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Inversión

El oro podría alcanzar un máximo nominal, pero un máximo real parece fuera de alcance

La buena trayectoria del oro parece estar cambiando a principios de 2023. Utilizando las proyecciones económicas del consenso, nuestro modelo  indica que el oro podría fácilmente alcanzar este año un nuevo máximo “nominal” (alcanzado por última vez en 2020). Sin embargo, un máximo “real” (tomando en cuenta la pérdida de valor provocada por la inflación) […]

22 feb 2023

La buena trayectoria del oro parece estar cambiando a principios de 2023. Utilizando las proyecciones económicas del consenso, nuestro modelo  indica que el oro podría fácilmente alcanzar este año un nuevo máximo “nominal” (alcanzado por última vez en 2020). Sin embargo, un máximo “real” (tomando en cuenta la pérdida de valor provocada por la inflación) parece estar fuera de alcance. Incluso en nuestra estimación alcista, el oro distaría de este último y se situaría aproximadamente un 11% por debajo del máximo real alcanzado en 1980. En un escenario en el que la inflación caiga drásticamente (caso Siegel) y la Reserva Federal (Fed) realice un giro anticipado, los precios del oro podrían mejorar, ya que los rendimientos de los bonos disminuirían más que en el escenario de consenso (y con un nivel de inflación más bajo, el valor real del oro estaría menos devaluado).

Unos períodos difíciles para nuestros modelos

Los años 2021 y 2022 fueron los más difíciles para predecir la evolución del oro. Incluso introduciendo en nuestro modelo los resultados conocidos de la inflación, el rendimiento de los bonos, los tipos de cambio y el sentimiento inversor, los resultados residuales fueron mayores a lo normal (la diferencia entre el modelo y los resultados actuales). Entre mayo de 2021 y mayo de 2022, nuestro modelo sobreestimó los precios del oro, mientras que, entre mayo de 2022 y diciembre de 2022, los subestimó. Sin embargo, a finales de 2022, nuestro modelo y la realidad se alinearon bastante.

De cara al futuro, hay una gran incertidumbre en cuanto a la trayectoria del dólar, el rendimiento de los bonos y la inflación, de modo que las previsiones no serán nada fáciles, pese a que el modelo haya sido bastante efectivo en la comprensión de los componentes clave del oro. 

Obstáculos superados y viento de cola presente

En 2022, el oro se vio muy afectado por el incremento del rendimiento de los bonos y la apreciación del dólar. Por lo tanto, a pesar de que la inflación alcanzó máximos no vistos en décadas, la rentabilidad del oro, esencialmente, no varió. 
En las primeras semanas de 2023 (y sobre el final de 2022), estos obstáculos comenzaron a revertirse. El dólar ha estado depreciándose y los rendimientos de los bonos parecen haber marcado un pico en octubre de 2022, lo que le ha dado algo de tregua al oro. 
Asimismo, y posiblemente lo más importante, es que el sentimiento inversor hacia el oro está mejorando marcadamente. Recordemos que en septiembre de 2022 el sentimiento tocó su punto más bajo desde abril de 2019. 
Aunque la inflación parece haber alcanzado su punto máximo en 2022, continúa elevada y podría llegar a mantenerse por encima de los objetivos del banco central para el resto del año (lo que respaldaría al oro).

Los inversores que reconocen el alcance de la incertidumbre y el riesgo de las decisiones políticas, sea por un ajuste restrictivo excesivo (e induciendo a una recesión) o por no endurecer lo suficiente (generándose una inflación por encima del objetivo por un período de tiempo más prolongado aún), buscan coberturas en su activo de confianza: el oro. 

La rentabilidad del oro está superando a la de los bonos

En 2022, los rendimientos reales de los bonos se incrementaron a principios de año, pasando del -1,1% al 1,6% a finales de este, provocando la venta de bonos generalizada más agresiva en décadas. El oro, mientras tanto, permaneció estable (-0,3% interanual), pese a que llegó a marcar un pico por encima de los 2.000 de dólares/oz y posteriormente cayendo al entorno de los 1.600 de dólares/oz. No obstante, el metal precioso se vio afectado por el alcance de la venta generalizada de los bonos. Si no fuera por la subida de los tipos reales, el metal estaría cotizando al alza debido a la alta inflación. Ahora que los tipos reales han empezado a bajar de nuevo (desde octubre de 2022), el oro se ha quitado un peso de encima.

La depreciación del dólar le está dando ahora una mano al oro

A lo largo de buena parte de 2022, la apreciación del dólar estadounidense afectó a los precios del oro dólares. Sin embargo, el dólar ha estado depreciándose desde octubre de 2022, lo que ha favorecido la subida de los precios del oro. Las tendencias de los bonos y el dólar indican que los mercados creen que estamos cerca de un final del ciclo restrictivo de la Fed, y existe la posibilidad de que en algún momento de este año se dé un “giro” hacia una política monetaria más laxa. 

El sentimiento inversor hacia el oro se está recuperando rápidamente

En septiembre de 2022, el sentimiento hacia el oro, medido por el posicionamiento especulativo en futuros sobre oro, marcó su mayor reducción desde abril de 2019. Bajo la presión de un incremento del rendimiento de los bonos y la apreciación del dólar, ni la mayor inflación registrada desde 1981 así como tampoco la mayor venta generalizada en la renta variable desde la Crisis Financiera Global, pudieron darle al oro un alivio temporal.

Sin embargo, a medida que fueron cediendo los obstáculos marcados por los bonos y el dólar, el pico del estado bajista del oro quedó atrás. Los activos digitales, que generalmente fueron comparados con el oro como pseudo activos monetarios, tuvieron un año terrible en 2022. Para muchos inversores ha quedado claro que el oro y los activos digitales se comportan de manera muy diferente. Muchos de ellos se han dado cuenta de que deberían ser considerados activos complementarios más que competitivos. Cuando FTX implosionó en noviembre de 2022, el sentimiento hacia el oro se encendió. A pesar de que el posicionamiento especulativo neto sobre oro está aún lejos del máximo (acumulado a 1 año) de los 321 mil contratos registrados en marzo de 2022 (apenas después del inicio de la guerra en Ucrania), se está reconstruyendo rápidamente. Pero por más que los inversores estén más optimistas respecto a que se dé un giro en las políticas de los bancos centrales, se dan cuenta de que dicho escenario dista de ser certero y los riesgos de recesión se avizoran en caso de que restrinjan demasiado. El oro es generalmente visto como una cobertura defensiva. 

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