El atractivo de la renta fija se incrementó históricamente para este año, en un contexto de tensionamiento de las condiciones financieras por parte de los bancos centrales y, según explica David Tinajero, analista de Afi, las recientes turbulencias vividas por los bancos “se están normalizando”, por lo que las previsiones positivas para el comportamiento de […]
El atractivo de la renta fija se incrementó históricamente para este año, en un contexto de tensionamiento de las condiciones financieras por parte de los bancos centrales y, según explica David Tinajero, analista de Afi, las recientes turbulencias vividas por los bancos “se están normalizando”, por lo que las previsiones positivas para el comportamiento de la renta fija han recuperado su senda.
Con el reciente tensionamiento de las condiciones financieras por parte de los bancos centrales en Europa y EE.UU., entre otros, la renta fija volvió a ganar un atractivo que no se había visto desde hacía años. Hasta la reciente pandemia, veníamos de casi una década de tipos de interés oficiales en niveles mínimos históricos (0% o incluso en negativo en Europa) lo que mantenía los rendimientos de deuda soberana y corporativa muy contenidos. No obstante, desde mitad de 2022 hasta ahora, el atractivo por la renta fija ha ido creciendo. Tras haber superado el episodio de riesgo bancario, la situación en los mercados financieros se está normalizando: los tipos soberanos vuelven a moverse al alza y se reduce su volatilidad, la renta variable ha recuperado casi todo lo perdido en las últimas semanas de marzo y las expectativas del mercado a nuevas subidas de tipos por parte del BCE y la Fed vuelven a estar al alza, situando las primeras rebajas de tipos de interés para finales de año o principios del 2024. Por tanto, las rentabilidades esperadas para activos de renta fija de elevada calidad crediticia son bastante sugerentes ofreciendo un muy aceptable binomio rentabilidad/riesgo.
Parece que, una vez calmados los mercados financieros, gracias a la intervención y a la inyección de liquidez a los bancos en riesgo por parte de los bancos centrales, la situación se está normalizando. Los tipos soberanos se mueven al alza, motivados por unos datos macroeconómicos positivos, que no muestran signos de agotamiento, así como una inflación que modera más lentamente de lo esperado. Los spreads de crédito siguen estabilizándose, reflejando esa reducción en la incertidumbre y en el riesgo financiero. Por este motivo, las perspectivas vuelven a la senda previa al episodio de riesgo bancario, con unos tipos tensionados durante todo el 2023, manteniendo el atractivo de estos activos (renta fija).
Sin duda, la deuda soberana está siendo el foco de atención en los últimos meses. La subida de tipos oficiales está presionando al alza los rendimientos de deuda soberana, haciéndolos muy atractivos para el inversor. En especial la deuda soberana a corto plazo que, por el momento, está ofreciendo rendimientos muy atractivos con un perfil de riesgo muy bajo, tanto en Europa como en EE.UU. Se mantiene la preferencia por los bonos soberanos en el tramo corto/medio de la curva (hasta 2/3 Años).
Dentro de la deuda corporativa, el crédito Investment Grade (grandes empresas que gozan de una mayor calidad crediticia) se mantiene como la más atractiva. Los diferenciales de crédito se encuentran en niveles relativamente estables, la probabilidad de default/impago a 1/2 años es reducida y la TIR actual es atractiva desde un punto de vista histórico.
Las perspectivas macroeconómicas para la segunda mitad de 2023 son algo más negativas que hace unos meses, dado que se espera que el fuerte tensionamiento de las condiciones financieras vivido desde la segunda mitad de 2022 afecte al consumo de los hogares y a la inversión privada de las empresas. Estas peores expectativas económicas se traducirán en un peor comportamiento de la renta variable en los próximos meses, a medida que los resultados empresariales vayan reflejando la caída en los ingresos. Por ese motivo, unas expectativas negativas para la renta variable junto con unas Tires para la renta fija muy atractivas (en un entorno de estabilidad de tipos) hace que en la actualidad exista mayor atractivo en la renta fija.
Uno de los activos con peor perfomance en marzo fueron los bonos AT1 o CoCo, como consecuencia de la resolución efectuada en Credit Suisse. Tras este castigo, el retorno a medio plazo del activo es muy atractivo, no obstante, el mercado ha podido quedar algo tocado tras lo ocurrido y sobre todo para los bancos pequeños y medianos va a costar volver a los niveles previos a los de este episodio, produciéndose una segmentación del mercado. Para los CoCo europeos con rating investment grade, tras alcanzar el pasado 20 de marzo un diferencial de crédito de 515 pb, ya se sitúa en 434 pb, 54 pb aún por encima del spread existente el pasado 6 de marzo.