Mientras que la inminente recesión de la zona euro estaba en la mente de todos en el tercer trimestre de 2022, su economía está resistiendo mucho mejor de lo que cabría esperar. En el siguiente gráfico podemos observar que una amplia de indicadores sugieren que la actividad económica sigue repuntando y está ganando terreno, descartando […]
Mientras que la inminente recesión de la zona euro estaba en la mente de todos en el tercer trimestre de 2022, su economía está resistiendo mucho mejor de lo que cabría esperar. En el siguiente gráfico podemos observar que una amplia de indicadores sugieren que la actividad económica sigue repuntando y está ganando terreno, descartando por ahora una recesión grave.
Como resultado, nuestras expectativas para la actividad económica de la región en 2023 han mejorado en relación con las de otras regiones. En otras palabras, la desaceleración esperada en la Eurozona está ahora muy en línea con la de las economías desarrolladas en general.
La economía alemana, que es la más sensible a las perturbaciones energéticas, ha visto mejorar notablemente sus perspectivas. Aunque su índice IFO sigue siendo débil en comparación con las tendencias históricas, el índice se está recuperando rápidamente apoyado tanto en el sector manufacturero como en el de servicios.
Además, los programas fiscales europeos para proteger a los consumidores y las empresas de los crecientes costes energéticos están siendo claramente eficaces.