Existe la creencia generalizada en el mundo financiero de que ‘el mercado siempre tiene la razón’ (igual que el cliente…) y, por ello, una de las máximas a la hora de operar en Bolsa es ‘no luchar contra la tendencia’ (‘don’t fight the tape’ dicen los anglosajones). Sin entrar a valorar la validez o grado […]
Dirigentes Digital
| 16 ago 2017
Existe la creencia generalizada en el mundo financiero de que ‘el mercado siempre tiene la razón’ (igual que el cliente…) y, por ello, una de las máximas a la hora de operar en Bolsa es ‘no luchar contra la tendencia’ (‘don’t fight the tape’ dicen los anglosajones). Sin entrar a valorar la validez o grado de acierto de esta premisa, lo cierto es que, de momento, los activos financieros parecen tener claro que algo está cambiando y se mueven en consecuencia. Una andadura que comenzó a mediados de 2016, con la decisión de Reino Unido de salir de la Unión Europea (UE), el tan temido Brexit que, de momento, no ha sido tan desastroso. Que se ha acelerado desde la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, nombramiento que tampoco, por ahora, ha traído el impacto negativo que se esperaba. Y que cristalizará en 2017 con la sustitución de la política monetaria por la fiscal, la desregulación frente a la regulación, el auge del proteccionismo frente a la globalización, y la mejora macro frente a la ‘new normal’ que nos trajo la crisis de ‘bajo crecimiento y baja inflación’. Apuesta el mercado por este nuevo paradigma y, tal y como queda patente en el apetito por el riesgo (especialmente renta variable) y el repliegue de velas en renta fija, mantiene el rumbo sobre estas premisas pasando de largo de las incertidumbres de corto plazo (como el riesgo político europeo o la falta de concreción del nuevo líder norteamericano y su retórica proteccionista) y centrándose en la que, por fin, podría ser la tan esperada, y tantas veces postergada, recuperación. (Siga leyendo el artículo aquí: 2017: punto de inflexión para el cambio de paradigma)