En 2014 algo cambió para los inversores conservadores cuando los bancos centrales, tanto la Reserva Federal como el BCE, iniciaron un proceso de relajación monetaria que les llevó a situar los tipos en el entorno del 0%. Aquella época de política monetaria ‘ultra-laxa’ dejó a los inversores conservadores con un universo de inversiones bastante mermado. […]
En 2014 algo cambió para los inversores conservadores cuando los bancos centrales, tanto la Reserva Federal como el BCE, iniciaron un proceso de relajación monetaria que les llevó a situar los tipos en el entorno del 0%. Aquella época de política monetaria ‘ultra-laxa’ dejó a los inversores conservadores con un universo de inversiones bastante mermado. Sin embargo, las subidas de tipos ejecutadas en 2022 y 2023 han dado un vuelco drástico a la situación. Por eso, el actual escenario es bastante diferente con las letras del Tesoro a 12 meses en 3,8%, los fondos garantizados al 3% y los depósitos, en algunos casos, al 4% TAE.
Si se pone el foco en un producto estrella para este año en el espectro de los inversores conservadores, entonces se pone el foco en las famosas letras del Tesoro. Las letras del Tesoro son deuda que emite el Estado en el corto plazo – un periodo de tiempo inferior a 12 meses – y es considerado como uno de los productos más seguros del mercado. En el caso español, en la última subasta se emitieron a seis, y doce meses con diferentes rentabilidades.
En el caso de las letras a 12 meses, el ratio de cobertura ha sido del 1,30, el nominal solicitado ha sido de 5.512 millones y el nominal adjudicado de 4.237 millones de euros, mientras el tipo de interés marginal ha sido del 3,804% frente al 3,468% del mes de junio. En el caso de las de 6 meses, el ratio de cobertura fue del 2,54 veces, el nominal solicitado ha sido de 2.615 y el adjudicado de 1.030 millones, mientras el tipo de interés marginal ha sido de 3,629% frente al 3,392% del mes pasado.
“Los inversores particulares han vuelto a demostrar un gran interés por las Letras del Tesoro, ya que han comprado el 31% del capital emitido en la subasta a 6 meses y un 14% en la subasta a 12 meses. La deuda pública a corto plazo ya ofrece una remuneración superior a la inflación en España y se ha convertido en una de las mejores alternativas para los inversores más conservadores. Hasta ahora las entidades bancarias no tenían necesidades de liquidez, por lo que estaban remunerando los depósitos muy por debajo de la media europea. Sin embargo, este mes deberán devolver 477.000 millones de euros en forma de préstamos condicionados (TLTRO) emitidos por el BCE durante la pandemia, lo que podría provocar una progresiva subida de los intereses”, asegura Joaquín Robles, analista de XTB.
Si las letras del Tesoro han regresado con fuerza, también lo han hecho los fondos conservadores, entre ellos los monetarios, garantizados y de rentabilidad objetivo. Los primeros han incrementado su patrimonio un 25%, los segundos un 16% y los últimos un 45%. La demanda de los inversores por estos productos es más que notable, según se recoge en los datos de Inverco.
Y es que, los fondos garantizados han comenzado al salir al mercado con fuerza prometiendo rentabilidades del 3% anual, aunque hay algunos que incluso superan esa barrera. Por ejemplo, ING acaba de lanzar un producto, llmado Fondo NARANJA Garantizado 2026, que garantiza la inversión además de obtener una rentabilidad anual garantizada del 2,85 % a 3 años. Indexa Capital, por su parte, también ha sacado otro fondo monetario al 2,4% de rentabilidad anual.
En el caso de los fondos monetarios, según Inverco, acumulan ya una rentabilidad del 0,85% en los primeros cinco meses del año. Mientras que los fondos de rentabilidad objetivo ya superan el 1,3% de rendimiento de enero a mayo. Mientras que, la media de los garantizados por el momento se sitúa entre el 1,02% y el 1,85%. Con estos datos, es probable que superen o dupliquen su rentabilidad media anualizada a 25 años, que solía estar en el entorno del 1,5%.
Así las cosas, el inversor conservador interesado en el universo de los fondos se encuentra ya con productos diversos, al encontrar rentabilidades positivas tanto en los monetarios, como en los garantizados y en los de rentabilidad objetivo.
Otro producto demandado por los inversores conservadores es el del tradicional depósito bancario. Aunque, aquí hay que hacer una clara separación entre la rentabilidad que ofrecen las entidades nacionales frente a las internacionales. La media de las entidades nacionales es del 1,42%. Si bien es cierto que se pueden encontrar algunas entidades como Banca March que ofrecen un 2,6% TAE, los grandes bancos todavía no se han lanzado a la guerra del depósito.
Ahora bien, si se mira a otras entidades fuera de España, pero que ofrecen sus productos para los clientes españoles, se pueden encontrar depósitos de lo más atractivo al 4% TAE. Por ejemplo, el banco italiano Banca Sistema llega ya a ofrecer un 4,01% TAE en su depósito a cinco años.
Con los datos del IPC de junio, la inflación acumulada en el 2023 es del 2,3% para los primeros seis meses del año. Por tanto, lo primero de todo es calcular si estos productos conservadores están batiendo o no la inflación.
En el caso de las letras del Tesoro, ofreciendo un 3,8% en sus doce meses y un 3,6% en los seis meses, sí se ve que están superando a la inflación, especialmente para los seis meses, ya que para los doce habría que esperar al vencimiento de los 12 meses y ver si la inflación acumulada es superior o inferior a ese 3,8%.
En el caso de los fondos, con una rentabilidad superior al 2%, pero garantizada para varios años, por el momento no logran batir a la inflación. Aunque, esto dependerá de la evolución de la inflación acumulada y del desempeño del mercado. Por ahora, en la comparativa de los primeros meses del 2023, no baten a la inflación.
Por último, los depósitos bancarios españoles al 1,4% TAE tampoco consiguen batir a la inflación acumulada en España durante los seis primeros meses del año. Es posible que la batan en el futuro si esta desciende y si la rentabilidad de los depósitos sube.
En conclusión, aunque estos productos han regresado con fuerza ofreciendo ciertas rentabilidades atractivas, por el momento no estarían logrando mantener el poder adquisitivo de los ahorradores e inversores.