Cada vez somos más conscientes, y cada año hay cientos de ataques que nos lo recuerdan, de que conectarnos a una red Wi-Fi pública puede ser peligroso y debemos tomar una serie de precauciones pero ¿conocemos los peligros que hay detrás de una Wi-Fi doméstica? La respuesta suele ser no. Pese a que muchos usuarios […]
Dirigentes Digital
| 19 ene 2015
Cada vez somos más conscientes, y cada año hay cientos de ataques que nos lo recuerdan, de que conectarnos a una red Wi-Fi pública puede ser peligroso y debemos tomar una serie de precauciones pero ¿conocemos los peligros que hay detrás de una Wi-Fi doméstica? La respuesta suele ser no. Pese a que muchos usuarios no lo vean como una amenaza, Kaspersky Lab advierte que, pese a estar entre las cuatro paredes de nuestro hogar, un router inalámbrico doméstico puede ser atacado y depararnos sorpresas desagradables.
Para evitar que nuestra red doméstica sea pirateada y todos nuestros dispositivos se pongan en peligro, es necesario aumentar su nivel de seguridad:
1. Cambiar la contraseña del administrador. Un grave error que cometemos muchas veces es utilizar las contraseñas que vienen definidas por defecto. Si esto se une a alguna vulnerabilidad no crítica o una conexión inalámbrica abierta, los ciberdelincuentes podrían hacerse con el router. Para evitarlo es recomendable cambiar la contraseña preestablecida por una más compleja.
2. Desactivar la administración remota. Un acceso abierto a la interfaz del router puede convertirse en un problema. Aunque los fabricantes sólo suelen permitir el control LAN del dispositivo por defecto, no siempre es así. Comprueba si esa interfaz está disponible en Internet. Para desactivar la administración remota, normalmente, deberás desactivar una casilla o introducir la dirección 0.0.0.0 en el campo adecuado.También se recomienda bloquear el acceso al router, siempre que tu conexión lo permita, a través de los protocolos Telnet o SSH.
3. Deshabilitar la emisión del SSID. La ID de tu red Wi-Fi (SSID) se transmite a todo el mundo, como regla habitual. Para evitar que cualquiera pueda conocer tu ID, desmarca esta opción. Tu red no será hackeada tan fácilmente pero deberás introducir la SSID cada vez que un dispositivo se conecte.
4. Usar un cifrado de confianza. Dejar tu red abierta a que los vecinos se conecten puede ser un acto de generosidad pero también puede acarrearte graves problemas ya que uno de ellos puede utilizar tu conexión para robar tus datos personales o para cometer algún delito cibernético contra otros y la policía te buscará a ti. Por ello, se recomienda habilitar el cifrado WPA2 y establecer una contraseña fuerte.
5. Si no es necesario, desactívelo. Esta es una regla universal. Hoy en día, los routers, además de permitirte acceder a Internet, también tienen diferentes protocolos para interconectar y alinear dispositivos conectados como son Plug and Play (UPnP) o DLNA. Así, el riesgo de que el software sufra ataques por posibles vulnerabilidades por alguno de ellos, disminuirá. Y si después necesitas alguno, sólo tienes que volver a activarlo.
6. Actualice el software. Uno de los errores más comunes es no hacer un seguimiento de las actualizaciones del firmware, lo que implica no tener las últimas versiones del mismo que, habitualmente, incluyen parches de seguridad contra vulnerabilidades, que suelen ser la puerta de entrada de los cibercriminales. Para mantenerte actualizado, simplemente descarga la imagen del firmware, haz una copia de seguridad de la configuración del router, ejecuta la actualización y restaura la configuración. Como siempre, realiza las descargas desde páginas web oficiales y no confíes en recursos sospechosos.
7. Use el sentido común. Ser sensato a la hora de actualizar y usar tu red Wi-Fi doméstica disminuye las posibilidades de que ésta sea hackeada pero no lo garantiza al 100%. Por ello, como con el resto de tu equipo informático es conveniente que seas prudente y uses una buena solución de seguridad que permita comprobar el nivel de seguridad de tu red inalámbrica y te asesore sobre cómo configurar los ajustes correctos.