El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha rebajado recientemente las perspectivas de crecimiento de Estados Unidos, con un 2,1% para 2017 y 2018, debido a la moderación de los estímulos fiscales finalmente planteada por la Administración Trump. El país se convierte así en el único dentro del grupo de economías avanzadas al que se le ha […]
Dirigentes Digital
| 17 ago 2017
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha rebajado recientemente las perspectivas de crecimiento de Estados Unidos, con un 2,1% para 2017 y 2018, debido a la moderación de los estímulos fiscales finalmente planteada por la Administración Trump. El país se convierte así en el único dentro del grupo de economías avanzadas al que se le ha empeorado la valoración, en un contexto en el que el organismo internacional califica la recuperación global como "estable". A pesar de ser la primera potencia mundial, encontrarse a niveles de pleno empleo y liderar la retirada de los estímulos monetarios y fiscales, EEUU mantiene ciertos desequilibrios estructurales que han incidido negativamente sobre sus estándares de vida en los últimos años. El FMI ha elaborado un documento con 10 directrices para reactivar la economía estadounidense. La otra cara de la moneda en el país son los débiles niveles de productividad, el envejecimiento de la población, la desigualdad en la distribución de los ingresos o los altos niveles de pobreza. Según los datos del organismo, el ingreso medio de los trabajadores es actualmente un 4% inferior al registrado en 2000, el tamaño de la clase media estadounidense es el más reducido de los último 30 años y la tasa de crecimeinto potencial se encuentra a su nivel más bajo desde 1940. Equilibrio macro: el organismo dirigido por Christine Lagarde aboga por una política fiscal que reduzca de forma gradual los altos niveles de déficit y deuda del Gobierno estadounidense. Por el lado monetario, el FMI recomienda seguir con la normalización de los tipos de interés y la reducción del balance de la Reserva Federal, pero de una forma "predecible y bien comunicada" para evitar la volatilidad en los mercados. Reforma tributaria: por el lado de los impuestos, el organismo aconseja simplificar el sistema vía reducción de tipos y de exenciones. Además, aboga por potenciar la cohesión social creando incentivos para atraer recursos al mercado laboral, apoyar a las clases medias y bajas y redistribuir mejor los ingresos. También apunta que una fuente de beneficios podría ser la creación de algunos impuestos especiales como uno sobre el carbón o el gas. Inversión en infraestructuras: según el FMI, la falta de recursos destinados a esta área está lastrando la productividad del sector privado, el crecimiento a largo plazo y la creación de empleo. El organismo cree que una vez controlados los problemas de deuda y déficit, existe margen para que el Gobierno aumente el gasto público en mantenimiento, reparación y contrucción de nuevas infraestructuras. Reactivar el comercio: la isntitución defiende abiertamente la libertad de comercio como un incentivo para el crecimiento "en EEUU y en cualquier otro lugar". Según el documento, existe margen para modernizar los antiguos acuerdos y para perseguir otros nuevos, pero no para cerrar el mercado. Apoyar a la clases medias y bajas: el organismo recomienda a la Administración Trump mejorar las oportunidades e incentivos para estos grupos a nivel educativo, social y, sobre todo, económico, lo que tendrá una posterior repercusión en la oferta de trabajo, la redistribución de los ingresos y la retención de recursos humanos productivos. Algunas medidas como el incremento del salario mínimo a nivel federal o la mejora de los programas de asistencia social forman parte del paquete de medidas propuesto por el organismo. Enfocar la reforma migratoria desde la productividad: el FMI aconseja adoptar un sistema migratorio en base a habilidades, que tenga efectos sobre la productividad de la economía y mejore a medio plazo la recaudación impositiva. Proteger al sector financiero: el organismo aboga por continuar con la línea de supervisión sobre las entidades para evitar futuros shocks como el de 2008. Simplificar la regulación a nivel federal: el FMI aconseja llevar esto a cabo junto a la homogeneización de las normas estatales para estimular la creación de empleo y el crecimiento. Reforzar las coberturas sanitarias: la institución recomienda que las políticas sanitarias protejan las ganancias logradas a raíz de la crisis en términos de cobertura y accesibilidad, sobre todo para las clases más vulnerables. En este sentido, señala que dichos incentivos promueven la productividad y la inserción social. Minimizar las consecuencias de la digitalización: un estudio reciente del organismo muestra que la caída en los ingresos de las clases trabajadoras tiene mucho que ver con la automatización de tareas fruto de la inserción de las nuevas tecnologías. En la misma línea, aquellas profesiones más expuestas a ser sustituidas por productos importados se ven afectadas del mismo modo. El FMI recomienda al Gobierno doptar políticas de reinserción y formación para ayudar a que los trabajadores puedan reincorporarse al mercado laboral con las habilidades necesarias para ser competitivos.