La secuencia es simple y conocida. Quiebra de Sillicon Valley Bank (SVB) en USA (8 de marzo) y absorción de la entidad por la Corporación Federal de Seguros de Depósitos. Con un mensaje contundente del Gobierno (Joe Biden) garantizando los depósitos. Y autocrítica de la FED en cuanto al nivel de supervisión. Pero de facto […]
La secuencia es simple y conocida. Quiebra de Sillicon Valley Bank (SVB) en USA (8 de marzo) y absorción de la entidad por la Corporación Federal de Seguros de Depósitos. Con un mensaje contundente del Gobierno (Joe Biden) garantizando los depósitos. Y autocrítica de la FED en cuanto al nivel de supervisión. Pero de facto con un mensaje dirigido a alejar el suceso de una crisis sistémica. Y calificando el "affaire SVB" de caso aislado: un modelo de negocio especialmente vulnerable en un contexto atípico como el actual, de rápidas (muy rápidas) subidas de tipos.
El 17 de marzo se desploma definitivamente Credit Suisse, siendo rescatado el 20 de marzo. Una crisis de naturaleza distinta a la de SVB. Pero similar en dos aspectos. Por un lado en su origen: modelo de negocio y gestión de la entidad. Que en este caso conllevaron una extrema pérdida de confianza del mercado en el banco durante un largo período de tiempo (la retirada de depósitos y capitulación de su principal accionista y soporte, Saudi National Bank, precipitan la caída pero no serían la razón de fondo).
Pero también similar en la reacción pública posterior. Con un mensaje contundente del BCE dirigido a apoyar a la banca europea en base a 4 ideas/fortalezas: 1) Supervisión, 2) Solvencia, 3) Rentabilidad y 4) Liquidez. Un mensaje idéntico en el fondo al transmitido al mercado tras la caída de SVB. Modelo de gestión fallido y alta vulnerabilidad de la entidad, en ningún caso extrapolable al resto del sistema, que sería sano/robusto.
El 24 de marzo el mercado pone su atención en Deutche Bank que llega a perder un 20% (máximo vs mínimo de la ultima semana). A día de hoy c.60% de la caída ya ha sido recuperada. El mensaje del BCE insistió en la misma idea: resiliencia del sector financiero explicada por su buena situación (objetiva) de liquidez y solvencia.
La idea central sería la de "no estar" en 2008 (crisis sistémica). Y sí en una situación atípica (alta inflación y subidas contundentes/inevitables de tipos) en la que algunas entidades (pocas/aisladas) son muy vulnerables bien por su modelo de negocio (SVB) o por la gestión y supervisión local de la entidad (CS). Esta tesis apuntaría en la dirección contraria a la vista en el mercado desde la caída de SVB, con una caída generalizada de los Bancos europeos en Bolsa, con fuerte underperformance vs los índices de referencia: pese a la fortaleza de las métricas del sector.
Ante esto solo cabe mostrar los datos del sector bancos europeo (Fuente: European Banking Authority – EBA – Risk Dashboard as of Q3 2023).
Ratio de capital (CET 1) 15,0% en Q3 2022. Solo marginalmente inferior a Q2 (15,2%) y al ratio pre-pandemia (dic 2019; también 15,2%). Niveles muy inferiores en dic 2014 (12,5%). Y, probablemente lo más importante, el CET1 actual excede ampliamente el exigido por el regulador. Con implicaciones directas en la capacidad de financiación del sector a la economía real.
Rentabilidad
ROE Q3 2022 del 7,7% (en línea con el 7,9% de Q2). Y máximos desde dic 2014 (3,5%). Ratio de eficiencia con ligero descenso Q3 vs Q2 2002 (61,1% vs 61,4%) y sustancialmente mejor que el ratio pre-pandemia (64% en dic 2019) y vs dic 2014 (62,9%).
Morosidad
Non Performing Loans (NPL) en mínimos de los últimos 10 años: 1,8% en Q3 2022 vs 2,7% pre pandemia (dic 2009) y 6,5% en dic 2014. La reducción del ratio de NPL vs total préstamos ha sido constante desde 2014 (inicio de la recuperación macro tras la crisis de 2008).
Sin entrar en la evolución esperada para el negocio en 2023 (Net interest income – Net interest margin – Eficiencia) y su impacto en rentabilidad, mora y solvencia, las métricas actuales del sector en su conjunto son objetivamente robustas. Y a priori apuntarían en la dirección propuesta por reguladores y gobiernos: la de no estar de vuelta en una crisis sistémica como la de 2008. Por la simple razón de que las métricas de partida son radialmente diferentes.
Por último, queda analizar el performance del sector:
Con una foto que transmite dos ideas evidentes: 1) fuerte penalización post SVB, con un underperformance relativo del sector bancos europeo de c.-15%, y 2) aún mayor penalización en el largo plazo (-5y) con un diferencial vs Eurostoxx 50 superior a 40 p.p. Lo que implica que, pese a la cierta recuperación vista en el sector desde el Covid 19 la situación sigue siendo de un enorme diferencial de performance vs mercado. Una situación que, lógicamente, también se da en los bancos españoles.