Las elecciones en Estados Unidos se aproximan. El próximo 3 de noviembre, primer martes del mes de noviembre, tendrán lugar unos comicios que, a día de hoy, resultan inciertos. Las encuestas no muestran un claro vencedor y Donald Trump no ha asegurado un traspaso de poderes tranquilo sino sale reelegido. “Una impugnación de las elecciones […]
Las elecciones en Estados Unidos se aproximan. El próximo 3 de noviembre, primer martes del mes de noviembre, tendrán lugar unos comicios que, a día de hoy, resultan inciertos. Las encuestas no muestran un claro vencedor y Donald Trump no ha asegurado un traspaso de poderes tranquilo sino sale reelegido. “Una impugnación de las elecciones provocaría un aumento de la incertidumbre y sería el peor de los escenarios que podrían darse”, asegura el portavoz de eToro en España, Javier Molina.
La cita más reciente es el debate celebrado ayer por la noche. Los tres debates televisivos entre Donald Trump y Joe Biden están programados para el 29 de septiembre, el 15 y el 22 de octubre, y el de Mike Pence y Kamala Haris para el 7 de octubre. “A menudo se habla de una “sorpresa” en octubre que podría revolucionar la campaña. Con el carácter del actual presidente, es difícil imaginar alguna revelación que pueda llevar a la gran mayoría de los medios de comunicación a retratarlo de una manera aún más negativa de lo que ya lo hacen. Para ser (re)elegido, un candidato debe asegurarse la mayoría en el Colegio Electoral, que consta de 538 miembros, repartidos entre los estados de forma proporcional a su población. Ganar un estado asegura todos los electores para el vencedor”, comenta Bruno Cavalier, Economista jefe de ODDO BHF.
Posibles escenarios
Lo que más preocupa es lo que pasará después, cómo cambiará el escenario de mercado en función de quien gane los comicios. En cuanto al comercio, si gana Biden es probable que “apopte un enfoque más estratégico y multilateral de la política comercial, mejorando notablemente las relaciones entre los Estados Unidos y los aliados europeos. Una consecuencia probable de una asociación más constructiva entre Estados Unidos y la Unión Europea es el progreso de la iniciativa de la OCDE sobre la tributación digital. En cuanto a China, es poco probable que Biden reduzca rápidamente las barreras comerciales con China, dado el contexto político nacional, optando en cambio por una revisión estratégica de la relación y comprometiéndose más con las organizaciones multilaterales”, asegura Jeremy Lawson, Chief Economist and Head of ASI Research Institute.
Para Sean Markowicz, estratega global de Schroder: “La percepción de que una victoria de Biden sería un mal resultado para los mercados no está corroborada por el historial de los presidentes demócratas. Los inversores deben centrarse en su programa político y sus posibles implicaciones para la inversión. Si los demócratas vencen en el Congreso, es probable que los precios de las acciones de EE.UU. descuenten el aumento de los impuestos a las empresas. Esto reforzaría el atractivo de las acciones no estadounidenses, especialmente si va acompañado de una reducción de las fricciones comerciales”, explica.
Por otro lado, añade el experto “si los republicanos mantienen el control del Senado, es poco probable que se aprueben reformas fiscales. Sin embargo, como la mayor parte de la toma de decisiones de política exterior reside en el presidente, todavía podemos esperar una mejora en las relaciones internacionales. Esta combinación de statu quo fiscal y un deshielo de las relaciones internacionales sería el mejor escenario para los mercados globales. A medio plazo, pueden surgir problemas específicos de un sector u otro que podrían pesar sobre las valoraciones de las acciones de las empresas del sector sanitario y tecnológico de EE.UU. Por lo que los inversores deben mantenerse en guardia si están demasiado expuestos a esas áreas”.