AXA ha ampliado la oferta de inversión de su Unit Linked Asigna con la incorporación de un listado de 8 nuevos fondos responsables. Esta decisión fue precedida hace unos meses por el lanzamiento de iProtect SIALP, un seguro individual de ahorro a largo plazo en el que el 100% de la cartera integraba criterios de […]
| 27 may 2021
AXA ha ampliado la oferta de inversión de su Unit Linked Asigna con la incorporación de un listado de 8 nuevos fondos responsables. Esta decisión fue precedida hace unos meses por el lanzamiento de iProtect SIALP, un seguro individual de ahorro a largo plazo en el que el 100% de la cartera integraba criterios de inversión responsable. Se trata de una muestra más de la determinación que la asegurada lleva años mostrando hacia las inversiones responsables, entendidas como aquellas que incorporan a sus carteras aspectos sociales, ambientales, de gobierno corporativo, de defensa de los derechos humanos o de implicación en la comunidad, es decir criterios ESG.
Además de ofrecer a los clientes la opción de invertir en fondos responsables, AXA ha ido incrementado de forma significativa sus objetivos de inversiones verdes dentro su lucha contra el cambio climático. Así, tres alcanzar su primer objetivo de inversión verde de 3.000 millones de euros en 2017, el Grupo AXA lo amplió a 12.000 millones de euros para 2020. Y ahora ha decidido duplicarlo para invertir 25.000 millones para 2023. Una información que recoge el Informe de Responsabilidad Corporativa de AXA España publicado hoy.
“Además de por razones éticas y de responsabilidad, la compañía está convencida de que la integración de criterios ESG puede afectar al rendimiento de la inversión a largo plazo al ofrecer una mejor comprensión de los factores de riesgo”, asegura Josep Alfonso, director de Comunicación, Responsabilidad Corporativa y RRII de AXA España.
Esta decisión de inversión en activos verdes y bonos de transición habría que enmarcarla dentro de la estrategia global de AXA sobre clima y biodiversidad y que contempla además, la desinversión en ciertas industrias intensivas en carbono (arenas petrolíferas y carbón), el compromiso con la neutralidad de carbono en las carteras de inversión, la participación de los accionistas en cuestiones relacionadas con el clima y análisis del riesgo climático, y la puesta en marcha de métricas de impacto relacionadas con la biodiversidad.
En 2010 la compañía creó un Comité de Inversión Responsable (RIC), que el año pasado sufrió un nuevo impulso con la creación del RISSC (Role in Society Steering Committee), una nueva estructura interna que tiene como objetivo acelerar la capacidad de AXA de aprovechar su modelo de negocio para responder a los problemas sociales.
AXA España, ya en 2018 y como muestra de su compromiso con las inversiones socialmente responsables, integró los criterios ESG en su plan de pensiones para empleados.
AXA analiza el impacto de los riesgos climáticos en los inversores desde dos perspectivas. Por un lado, modeliza cómo pueden verse afectados por de las medidas regulatorias relacionadas con la transición a una economía baja en carbono. Y por otro, estima cómo los fenómenos meteorológicos extremos, pueden afectar a activos reales, como los bienes inmuebles.
Convertir los objetivos climáticos internacionales derivados del Acuerdo de París COP21 en objetivos de inversión cuantitativos es un nuevo y complejo ejercicio de modelación de riesgos. AXA está probando diferentes enfoques desde 2016, y en 2018 profundizó su trabajo según las metodologías proporcionadas por expertos externos en riesgo climático y empezó a utilizar modelos internos NatCat (catástrofes naturales) para cubrir un espectro más amplio de sus inversiones de bienes inmuebles.
En noviembre de 2019 el Grupo AXA decidió alinear sus inversiones con el Acuerdo de París, comprometiéndose a alcanzar un potencial de calentamiento de sus inversiones de 1,5°C para 2050. Su modelo mostraba el año pasado que ese potencial era de 2,8°C, mejorando los 3,1°C de 2019. Y aunque aún está lejos del 1,5°C, se encuentra muy por debajo de la referencia de mercado de 3,6°C.
Por otra parte, AXA ha mostrado su total apoyo a la Alianza europea para una recuperación verde; y ha asumido el liderazgo de un nuevo grupo de trabajo del Foro Económico Mundial, diseñado con el fin de movilizar capital del sector privado para financiar el Acuerdo Verde de la UE. Y además, entre otras iniciativas, se ha unido a la Net-Zero Asset Owner Alliance y al TCFD (Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras relacionadas con el Clima), impulsadas por Naciones Unidas y conformadas por fondos de pensiones y aseguradoras comprometidas con la descarbonización de sus carteras a emisiones netas a cero para 2050.
En este contexto, AXA ha establecido una serie de directrices que afectan tanto a las inversiones como al propio negocio asegurador, y que pasa por eliminar su exposición, entre otras, en las industrias de carbón y arenas petrolíferas, fabricantes de armas prohibidas por convenciones internacionales, el tabaco o los productores de aceite de palma que no se adhieran a prácticas de sostenibilidad. Las desinversiones totales en estos sectores superan ya los 7.500 millones de euros.
Con el fin de ayudar a las empresas intensivas en carbón que están descarbonizándose activamente pero que aún no han alcanzado la calificación de verdes, AXA desarrolló en 2019 en colaboración con Credit Agricole CIB los bonos de transición. La aseguradora financió por completo una emisión de 100 millones de euros en una colocación privada donde las ganancias se utilizarán para refinanciar préstamos comerciales hechos por Credit Agricole y cuya finalidad son la sustitución de carbón o combustibles pesados por gas como fuente de energía.
AXA ha comprometido en total 550 millones de euros en este tipo de instrumentos financieros. Además, el año pasado colideró el grupo de trabajo de Transición Climática (ICMA), responsable del estudio en el Climate Transition Finance Handbook, primer documento que engloba el concepto de transición financiera.
Esto es solo una muestra del papel tangible y de liderazgo que AXA y sus entidades están desempeñando en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas. De hecho, según el Informe de Responsabilidad Corporativa de AXA España más de 1,1 millones de personas se beneficiaron de las acciones sociales impulsadas por Fundación AXA y la organización de voluntariado AXA de Todo Corazón en 2020, un ejercicio en el que la compañía, además, destinó más de 30 millones de euros para luchar contra los efectos de la Covid 19.
La aparición de la Covid19 ha condicionado las actividades de la Fundación AXA y de la asociación de voluntariado que han pasado a volcarse en la lucha contra los efectos de la enfermedad a través de acciones, mayoritariamente, digitales. En total, 4.689 voluntarios dedicaron 13.100 horas en trabajos que han beneficiado directamente a 152.448 personas.
Por otra parte, Fundación AXA continuó el trabajo en sus cinco ámbitos de actuación: prevención y salud; cambio climático; protección, patrimonio y cultura; Foro de debate y apoyo a la discapacidad, impulsando acciones de gran relevancia como la campaña de firmas para que dedicar a investigación el 2% del PIB de Constantes y Vitales (que consiguió el apoyo de un millón de personas) o las carreras virtuales Ponle Freno en apoyo a la seguridad vial con 35.000 corredores en toda España.
