lo referente a su balance. Sin embargo, cree que esto no será algo problemático para Europa puesto que el “balance seguirá reduciéndose lentamente. Aumentó bruscamente durante la pandemia y veremos una reducción muy paulatina y progresiva”, sostuvo. De hecho, cree que el foco en los próximos años para Europa debería centrarse en las estructuras fiscales de cada país para poner fin a los abultados déficits y deudas, “además de pensar sobre el futuro del euro y de la Unión con la posible incorporación de Ucrania y otros países del Este como Rumanía”.
Con el escenario descrito por Axel Weber, se puede vaticinar un nuevo paradigma en los mercados. “Hasta ahora hemos vivido unos años de una gran fortaleza en las bolsas, debido a la política monetaria ultra expansiva. Los inversores no tenían casi más opciones que la bolsa. Pero, ahora sí la tienen en los bonos y se pueden ver tiempos difíciles para el equity”, advirtió.
En definitiva, el asesor de Flossbach von Storch, ha planteado una perspectiva contraria al mercado sobre la política monetaria. Él coincide con Jerome Powell, presidente de la Fed, en que los tipos de interés se mantendrán altos (4% – 5%) más tiempo de lo esperado. Weber advierte que los efectos de estas subidas aún no se han sentido por completo y podrían desencadenar fragilidad financiera. Aunque ve una recesión como posible, también considera que la reducción gradual del balance del BCE y reformas fiscales en Europa son cruciales para abordar los déficits y prepararse para un nuevo paradigma en los mercados, donde los bonos podrían competir con las acciones.