La quiebra del tercer exchange más grande del mundo, FTX, al no conseguir tapar un agujero de 8.000 millones de dólares en forma de deuda ha golpeado con fuerza al mundo ‘cripto’. Pero, en este punto es imprescindible comprender qué es lo que ha pasado y cómo puede afectar a este mercado. Para ello, hay […]
La quiebra del tercer exchange más grande del mundo, FTX, al no conseguir tapar un agujero de 8.000 millones de dólares en forma de deuda ha golpeado con fuerza al mundo ‘cripto’. Pero, en este punto es imprescindible comprender qué es lo que ha pasado y cómo puede afectar a este mercado. Para ello, hay tres nombres propios que se tornan imprescindibles: Sam Bankman-Fried, FTT y Alameda Research.
Sam Bankman-Fried es el fundador de FTX y del hedge fund Alameda Research, dos compañías aparentemente independientes, pero que realmente estaban muy relacionadas. El exchange, FTX, es también el emisor del token FTT y el mayor poseedor de este token es Alameda Research. De hecho, el fondo poseía tres veces más del volumen del activo del que circulaba en el mercado. Se trata, además, de un token muy ilíquido.
Por su parte, Binance, que también poseía una amplia participación en el token FTT decidió vender, nada más y nada menos, que 23 millones de tokens de FTT. Esto provocó un gran colapso en el mercado y desplomó el precio de FTT. De hecho, de cotizar por encima de los 25 dólares pasó a caer por debajo de los 2,6 dólares en cuestión de horas tras esta operación. Algo que se catalogó como un movimiento estratégico para comprar o hacer quebrar a uno de sus principales competidores.
Con esta gran caída del precio del token, los inversores que habían adquirido sus criptomonedas mediante el exchange de Bankman-Fried comenzaron a entrar en pánico y a retirar sus posiciones. El problema es que, FTX no tenía liquidez suficiente como para afrontar estos retiros.
Tal y como ha informado The Wall Street Journal uno de los problemas es que FTX prestó 10.000 millones de dólares a Alameda Research, un préstamo que no podrá cobrar tras la caída del precio del token. Ese dinero prestado procedía del dinero que los propios clientes habían depositado en FTX para la compra de criptomonedas. Es decir que, en lugar de comprar Bitcoin, Ethereum, Polkadot o cualquier otra cripto, FTX usó ese dinero para financiar a Alameda Research, cuya mayor posición era el token FTT. Así la cosas, un colapso del precio del token supondría la quiebra del hedge fund y, a su vez, del exchange, ya que tenía un gran volumen de dinero prestado al fondo.
Posteriormente, Binance anunció que estudiaría la compra del exchange para evitar su colapso y hacerse así con los activos de la plataforma, un movimiento similar a lo que hemos visto en el pasado con los bancos cuando han quebrado y han sido comprados por otras entidades. Sin embargo, tras analizar las cuentas han descartado la compra.
Ante esta situación, Joaquín Robles, analista de XTB, sentencia que lo ocurrido es algo “muy grave, ya que se trata de uno de los intermediarios más grandes, lo que supone un riesgo de contagio sobre otros operadores. Además de suponer un riesgo para el conjunto de las empresas que se encargan de intermediar criptomonedas, también lo es para los activos digitales, ya que genera una gran desconfianza entre los inversores. En el último año se han producido otros escándalos similares como los de Three Arrow Capital o Celsius”, señala.
“Puede suponer la pérdida total de los fondos que se tengan en el exchange. Los usuarios querían retirar su dinero. Y FTX no pudo hacer frente a las retiradas y tuvo que congelarlas. Las entidades reguladas normalmente están preparadas ante este escenario. Primero, tienen que tener una serie de posiciones líquidas, para hacer frente a retiradas. En el caso en el que se produzca una retirada masiva existe la figura del Banco Central como prestamista de última instancia que da liquidez a cambio de las inversiones que no son líquidas. En el caso del mundo cripto esto no se puede hacer, ya que no existe, ni puede existir, un Banco Central”, comenta Sergio Ávila, analista de IG.
Lo cierto es que el miedo ha invadido, de nuevo al mercado cripto debido a las malas prácticas de los intermediarios. Ya que, como ha explicado Juan Ramón Rallo en su programa, “los exchanges no están obligados a comprar un bitcoin cuando le damos esa orden de compra, pero tienen que tener el compromiso de devolvernos el dinero equivalente a la venta cuando cerramos una posición”, señalaba. Es decir que, si no se usase el dinero de los clientes para otras prácticas, no debería haber ningún problema. Pero, dependerá de las actividades que tenga cada exchange.
🔥BREAKING🔥#Binance ha ANUNCIADO el lanzamiento de un “FONDO de RECUPERACIÓN” para ayudar a los proyectos con problemas de liquidez 👀💥
Y evitar el efecto cascada provocado por #FTX 🙌
— Healthy Pockets (@healthy_pockets) November 14, 2022
Algo que secunda el experto Sergio Valenzuela, “no deberían producirse estas quiebras si la gestión fuera correcta. Es decir, si no se usaran los fondos que se están custodiando a los clientes para otras cosas (supuestamente)”, agrega.
Sin embargo, el problema puede estar en un contagio en el mercado. “Los inversores ante el temor de que pueda ocurrir lo mismo en otros operadores deciden cerrar sus posiciones y retirar el capital a la vez. En ocasiones los intermediarios tienen problemas para llevar a cabo todas las operaciones y entran en una crisis de liquidez, que genera un riesgo de solvencia”, comenta Robles.
"Quiebras de este calado pueden significar una pérdida de confianza en un sector ya de por sí dañado. Por tanto, harán falta muchas buenas noticias en las próximas semanas para que Bitcoin o Ethereum, por citar los criptoactivos más grandes, vuelvan a recuperar los niveles de hace 1 año", explican desde Investing.com.