En 2022 la política monetaria comenzó un vertiginoso cambio de ciento ochenta grados que ha llevado a los tipos de interés europeos al entorno del 4,5% y a los americanos al 5,5%. A consecuencia de estas subidas impulsadas por la Reserva Federal y el Banco Central Europeo, los bonos gubernamentales comenzaron a escalar haciendo que […]
En 2022 la política monetaria comenzó un vertiginoso cambio de ciento ochenta grados que ha llevado a los tipos de interés europeos al entorno del 4,5% y a los americanos al 5,5%. A consecuencia de estas subidas impulsadas por la Reserva Federal y el Banco Central Europeo, los bonos gubernamentales comenzaron a escalar haciendo que estén tocando niveles que no se veían en los últimos años y que, incluso, llegaban a ser impensables.
En el Viejo Continente, los bonos a 10 años de los principales países de la zona euro se encuentran tocando máximos no vistos desde 2014, el año en el que el BCE dio comienzo al ‘whatever it takes’ para salvar el euro. El bono alemán, más conocido como ‘bund’, está en el 2,7%, unos niveles que no se veían desde el año 2011 y muy alejados del -0,71 del año 2021.
En el caso español, el bono a 10 años ha subido hasta tocar el 3,8% unos niveles que se vieron por última vez en diciembre del 2013 y que se alejan mucho del 0,5% en el que cotizó desde 2020. Pero, este no es el único caso, el bono italiano se dispara hasta el 4,6%, tocando máximos desde el año 2012; mientras que el francés cotiza en el 3,3% escalando a máximos desde 2011.
Sin embargo, es el Treasury americano el que más ha escalado al subir al 4,5%, ya que esos niveles no se veían desde 2007, superando los máximos que se registraron con la crisis de Lehman Brothers en 2008. Este mismo activo, en el 2020 tan solo ofrecía un 0,7%.
El porqué de estas subidas, se explica, prácticamente por las subidas de los tipos de interés, pero también por las expectativas de mercado. Y es que, fue en noviembre de 2022 o principios del 2023 cuando los bonos tocaron sus últimos máximos, hasta ahora, pese a que los bancos centrales han seguido subiendo los tipos a ambos lados del Atlántico. El motivo por el que se han vuelto a disparar en estos últimos días reside en las palabras que Jerome Powell pronunció en la última reunión de la Fed. El presidente aseguró que los tipos se mantendrían altos durante más tiempo del esperado y que no se descartaba una nueva subida de tipos en lo que restaba de año. Unas palabras que han arrojado un jarro de agua fría entre los inversores y que han disparado las yields.
“Los bonos del tesoro se beneficiarán de un periodo más tranquilo a medida que disminuya la incertidumbre en torno a las medidas de los bancos centrales, aunque es probable que el margen para un gran repunte se vea limitado por el hecho de que las curvas están invertidas, pero aun así creemos que es un buen telón de fondo para los productos de renta fija”, asegura Felipe Villarroel, gestor de TwentyFour AM.
De hecho, estas subidas de las rentabilidades de los bonos ha provocado que gigantes de la gestión de activos, como BlackRock, cambien su visión y apuesten por este tipo de bonos. “Preferimos la deuda pública a corto plazo a la deuda corporativa. Infraponderamos la deuda corporativa de alta calidad con una visión estratégica a cinco años o más y recortamos nuestra infraponderación general de la deuda pública”, afirman en su última revisión.
Además, y tal y como recuerda Haran Karunakaran, Investment director de Capital Group los posibles recortes de tipos en 2024 también podrían ser tremendamente atractivos para el precio de los bonos. “Cuando los bancos centrales pasan de subir a recortar los tipos de interés, los instrumentos de renta fija se benefician del aumento de los precios. Por ejemplo, la duración actual de la deuda corporativa estadounidense se sitúa en torno a los siete años, lo que significa que, si los tipos cayeran un 1%, los bonos generarían una ganancia del 7%. Esto se suma a la rentabilidad superior que los bonos puedan estar generando”, explica.
Así las cosas, este nuevo auge en las rentabilidades de los bonos a 10 años, está haciendo que los inversores encuentren atractivo en este segmento de mercado debido a que los tipos se mantendrán altos durante más tiempo del esperado, y también por el efecto que pueden tener los futuros recortes de tasas.