La ansiada recuperación económica comienza a dar la cara. A pesar de que en 2020, y a causa de la pandemia Covid-19 que hemos vivido a nivel mundial, la única economía que registró la esperada recuperación en “V” fue China, ahora occidente comienza a ver algunos datos positivos. Y es que a pesar de que […]
BolsasLa ansiada recuperación económica comienza a dar la cara. A pesar de que en 2020, y a causa de la pandemia Covid-19 que hemos vivido a nivel mundial, la única economía que registró la esperada recuperación en “V” fue China, ahora occidente comienza a ver algunos datos positivos.
Y es que a pesar de que los rebrotes y las nuevas cepas más contagiosas han hecho que muchos países europeos vuelvan a acudir a duras medidas de contención, cierre y distanciamiento social, lo cierto es que la vacunación y el elevado gasto público ha hecho que el primer trimestre de 2021 haya sido más optimista a nivel económico.
En general, desde la gestora Nordea AM nos explican que el contexto del segundo trimestre de 2021 “debería ser mayoritariamente favorable para los activos de riesgo, si bien el temor a episodios de inflación elevada de forma persistente podría alterar esta hipótesis”.
“Prevemos que ello se traducirá en repuntes de volatilidad, así como en periodos de menores expectativas de crecimiento. Este panorama sigue abogando por contar con soluciones flexibles que puedan adaptarse con rapidez a las nuevas circunstancias recurriendo a una asignación dinámica de activos”, expresan.
Crecimiento económico y preocupación por el fin de la política acomodaticia monetaria
Así lo ha comentado Sebastien Galy, responsable de estrategia macroeconómica en Nordea AM, que señala: “Prevemos que la recuperación económica mundial avanzará lentamente durante el segundo trimestre y se acelerará en el segundo semestre del año”.
Además, para el experto es probable que la inflación aumente, debido a que parte de niveles reducidos y también debido a la reapertura económica, aunque puntualiza que “los bancos centrales probablemente no tengan en cuenta esta evolución”.
“Creemos que un contexto de repunte del crecimiento y actitud pasiva por parte de los bancos centrales resulta favorable para los mercados emergentes, especialmente debido a la economía de China que también está repuntando y la de la India que terminará por hacerlo”, concreta el entendido de Nordea y añade: “No obstante, esta evolución tiene otra vertiente. Conforme la economía mejora a escala mundial, también volverá a aumentar la preocupación sobre la posibilidad de que se avecine el final de las condiciones monetarias acomodaticias. Esto, a su vez, conlleva una curva de rendimientos más inclinada en EE. UU. y presión sobre las compañías de crecimiento (“growth”). En este contexto, las empresas de infraestructuras cotizadas, las soluciones flexibles y las cédulas hipotecarias suelen reducir los riesgos de una cartera típica”.
El crecimiento de EEUU y Europa este 2021
Además, Galy apunta a que las previsiones de crecimiento para Europa son de un 4,3% este año 2021, teniendo en cuenta el rito lento de vacunación, pero que se espera que cuanto existan más vacunas, este porcentaje podría mejorar. “El paquete presupuestario de la UE para luchar contra la COVID-19 también resulta sumamente esperanzador para los países periféricos, especialmente el paquete de 200.000 millones de euros para Italia, bajo la batuta de Mario Draghi. El BCE se mantendrá a la espera durante mucho tiempo, aunque la inflación aumente en el segundo trimestre, y luchará por evitar cualquier aumento drástico en los rendimientos de la deuda pública”, declara.
Al otro lado del Atlántico, se prevé que la economía de EEUU crezca este 2021 al menos un 5% este año. “No obstante, con un paquete presupuestario de 1,9 billones de dólares en el país y la posibilidad de que se apruebe otro por valor de 3 billones de dólares, resulta probable que el crecimiento supere las expectativas de consenso. El quid de la cuestión es si estas medidas serán lo suficiente inflacionistas como para que la Reserva Federal reaccione. Esta incógnita debería seguir presente de forma intermitente en los mercados durante los próximos meses, ejerciendo una cierta presión alcista sobre la curva de rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense. Nuestra hipótesis es que la Fed se mantendrá a la espera hasta 2023 y reducirá su compra de bonos en 2022”, informa el entendido de Nordea.
China y sus retos
Un poco más lejos, en China, la política monetaria acomodaticia se mantiene, aunque el consumo sigue mostrándose rezagado (aunque se prevé que mejore a medida que se ajuste el mercado laboral). De esta manera, y aunque la potencia asiática está atravesando un bache de Covid-19 con el aumento de casos, desde Nordea explican que “las exportaciones muestran solidez y se prevé que aumentarán gracias a una demanda mundial más elevada”.
“El banco central del país, que debe hacer frente a esta situación y al mayor riesgo que presentan el mercado de la vivienda y, en cierta medida, el mercado financiero, probablemente incremente los tipos de interés en tan solo 20 puntos básicos en el segundo semestre del año, cuando se prevé que el crecimiento se situará en torno al 8 %.”, dicen desde Nordea y adjuntan: “Resulta probable que el Gobierno siga aplicando un programa de reducción prudente del riesgo en los sistemas inmobiliario y financiero, además de cumplir su Plan Quinquenal, que hace especial hincapié en la tecnología, las iniciativas ecológicas y el consumo. Ante el riesgo de enfrentamiento con EE. UU., China probablemente intervenga en menor medida en su mercado de divisas”.
Las consecuencias para la inversión en el segundo trimestre de 2021
Para el entendido de Nordea AM, la recuperación económica en emergentes como China y la India, “puede expresarse a través de la exposición a la renta variable de la región Asia-Pacífico”.
Por otro lado, desde la gestora insisten en centrarse en “el empoderamiento social a escala mundial, una megatendencia apuntalada por múltiples catalizadores (económicos, sociales y tecnológicos), mientras que se considera que la renta variable constituye una cobertura parcial frente a la inflación”.
“Si la economía se sobrecalienta, las empresas de infraestructuras cotizadas a escala mundial deberían seguir beneficiándose del gasto público en Europa y Estados Unidos. Se trata de una clase de activos defensiva que se negocia con descuentos históricos y cuenta con una elevada exposición a tendencias a largo plazo, como la obsolescencia de los activos, la descarbonización y el crecimiento de los datos, que impulsarán aún más el potencial de crecimiento. La inclinación de la curva también debería resultar favorable para la deuda europea del sector financiero, al tiempo que las cédulas hipotecarias ofrecen seguridad, especialmente aquellas con una duración reducida”, aclaran.