En concreto, los analistas cifran la creación de puestos de trabajo de 227.000 y una tasa de desempleo del 5,4%. Recordemos que en mayo se alcanzaron los 280.000 empleos, por encima de los 226.000 esperados; mientras que el paro repuntó hasta el 5,5%, desde el 5,4% anterior y previsto. Antes de conocer este indicador, no […]
Dirigentes Digital
| 29 jun 2015
En concreto, los analistas cifran la creación de puestos de trabajo de 227.000 y una tasa de desempleo del 5,4%. Recordemos que en mayo se alcanzaron los 280.000 empleos, por encima de los 226.000 esperados; mientras que el paro repuntó hasta el 5,5%, desde el 5,4% anterior y previsto.
Antes de conocer este indicador, no obstante, se divulgarán también los PMIs finales de junio, tras unos preliminares que no cumplieron con las previsiones. Chris Williamson, economista jefe de Markit, explica que estos datos apuntan a un "repunte del PIB en el segundo trimestre, pero con una marcada pérdida de impulso en junio; a que el crecimiento del empleo sigue siendo fuerte (indicando una creación de 220.000 puestos de trabajo); y al mayor aumento de los costes de producción del año".
En concreto, este experto interpreta que estos datos señalan a un crecimiento económico robusto, fuertes ganancias en el mercado laboral y aumento de la inflación. Tres factores que "presionan a la Fed para subir los tipos de interés. Pero, la desaceleración del ritmo de expansión vista en junio podría dar a la autoridad monetaria motivos para reflexionar antes de hacerlo".
Y es que, destaca, los indicadores preliminares muestran que, con las excepción de la desaceleración relacionada con el clima de principios de año y con el "cierre" del Gobierno de 2013, este mes de junio ha traído consigo el ritmo más débil de crecimiento desde mayo de 2013.
En este sentido, añade que, aunque las encuestas apuntan a un crecimiento anualizado del PIB cercano al 3% en el segundo trimestre, es posible que se se produzca una desaceleración en el tercero. Esta pérdida de momentum "refleja en parte un retorno a la normalidad, tras el rebote que se produjo en la economía de las interrupciones climatológicas de principios de año, pero las compañías también advierten que la fortaleza del dólar podría dañar la competitividad de las exportaciones y amortiguar los ingresos del exterior".
Con todo, Williamson concluye: "La gran pregunta será, por tanto, si la actual fortaleza del mercado de trabajo, la economía y la reactivación de las presiones inflacionistas son suficientes para que la Fed suba los tipos, o si estos síntomas de pérdida de impulso ‘compran’ más tiempo antes de que se produzcan decisiones políticas".