Los costes asociados a los fondos de inversión siguen recibiendo mucha atención por parte de los reguladores europeos. Hace poco EFAMA (Asociación Europea de Fondos y Gestión de Activos) publicó una encuesta titulada Perspectiva sobre los costes de los fondos (Perspective on the costs of UCITS). El estudio se centró únicamente en los fondos transfronterizos […]
Los costes asociados a los fondos de inversión siguen recibiendo mucha atención por parte de los reguladores europeos. Hace poco EFAMA (Asociación Europea de Fondos y Gestión de Activos) publicó una encuesta titulada Perspectiva sobre los costes de los fondos (Perspective on the costs of UCITS).
El estudio se centró únicamente en los fondos transfronterizos (es decir, distribuidos en varios países europeos) cuyos costes de distribución y asesoramiento se agrupan con la comisión pagada por los inversores a los gestores y luego se trasladan a los distribuidores (la práctica más habitual en Europa). Si bien esto facilita la identificación del coste total soportado por los suscriptores (es decir, los gastos corrientes, que, para ser justos, a menudo no incluyen las comisiones de entrada y salida), es más complejo atribuir a los actores adecuados su “parte del pastel” a lo largo de la cadena de valor de los fondos de inversión.
En concreto, la Asociación (en colaboración con Fitz Partners) ha calculado que la comisión media que cobran los fondos UCITs transfronterizos (domiciliados en Luxemburgo e Irlanda) de gestión activa que se ofrecen a los inversores minoristas es actualmente del 1,68%, pero difiere según el tipo de fondo: la cifra pasa a ser del 1,96% para los fondos de renta variable, del 1,34% para los de renta fija y del 1,76% para los fondos multiactivos.
El coste se asigna a los diferentes proveedores de servicios a lo largo de la cadena de valor de la siguiente manera: por término medio, el 41% de las comisiones cobradas por los fondos cubren los costes incurridos por las entidades gestoras, es decir, la gestión de las inversiones, pero también el desarrollo de los productos; esto significa que una parte de estos costes se utiliza para pagar a los proveedores, por ejemplo, los proveedores de datos y de investigación.
Un porcentaje ligeramente menor (38%) se paga a los distribuidores como compensación por proporcionar asesoramiento y actuar como intermediarios para los inversores minoristas.
El 21% restante cubre los gastos de administración, custodia, impuestos y otros.
El informe, sin embargo, señala que la compensación por la distribución de fondos activos de renta variable y renta fija puede variar considerablemente. Normalmente, los costes de distribución y asesoramiento suponen entre el 30% y el 50% del coste total. Pero en algunos casos representan menos de un tercio y en otros más de la mitad. Esta variación refleja las negociaciones constantes y variables que tienen lugar entre las gestoras y los distribuidores.
El mismo análisis se aplicó a los fondos indexados (excluidos los ETF, ya que tienen una estructura de comisiones diferente). No es de extrañar que los indexados tengan, en término medio, costes más bajos que los fondos de gestión activa. Los costes de distribución y asesoramiento de los productos pasivos también son menores en términos absolutos. Sin embargo, a través de las retrocesiones, los distribuidores de fondos indexados reciben el mismo porcentaje de gastos corrientes que los fondos de gestión activa, es decir, el 38%.
“Estos resultados nos permiten poner en perspectiva las comisiones que cobran las gestoras de fondos, ya que demuestran que los costes de distribución y asesoramiento representan una parte considerable del coste total que soportan los inversores”, comenta Bernard Delbecque, Director Principal de Economía e Investigación de EFAMA y autor principal del estudio. “Creemos que esta dimensión del funcionamiento del mercado de fondos debería recibir más consideración por parte de los responsables políticos a la hora de debatir los costes de los fondos”.