Desde el verano a esta parte los precios del petróleo han ido descendiendo paulatinamente después de tocar máximos en los 120 dólares por barril de brent. Después, los continuos aumentos de la producción aplicados por la OPEP, la inclusión en el mercado de algunos países como Irán o Venezuela y la vuelta del fracking a […]
Desde el verano a esta parte los precios del petróleo han ido descendiendo paulatinamente después de tocar máximos en los 120 dólares por barril de brent. Después, los continuos aumentos de la producción aplicados por la OPEP, la inclusión en el mercado de algunos países como Irán o Venezuela y la vuelta del fracking a Estados Unidos fue haciendo que los precios fueran mermando. Al mismo tiempo, los confinamientos en China también ayudaron a ralentizar la demanda. Casi siete meses después, el barril de Brent cotiza por debajo de los 80 dólares y está ya en niveles de diciembre del 2021.
El papel de la OPEP ha sido clave en este año, pero ahora se ve contra las cuerdas y está mostrando una pérdida de influencia notable. Y es que, el cártel siguió una política muy clara desde el mes de mayo, cuando apostaron por aumentar la producción mensual en algo más de 430.000 barriles al día. Esa misma cifra de aumento volvió a aprobarse en la reunión del mes de junio. Mientras que en julio y agosto se dobló la apuesta aumentando la producción en 650.000 barriles al día. Unas medidas encaminadas a controlar los precios del brent, que muchos analistas llegaron a situar en los 140-150 dólares.
Sin embargo, en octubre las cosas empezaron a cambiar a medida que fue aumentando la producción y la OPEP ordenó el recorte de más de dos millones de barriles al día a sus socios. Una posición y medida que volvió a ratificar en su reunión de diciembre. Pero, al contrario del mandato, la producción ha aumentado.
De hecho, en datos la OPEP bombeó 29 millones de barriles por día en diciembre, 120.000 más que en noviembre y pese al recorte que se aprobó en octubre. Así, llegaron a su nivel de producción más alto desde 2020. Sin embargo, Nigeria y Angola han sido los causantes de notable aumento de la producción que han hecho que los planes de la OPEP no se vean realizados.
Así la cosas, se puede determinar que el objetivo que la OPEP y Rusia mantenían para estabilizar el precio del barril en los 100 dólares, se ha visto claramente vapuleado.
Pues pese a los recortes de la OPEP, lo cierto es que hay muchos países que están produciendo a niveles mínimos y que ahora pueden comenzar a bombear más crudo para compensar los meses en los que han exportado menos.
Pero no solo eso, sino que la OPEP no está teniendo en cuenta la producción de los Estados Unidos y de Canadá. El fracking ha hecho que el país americano se convierta en el principal productor del mundo y ha reducido el peso de la OPEP en la cuota de mercado a menos del 34% frente al 40% que tenía en 2016.
Así las cosas, el resumen de lo que está ocurriendo en el mercado del crudo deja entrever un debilitamiento de la postura de la OPEP en el mercado y de un aumento de la producción que va a ser difícil de controlar, especialmente teniendo en cuenta de que muchos países tienen capacidad de seguir bombeando a un mayor ritmo para compensar lo perdido en los años anteriores.