Los fondos alternativos y los fondos multiactivos tienen muchas diferencias, y también algunas similitudes, especialmente a la hora de aportar diversificación a la cartera. Los primeros suelen ser calificados como hedge funds o fondos de cobertura y se desvinculan del entorno de mercado para obtener una rentabilidad positiva. Además, pueden invertir en cosas tan variadas […]
Los fondos alternativos y los fondos multiactivos tienen muchas diferencias, y también algunas similitudes, especialmente a la hora de aportar diversificación a la cartera. Los primeros suelen ser calificados como hedge funds o fondos de cobertura y se desvinculan del entorno de mercado para obtener una rentabilidad positiva. Además, pueden invertir en cosas tan variadas como el sector inmobiliario, las colecciones de arte y, por supuesto, en activos tradicionales como bonos y acciones. Por su parte, los fondos multiactivos son fondos mixtos con una mayor diversificación para dar al producto más estabilidad y menor volatilidad.
El conjunto de los fondos de inversión en general terminó 2020 con una rentabilidad positiva del 0,7%, según los datos de Inverco, lo cual refleja la recuperación fuerte del mercado tras las bruscas caídas de los meses de marzo y de abril. Pero dentro de los fondos, los alternativos parecen consolidarse como uno de los ganadores en el año de la pandemia. Los hedge funds se anotaron una rentabilidad del 10,92%, según el Barclays Hedge Funds Index. Es decir, seis puntos por encima de la media global.
“En la caída del primer trimestre de 2020, las alternativas líquidas no fueron inmunes a la venta, pero tuvieron un rendimiento relativamente bueno en el contexto de los movimientos del mercado sin precedentes históricos. Por lo tanto, las alternativas líquidas desempeñaron el papel esperado de bloque de contención de una cartera estabilizadora y proporcionaron reducción de riesgos y mitigación de las caídas”, señala Raphael Haselberger, especialista de productos alternativos de Allianz GI.
Por su parte, Francisco Julve, Director de Selección de Fondos de A&G Banca Privada destaca: “2020 ha sido un buen año, en general, para estrategias Market Neutral y Long Short, especialmente de renta variable. Muchos de ellos han conseguido navegar decentemente la volatilidad y acabar el año con rentabilidades positivas. Por el contrario, aquellos fondos más complejos, con estrategias de derivados, especialmente de volatilidad, han sufrido caídas importantes, y se han quedado sin drivers”.
Dentro de los activos que más estabilidad han aportado dentro de los fondos alternativos han sido los inmobiliarios. “Las inversiones inmobiliarias han proporcionado históricamente una distribución de ingresos estable a lo largo del tiempo, al tiempo que han actuado amortiguando el riesgo en las carteras, dada su baja volatilidad y sus bajas correlaciones con las clases de activos tradicionales. En consecuencia, esperamos rentabilidades estables entorno al 5%”, explica Álvaro Cabeza, Country Head Iberia UBS AM. Además, dentro de este ámbito de inversión, destacan las inversiones en infraestructura, ya que “en un mundo post-COVID-19, creemos que es un área que probablemente seguirá siendo sólida y atractiva para los inversores a medio plazo”, añade Cabeza.
Si bien en 2020 han firmado un buen comportamiento, parece que seguirá la misma tendencia para 2021 debido, entre otras cosas, a la diversificación que han demostrado aportar estos fondos. Además, la baja rentabilidad de los bonos y las políticas de los bancos centrales también están empujando a los inversores a buscar otro tipo de alternativas. “Dada la riqueza universal y la saturación de los mercados de activos, creemos que los inversores buscarán estrategias alternativas para cubrir o diversificar sus riesgos y generar rendimientos en un entorno de bajo rendimiento. Por lo tanto, esperamos ver un mayor interés de los inversores en alternativas líquidas”, señala Haselberger.
El consenso de mercado, en general, también apuesta por un mayor aumento en la exposición a este tipo de fondos por parte de los inversores. “Creemos que hay más hueco para alternativos. Nuestro posicionamiento es estar invertidos para 2021 pero sin grandes sobreponderaciones, y habiendo algunos asset class en los que creemos menos”, comenta el Director de Selección de Fondos de A&G Banca Privada. Por estos motivos, y para evitar tener mucha liquidez y/o para buscar descorrelación de verdad “creemos que los hedge funds van a tener un papel importante en las carteras”, añade el experto.
Después de unos años espectaculares en términos de rentabilidad, durante la última década estos retornos se fueron reduciendo para los hedge funds a un solo dígito. Pero, “esperamos rentabilidades futuras mucho mejores de ahora en adelante debido a su atractivo como diversificador y fuente de rentabilidad asimétrica, que debería mantenerse”, sostiene el Country Head Iberia UBS AM. Históricamente, este tipo de carteras bien gestionadas siempre han aportado diversificación, descorrelación y estabilidad, motivos que harán que sigan siendo una apuesta de futuro, según Álvaro Cabeza.
