Luis Francisco Ruiz, analista de CMC Markets, analiza cómo podría comportarse la inflación, después de experimentar una senda bajista que podría verse alterada por los elementos más volátiles, como el comportamiento de las materias primas, tras el estallido del conflicto entre Israel y Hamás. ¿Las tasas de inflación seguirán sin sorprender al alza? Cuando hablamos […]
Luis Francisco Ruiz, analista de CMC Markets, analiza cómo podría comportarse la inflación, después de experimentar una senda bajista que podría verse alterada por los elementos más volátiles, como el comportamiento de las materias primas, tras el estallido del conflicto entre Israel y Hamás.
Cuando hablamos de previsiones de inflación debemos fijarnos en las proyecciones económicas que hacen los bancos centrales. En ese sentido, cuando miramos la Reserva Federal nos dice que la inflación alcanzará el objetivo del 2% en el 2026. En el caso del Banco Central Europeo, más o menos alcanzaría el 2% en el 2025 y en el caso de España, vemos que la inflación podría cerrar el 2024 en el 2,4%. Por tanto, la senda de la inflación es que poco a poco se vaya moderando y que sea bajista.
Es cierto que los repuntes recientes, por tensiones geopolíticas entre otros factores, hacen que la senda bajista se pueda ralentizar un poco más en el tiempo.
Hay tensión geopolítica y el punto geográficamente hablando es de máxima importancia ya que allí se concentra mucha producción de petróleo, con lo que la dinámica es la misma.
Pero tendríamos que cambiar el foco porque no solo es Oriente Medio y precio del petróleo, sino que podríamos mirar el precio del gas que está repuntando con mucha intensidad e irnos al norte de Europa. Recientemente el gasoducto entre Finlandia y Estonia se está investigando si puede haber sido saboteado, algo parecido a lo que sucedió el año pasado por estas fechas con el Nord Stream.
Da la sensación de que la tensión geopolítica a nivel global no solo se sitúa en Ucrania o en Oriente Medio, sino que está en más partes, donde todas esas infraestructuras energéticas son bastante vulnerables. La tensión, lejos de bajar, se está incrementando.
Tenemos durante esta semana la reunión del BCE, donde se está descontando que mantenga los tipos de interés en el 4,5%. En cuanto a la Reserva Federal, habrá que esperar hasta el 1 de noviembre, pero el mercado está descontando que mantenga los tipos también sin cambios, en el 5,5%.
Ha habido intervenciones verbales por parte de los consejeros de los bancos centrales, de los comités de política monetaria, señalando que los tipos de interés ya han subido con bastante intensidad. Los tipos de interés de los bonos, de las hipotecas, etc. se encuentran tensionados y por ello la tensión financiera ya es suficiente y no es necesario que ellos suban el tipo de intervención.
El bono español está ya en el 4,10% o las hipotecas en EEUU han rozado el 8%, por lo tanto, la subida de tipos de interés ha sido espectacular y los bancos centrales se conforman con las subidas que hemos tenido en el mercado.
Aunque hay modelos de proyecciones económicos, hay elementos más volátiles como son la energía, en este caso el petróleo y el gas natural, que están sorprendiendo al alza.
Hasta ahora hemos tenido una senda bajista que poco a poco se va frenando y se espera un repunte para lo que queda del año por el efecto escalón, ya que comparamos el precio del gas natural, por ejemplo, hoy con el precio del año pasado.
Sin embargo, ese efecto escalón poco a poco se va diluyendo. Sobre todo lo vemos en el precio del petróleo, que lo tenemos en niveles por encima de octubre del año pasado y se mantiene por encima de los 90 dólares el barril.
Ese 3,5% de inflación que hemos tenido para España, lo normal es que termine subiendo y cierre el año entorno al 4,8%. Los elementos volátiles son los que generan inflación y hacen que esa senda bajista de fondo que esperan los bancos centrales se enfrente a mayor incertidumbre.
Pero con los tipos de interés tan elevados y la economía más deprimida en Europa, eso va a pesar sobre la demanda y va a ser difícil que se reactive la inflación de forma sólida o sostenible. Sí se puede trabajar de fondo con un escenario bajista para la inflación pese a ese ligero repunte a final de año.