2023 está siendo un año positivo en términos de incremento patrimonial de los fondos de inversión, ya que según los últimos datos de Inverco han crecido un 7,2%. Además, hasta finales de mayo, los fondos de inversión acumulaban suscripciones netas por valor de 13.123 millones de euros. Un contexto positivo, sin duda, pero llama especialmente […]
2023 está siendo un año positivo en términos de incremento patrimonial de los fondos de inversión, ya que según los últimos datos de Inverco han crecido un 7,2%. Además, hasta finales de mayo, los fondos de inversión acumulaban suscripciones netas por valor de 13.123 millones de euros. Un contexto positivo, sin duda, pero llama especialmente la atención el gran crecimiento en las entradas en los fondos de rentabilidad objetivo y en los fondos monetarios.
Los primeros, los fondos de rentabilidad objetivo, han aumentado su patrimonio en un 45,2% en este 2023. En términos de suscripciones netas, han sumado 4.776 millones de euros de entradas en lo que va de año. En total, su patrimonio supera ya los 16.331 millones de euros. Por su parte, los fondos monetarios han experimentado un crecimiento del 25,7% en este 2023 y unas suscripciones netas por valor de 1.296 millones de euros. En total, el patrimonio de estos fondos es ya de 6.576 millones, frente a los 4.600 del mismo mes del año anterior.
Se trata de un producto diseñado especialmente para inversores con un perfil claramente conservador que deseen obtener una rentabilidad ajustada y "asegurada" si mantienen su inversión hasta el vencimiento. En comparación con años anteriores, la gestión de este producto es más sencilla debido al actual entorno de bajos rendimientos de los bonos del gobierno. Se presenta como una alternativa atractiva a los depósitos, los cuales en la actualidad no ofrecen ningún tipo de remuneración.
Es un producto similar a los depósitos bancarios en términos de rentabilidad y funcionamiento, no así de estructura y método. Pero, básicamente, el banco ofrece una rentabilidad prevista con anterioridad y que se pagará al vencimiento del fondo. Sin embargo, la CNMV obligó a las gestoras a avisar de que estos productos pueden dar pérdidas, especialmente si se retira el dinero antes de la fecha objetivo o si suben los tipos de interés. Por tanto, aunque dentro de los fondos de inversión son productos, a priori, más seguros, no están, ni mucho menos, exentos de riesgos.
Este producto es similar al anterior en cuanto al perfil de inversor al que va enfocado. Es decir, que es un producto para inversores particularmente conservadores con aversión al riesgo. Los fondos de inversión monetarios, también conocidos como fondos de dinero o fondos del mercado monetario, son vehículos de inversión que se centran en activos de corto plazo, líquidos y de bajo riesgo. Estos fondos invierten en instrumentos financieros como letras del Tesoro, bonos del gobierno, certificados de depósito y pagarés emitidos por entidades financieras de alta calidad crediticia.
La diferencia entre estos fondos y los de rentabilidad objetivo es que, en estos, no se establece previamente una rentabilidad fija, sino que puede variar. Los inversores no sabrán cuando pueden llegar a ganar con anterioridad. Eso sí, igual que en el caso anterior se puede perder dinero tanto si suben los tipos de interés como si se saca el dinero en un momento determinado en el que el fondo no lo esté haciendo bien.
“Las carteras de fondos monetarios, formadas por activos del mercado monetario con vencimientos a corto plazo, están captando la atención del ahorrador medio por su liquidez, un valor en alza en época de incertidumbre en los mercados. Se caracterizan por su bajo riesgo, especialmente cuando los intereses son positivos como ocurre en estos momentos; porque acumulan rentabilidades en vez de distribuirlas; y, además, pueden ser traspasables. Por todo ello, están considerados como uno de los tipos de fondos más seguros”, comenta Jordi Mercader, CEO de inbestMe.
Además de lo dicho, este tipo de fondos, con un 100% de exposición a la renta fija en sus diferentes formas, especialmente en la parte más segura, han recobrado el interés de los inversores después de que los bancos centrales hayan normalizado la política monetaria volviendo a subir los tipos de interés, que ya no están en territorio negativo. Básicamente, desde 2014 los inversores conservadores no han tenido alternativas claras en este segmento de la renta fija, mientras que ahora – nueve años después – parece que vuelven a surgir las oportunidades en un segmento que parecía olvidado.