Si dentro de los hedge funds el consenso indicaba un buen 2020, en los fondos multiactivos la lectura es más compleja. Debido a que la diversificación de estos fondos es superior el comportamiento ha sido dispar. De hecho, los gestores consultados coinciden en que ha variado mucho el comportamiento de un fondo a otro en función del perfil de riesgo que tuviera el inversor. Sin embargo, la premisa principal parece haber sido la preservación del capital para proteger el patrimonio. Por lo tanto, la estrategia ha ido cambiando a lo largo del año.
Un buen ejemplo de lo ocurrido lo ha protagonizado el fondo PIMCO Dynamic Multi Asset Fund DMAF, que en 2020 cerró con una rentabilidad superior al 16%, según Morningstar. “Con el brote de COVID en el primer trimestre redujimos rápidamente la exposición a la renta variable, nos quedamos cortos en créditos de alto rendimiento y nos beneficiamos de nuestras posiciones en bonos del Estado de jurisdicciones más seguras como los Estados Unidos y Canadá. Esto ayudó al Fondo a ser resistente durante el primer trimestre ante la alta volatilidad del mercado”, explica el equipo de gestión del fondo.
La tónica ha sido muy parecida en el resto de los fondos multiactivos, que han ido cambiando las carteras en función de los movimientos de mercado para proteger a los inversores en las caídas y beneficiarse de la recuperación. “Hemos perdido mucho menos en nuestros fondos en comparación con los mercados. Hemos cumplido nuestra promesa de proteger el capital de nuestros inversores de las pérdidas y hemos reducido el riesgo de manera oportuna, rápida y significativa y hemos reaccionado a tiempo y hemos podido reducir las pérdidas a un nivel nominal. El rendimiento a finales de marzo fue mucho mejor que el de los mercados de referencia”, señala especialista de productos multiactivos de Allianz GI, Marcus Bayer.
En resumen, ha habido bastante dispersión entre las rentabilidades de los fondos multiactivos durante 2020, por varios motivos. Aquellos fondos con posibilidad de gestionar activamente la liquidez y que han tenido mayores niveles de liquidez en la parte inicial del año han sufrido menores caídas y menor volatilidad. “Aquellos fondos más defensivos, pero que entienden defensivos únicamente por tener más renta fija en lugar de variable, han sido los que más han sufrido respecto a su presupuesto estimado de riesgo, porque la renta fija no protegió nada en las caídas de marzo”, sostiene Francisco Julve.
Pese a estas diferencias entre unos fondos y otros dentro de la misma categoría, los expertos coinciden en señalar la fuerte diversificación que aportan este tipo de fondos. Estos fondos diversifican más que un mixto; y más que diversificar, tiene más herramientas para descorrelacionar, especialmente en momentos de estrés de mercado. Además, a diferencia de los mixtos, estos fondos también pueden, y suelen, invertir tanto en divisas como en materias primas, de ahí las fuertes diferencias entre un tipo de fondo multiactivo y otro.
El equipo de inversión del fondo de PIMCO, anteriormente mencionado, asegura estar sobreponderando la renta variable en las carteras de activos múltiples y áreas seleccionadas de los mercados de crédito; también “hemos añadido exposición a sectores y regiones más orientados a exposición cíclica”, señalan. A medida que la actividad comercial se recupere en 2021, creen que se dará “un fuerte repunte en los beneficios corporativos”. Si esto sucede, como prevén, el aumento del crecimiento de los beneficios “es positivo tanto para las acciones como para el crédito, pero proporciona un viento de cola más significativo para los mercados de valores”.
Para el especialista de Allianz GI, será fundamental prestar atención a la evolción de la pandemia. “Si se contiene el coronavirus, las áreas atractivas pueden incluir acciones europeas y asiáticas, sectores de valor y bonos corporativos. Para los inversores institucionales, los mercados privados ofrecen un gran potencial, ya que la infraestructura en particular podría ver un aumento del gasto, gracias en parte a las medidas de estímulo destinadas a impulsar la actividad económica” que asegura Marcus Bayer, que también señala la inversión sostenible como una buena apuesta para el próximo año.
Una visión también compartida por el director de selección de fondos de A&G, quien señala que: “nuestro asset allocation para 2021 es continuista respecto a la parte final de 2020. Somos optimistas pero realistas”. En cuanto a activos concretos, el experto destaca los mercados asiáticos de renta variable y renta fija y aquellos asset classes favorecidos por la ingente cantidad de estímulos actuales y futuros que pueden llegar; “sin olvidarnos, por supuesto, de las inversiones sostenibles (ESG) que van a estar presentes en la mayoría de las carteras de una u otra forma”, concluye.