Según la última encuesta sobre asignación de activos de MFS, el 38% de los inversores europeos tiene pensado recurrir en mayor medida a las estrategias de gestión activa, mientras que más de la mitad trata de diversificar sus carteras mediante la incorporación de nuevas clases de activos —como la renta fija— para que les ayuden […]
Según la última encuesta sobre asignación de activos de MFS, el 38% de los inversores europeos tiene pensado recurrir en mayor medida a las estrategias de gestión activa, mientras que más de la mitad trata de diversificar sus carteras mediante la incorporación de nuevas clases de activos —como la renta fija— para que les ayuden a gestionar el posible riesgo.
La encuesta, que analiza las perspectivas de los inversores sobre la economía y los mercados financieros, puso de manifiesto que al 80% de los inversores le preocupa una inflación que se sitúa en cotas obstinadamente elevadas, al 74% le inquieta la inestabilidad geopolítica y un 60% se muestra intranquilo por la posibilidad de que los bancos centrales cometan un error conforme retiran las políticas monetarias acomodaticias. Los encuestados también destacaron algunos riesgos que se sitúan en escalafones inferiores de la clasificación y que, a su juicio, revisten importancia desde el punto de vista de los resultados financieros. Estos incluyen los problemas en las cadenas de suministro, la subida de los tipos de interés y el aumento de los niveles de endeudamiento público, la desigualdad social y las repercusiones a largo plazo de la COVID-19.
El 65% de los inversores espera un crecimiento reducido en la zona euro, y un 46% prevé que las tasas de inflación superarán el 4% en dicha región en el próximo periodo de uno a tres años.
El abanico de preocupaciones de índole macroeconómica está obligando a los inversores a valorar la manera en la que estas cuestiones podrían repercutir en su cartera. Un 57% afirmó que aumentaría la diversificación de su cartera a través de la incorporación de una nueva clase de activos. Un 56% sostuvo que incrementaría su exposición a activos que conllevan un riesgo reducido (como el efectivo o los bonos de duración corta) y un 49% manifestó que reduciría su exposición a mercados y regiones de mayor riesgo. El 75% considera que las perspectivas para el estilo «quality» resultan favorables.
Alejandro Sánchez, director de relaciones de MFS en España, comentó: "La turbulenta coyuntura macroeconómica actual ha puesto de relieve un gran número de riesgos que han llevado a los inversores a replantearse la asignación de su cartera mientras valoran formas de conservar el capital. El mercado alcista ha terminado y la volatilidad ha llegado para quedarse. A nuestro juicio, esta situación generará oportunidades para que los buenos gestores activos marquen la diferencia y ayuden a los inversores a capear estos tiempos convulsos".
"Nos alineamos de forma activa con los clientes para impulsar la consecución de mejores resultados mediante, por ejemplo, el suministro de herramientas como Advisor Edge, una plataforma especializada de información y formación que ayuda a los asesores financieros en el marco de su trabajo diario", añadió.
Las conclusiones de la encuesta evidencian que la corrección del mercado ha conllevado que determinadas clases de activos revistan mayor atractivo. A modo de ejemplo, los inversores consideran que los títulos europeos de estilo «value» (43%) y las pequeñas capitalizaciones europeas (47%) ofrecen oportunidades potenciales. Asimismo, un 57% considera que la renta variable de los mercados emergentes se encuentra infravalorada.
Además, los inversores observan oportunidades en el universo de renta fija, que ha cobrado atractivo debido al aumento de los rendimientos. De acuerdo con los encuestados, ciertos sectores, como el de la deuda de los mercados emergentes (42%), brindan la oportunidad de obtener rentabilidades más elevadas, mientras que otros, como el de los títulos del Tesoro estadounidense, podrían proteger el capital durante periodos de tensión en el mercado. Un tercio de los encuestados estima que el alto rendimiento estadounidense y el alto rendimiento europeo están infravalorados.
"Durante la última década, los escasos rendimientos que ofrecía la renta fija han provocado que los inversores den la espalda a los bonos. No obstante, el reciente aumento de los rendimientos y de los diferenciales ha modificado considerablemente la dinámica y ha conllevado una mejora considerable en el plano de las valoraciones de esta clase de activos. Resulta probable que los inversores con un horizonte a largo plazo la consideren atractiva. En nuestra opinión, la coyuntura actual resulta propicia para plantearse efectuar una asignación o una reasignación a la renta fija. En pocas palabras: los bonos están volviendo a estar en boga", añadió Sánchez.
La encuesta también mostró que las inversiones alternativas podrían constituir un componente importante de una cartera diversificada, así como unas inversiones a las que los inversores podrían valorar exponerse si resultan transparentes y ofrecen un nivel de liquidez suficiente. Las infraestructuras cotizadas y los fondos de inversión inmobiliarios (REIT) podrían ser una manera de acceder a tipos alternativos de inversiones a través de los mercados cotizados.
Según la encuesta, la demanda de características ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG) por parte de los clientes está dando lugar a un cambio de gran calado en el sector. El 79% de los encuestados manifestó que aplica actualmente un enfoque integrado en materia ASG, y un 73% declaró haber incorporado calificaciones o requisitos ASG en el proceso de toma de decisiones de inversión.
"En MFS, creemos que el argumento de mayor peso a favor de la integración de los factores ASG en el proceso de inversión es la generación de mejores resultados financieros para los clientes a largo plazo, y aquellos que lleven a cabo esta integración adecuadamente la percibirán como un enorme factor diferenciador para su negocio", concluyó Sánchez.