Con la quiebra de FTX hace solo unos días, y la posterior oleada de exchanges que han limitado los retiros, los inversores se han empezado a preguntar cuál es la mejor manera de proteger sus criptomonedas. Y es que, la manera más segura para guardar los tokens parece ser las cold wallets. Pero ¿qué son […]
Con la quiebra de FTX hace solo unos días, y la posterior oleada de exchanges que han limitado los retiros, los inversores se han empezado a preguntar cuál es la mejor manera de proteger sus criptomonedas. Y es que, la manera más segura para guardar los tokens parece ser las cold wallets. Pero ¿qué son cada una de ellas?, ¿en qué se diferencian? Y, sobre todo, ¿cuál me puede interesar más?
Cuando compramos una criptomoneda, ya sea Bitcoin, Ethereum o cualquier otra, estamos adquiriendo unos tokens que nos pertenecen. Las wallets son la manera en la que esos tokens se deciden guardar. Por hacer un paralelismo con el dinero fiat, podemos guardarlo en una cuenta bancaria o en efectivo en nuestra casa, entre otras opciones como depósitos o fondos y planes de pensiones. Pues bien, las wallets son lo mismo, las cold wallets es lo más parecido a tener el dinero en efectivo en casa o en una cuenta corriente y las hot wallets es más similar a guardarlo en un depósito bancario, aunque con más riesgos por la falta de regulación.
Es la opción más utilizada por los inversores, especialmente por los más pequeños o los traders. Estas carteras son las que nos ofrecen los exchanges. Por ejemplo, cuando compramos Bitcoin a través de una plataforma como Binance o Coinbase y lo dejamos ahí, estamos guardando nuestros bitcoins en la cartera de la plataforma. Es decir, son ellos quienes hacen la custodia de las mismas. Esta es una opción interesante si hacemos habitualmente trading o transferencias en criptomonedas. También es interesante si utilizamos nuestras criptos para hacer staking – una práctica que ofrecen algunas criptomonedas similar a los depósitos bancarios –.
Los beneficios de las hot wallet son la inmediatez de tener el saldo disponible, la posibilidad de hacer staking y ganar un interés añadido por usar nuestras criptomonedas para este fin, y la operabilidad si queremos hacer operaciones rápidas de trading. Sin embargo, tenemos que tener claro que en las hot wallet es un tercero el que realiza la custodia, con los riesgos que esto supone. En el caso de FTX, usaba los fondos de los inversores para otros fines que no eran comprar criptomonedas que los inversores creían tener. Por eso, el riesgo de la hot wallet también radica en el tipo de Exchange en el que se tengan.
Las cold wallet es lo más parecido a guardar el dinero en efectivo o el oro en onzas. En este caso, se trata de una cartera física, en forma de pen drive, en la que se guardan nuestros Bitcoins, Ethers o cualquier otra criptodivisa. En este caso, la custodia de ese dinero la haremos nosotros y tendremos el dinero guardado físicamente y fuera de un Exchange.
Los beneficios de esto es una mayor seguridad, especialmente si lo que queremos es comprar y mantener nuestras criptomonedas en el tiempo. Las cold wallet no están expuestas a casos como lo sucedidos con FTX. Ahora bien, el riesgo aquí se encuentra en que si perdemos la cold wallet física, perdemos todo el dinero.
Esta respuesta es compleja, ya que dependerá del patrimonio y del fin. Si tenemos un alto patrimonio y somos inversores a largo plazo que no queremos hacer staking y solamente queremos asegurar nuestros tokens, entonces las cold wallets parecen la mejor opción. Sin embargo, si tenemos poco dinero invertido, operamos frecuentemente con él o queremos hacer staking, las hot wallets son la mejor opción.