La inversión en renta fija ha vuelto a recuperar el atractivo para los inversores debido a la fuerte alza de los tipos de interés. De hecho, Carlos de Ancos, subdirector general de MAPFRE AM, considera que estamos en un momento muy interesante para mirar hacia este segmento del mercado. La renta fija parece haber recobrado […]
La inversión en renta fija ha vuelto a recuperar el atractivo para los inversores debido a la fuerte alza de los tipos de interés. De hecho, Carlos de Ancos, subdirector general de MAPFRE AM, considera que estamos en un momento muy interesante para mirar hacia este segmento del mercado.
La economía ha demostrado ser más resistente de lo que ocurrir cuando los Bancos Centrales suben los tipos de interés de manera tan abrupta. Bajo nuestro punto de vista, veremos ese impacto en la economía con más retardo de lo habitual motivado por:
Nuestra previsión es que, para el cuarto trimestre del 2023 y el año 2024, las principales economías desarrolladas se enfrenten a un “aterrizaje suave” con crecimientos muy moderados e inflaciones a la baja y estabilizadas, pero todavía por encima del objetivo de los Bancos Centrales, derivado de las restricciones del crédito y la ralentización del sector servicios que ha servido de motor en esta primera parte del año.
En este contexto, las inversiones en renta fija se revelan como una opción cada vez más interesante, en un entorno de incertidumbre macroeconómica y en el que la inflación y los tipos de interés a corto plazo parecen haber tocado techo.
En MAPFRE AM, hemos realizado una gestión activa del riesgo de tipo de interés en nuestros fondos de inversión y pensiones. Partíamos de unas duraciones bajas y las hemos ido incrementando de forma paulatina ya que, como así ha sido, preveíamos subidas de tipos de interés más elevadas de las que se descontaban a principio de año en el mercado. Actualmente, nos encontramos con una duración cercana a neutral respecto a nuestras carteras de referencia.
De forma homogénea, en las carteras del GRUPO MAPFRE se ha realizado la misma gestión permitiendo incrementar los ingresos financieros de las compañías, optimizando el calce de las inversiones con respecto a los compromisos asumidos tanto en términos de duración como de rentabilidad y reactivando productos de ahorro a medio-largo plazo.
Para los próximos meses, aunque las perspectivas económicas siguen siendo inciertas, el mercado y el consenso de los analistas empiezan a valorar una reducción de los tipos de intervención en el segundo semestre del 2024.
Nuestro escenario central es que los tipos de interés podrían caer algo en los tramos más cortos, pero permanecerán altos por más tiempo de lo que descuenta el mercado en los tramos medios/largos de las curvas de tipos de interés ya que el retorno de la inflación al objetivo llevará tiempo, y seguimos viendo riesgos al alza. Creemos que veremos un incremento de las pendientes, tanto en EE.UU. como en Europa.
Bajo nuestro escenario base de ralentización económica (pero en el que la probabilidad de recesión pierde enteros), con el ciclo alcista en los tipos de referencia agotándose e inflaciones estables (aunque por encima de deseado), creemos que los riesgos pueden estar sesgados a la baja y las primas de riesgo podrían incrementarse provocando cierta corrección en los mercados bursátiles (acumulan revalorizaciones cerca del 15% desde comienzos de año) y ampliación de los diferenciales de crédito.
El endurecimiento de las políticas y el débil crecimiento del crédito no han dado lugar hasta ahora a la descompresión significativa del mercado de crédito que esperábamos. Por esta razón, estaríamos en términos relativos sobre ponderando la inversión en deuda pública respecto al crédito corporativo.
Dentro de las curvas de deuda pública, creemos que las primas de riesgo de la periferia seguirán soportadas tras la introducción del Instrumento de Protección de la Transmisión (TPI).
En relación a la deuda corporativa, sobre ponderamos las entidades financieras con exceso de liquidez, ratios de capital elevadas y baja morosidad y sectores defensivos con flujos de caja estables como consumo no cíclico, salud, infraestructuras y telecomunicaciones.
Creemos que encontraremos un mejor momento para invertir más en bonos corporativos más ligados al ciclo económico y dependientes de los tipos de interés, ya que esperamos un deterioro de la situación financiera de las compañías más frágiles, con rebajas de ratings y un repunte de los impagos en las empresas con grado de inversión especulativo.
Como siempre, el conocimiento de los gestores y analistas de los sectores y compañías serán determinantes a la hora de realizar el “stock picking” de las inversiones.
Desde MAPFRE AM contamos con un amplio catálogo de fondos de inversión para tratar de adecuarnos a las necesidades de nuestros clientes, tanto por perfil de riesgo como por horizonte de inversión, que podemos resumir en:
Además, no podemos olvidarnos que desde MAPFRE VIDA (cuyas inversiones son gestionadas desde MAPFRE AM) se complementa la oferta de productos para tratar de cubrir las necesidades de ahorro e inversión de nuestros clientes. Podemos encontrar desde productos más a corto plazo, hasta soluciones a más medio-largo plazo (rentas vitalicias, rentas temporales, PPAS, SIALP, etc) o Unit Links.
En mi opinión, la asignación de activos tiene que realizarse en función no solo de la coyuntura económica sino en conjunto con el perfil de rentabilidad-riesgo asociado a cada inversor y su horizonte de inversión.
De forma más táctica, recomendaría la inversión en fondos o productos de renta fija con un vencimiento hasta los 5 años que creo que en las condiciones actuales de mercado presentan el mejor binomio rentabilidad-riesgo.
Durante los próximos meses, hasta que tengamos más certidumbre de la evolución del ciclo económico, creo que los índices bursátiles permanecerán en un rango lateral, y esperaría un recorte cercano al 10% para comprar renta variable.
Analizando la oferta de nuevos productos lanzados en lo que va de año, se ve que tanto la industria como MAPFRE se han decantado por fondos de inversión a corto plazo, garantizados y rentabilidad objetivo, ligados al mercado de renta fija.
En MAPFRE, ante la ausencia de una política activa de remuneración de la cuenta corriente o depósitos a plazo por parte de las grandes entidades bancarias, y atendiendo a las necesidades de nuestros clientes y red comercial, fuimos de las primeras entidades que detectamos esta necesidad ya desde mediados del 2022.
En lo que va de este 2023 se han comercializado 250 millones en Fondos Garantizados, a lo que hay que sumar otros 700 millones de primas de productos a corto plazo (entre 1 y 3 años) y la oferta de Fondo de Pensiones Garantizados.
No obstante, creo que no deberíamos perder el foco y recordar para un inversor a medio-largo plazo es importante contemplar la inversión en otra tipología de productos (renta fija, renta variable, perfilados, etc). Para ello MAPFRE AM dispone de herramientas como “Programa tu futuro” en los fondos de pensiones o el “Horizonte Inversión” en los fondos de inversión que nos permite adecuar la asignación de activos una vez realizada una correcta segmentación y definido el perfil de riesgo del cliente y su horizonte de inversión.
Además, si esta inversión la realizamos a través de fondos de inversión, nos pondremos en manos de profesionales y podremos cambiar de estrategia sin pagar impuestos, beneficiándonos del régimen fiscal de traspasos.