La segunda acepción de la RAE para perfil señala: “Conjunto de rasgos peculiares que caracterizan a alguien o algo”. A la hora de invertir el inversor debe conocer muy bien cuáles son sus rasgos, cuál es su tolerancia al riesgo y cuál es el tiempo que puede dejar madurar su decisión de inversión. Fallar en […]
La segunda acepción de la RAE para perfil señala: “Conjunto de rasgos peculiares que caracterizan a alguien o algo”. A la hora de invertir el inversor debe conocer muy bien cuáles son sus rasgos, cuál es su tolerancia al riesgo y cuál es el tiempo que puede dejar madurar su decisión de inversión. Fallar en esta premisa inicial nos puede salir caro, lo mismo que saltar de un perfil a otro en función de la música que suene en los mercados: es muy posible que el baile nos pille con el pie cambiado.
¿Qué determina un perfil inversor?
Más que el cerebro, el perfil viene dado por el estómago del inversor. Es clave la mencionada tolerancia al riesgo pero también es clave el horizonte temporal con el que se invierte, como asegura Jan Van Sande, director de Ahorro e Inversión de ING. “Si inviertes en un camino a largo plazo (7,8,9 o 10 años) hay menos riesgo en invertir incluso en renta variable”, asegura. De igual modo, conviene dejar claro que alguien con un perfil psicológico agresivo que asuma volatilidad y riesgos puede tener un perfil de inversión conservador si, por ejemplo, necesita el dinero en el plazo de un año.
Aunque el perfil de cada inversor es personal, la CNMV establece tres grandes grupos: agresivo, medio y conservador. Y José María Luna, socio de Luna-Sevilla Asesores Patrimoniales, tiene claro que el perfil medio en nuestro país es moderado-defensivo. “Esa es la realidad y eso se ve claramente en que los principales activos en los que se invierte en España son el ladrillo y los depósitos”. A partir de ahí también apunta a la evidencia con la que se encuentran día a día los asesores de inversiones: los españoles no tenemos claro nuestro perfil. “Queremos ganar dinero siempre y no perder nunca. Es cierto que va creciendo el ahorro en fondos de inversión pero también que, a la mínima que hay oscilaciones en el mercado, volatilidad e incertidumbre, hay reembolsos en esos fondos”, concluye. Síntoma inequívoco de que no tenemos claro nuestro perfil.
En todo caso, Susana Felpeto, subdirectora de renta variable de atlCapital, puntualiza que es algo generalizado que ocurre no solo aquí en España. “Cuando las bolsas caen, los inversores tienden psicológicamente a querer reducir la exposición, en vez de aprovechar esos momentos para tomar posiciones en aquellos valores que se han quedado a precios adecuados”, subraya. Y desde esta misma firma, Álvaro Blasco, añade que es precisamente en momentos de bajada de mercado cuando “se define realmente cuál es el perfil de cada inversor”. Es decir, pese a las exigencias regulatorias, al test Mifid y a todas las conversaciones que los asesores puedan tener con sus clientes, Blasco sigue dudando de que los españoles tengamos conciencia nítida de nuestro perfil. “Si cuando caen los mercados, uno mira todos los días las pantallas y no está cómodo, significa que no está en su perfil”, constata.
Gestionar las emociones
Desde Luna- Sevilla Asesores Patrimoniales señalan que, además de gestionar el riesgo que se está dispuesto a asumir con el capital, es muy importante “saber gestionar muy bien las emociones en cuanto al grado de satisfacción con lo obtenido”. Esa gestión es lo más importante y, quizás, lo más difícil: reconocer cuándo se ha llegado al objetivo de rentabilidad. A partir de ahí, José María Luna también recuerda que el perfil de riesgo va variando con el ciclo vital, “lo cuál no quiere decir que alguien con 60 años tenga que ser conservador y alguien con 40 arriesgado. Es más, en un mismo momento vital podemos tener distintas carteras con diferente perfil porque se tienen distintas vocaciones”, señala.
En definitiva, hace falta mucho autoanálisis y mucha reflexión para dar con el encuadre adecuado como inversor. Pero es vital para evitar, por ejemplo, lo que apuntan desde Feelcapital: “la mala perfilación del riesgo de muchos inversores en fondos les ha hecho perder más de 24.172 millones de euros del repunte del primer trimestre de 2019”.