A pesar de que la inflación en Alemania se situó en 2015 en el 0,3%, la más baja desde 1999, el gobierno ha decidido abrir el grifo con sus pensionistas. Los beneficiados a partir de julio serán 20,6 millones de jubilados que cobrarán un 4,25% más, en el caso de los pensionistas del oeste, y […]
Dirigentes Digital
| 21 mar 2016
A pesar de que la inflación en Alemania se situó en 2015 en el 0,3%, la más baja desde 1999, el gobierno ha decidido abrir el grifo con sus pensionistas. Los beneficiados a partir de julio serán 20,6 millones de jubilados que cobrarán un 4,25% más, en el caso de los pensionistas del oeste, y un 5,95% más, en el caso de los del este.
Se trata de la mayor subida en 23 años y la ministra de Trabajo, la socialdemócrata Andrea Nahles, argumenta que el repunte es posible gracias a la buena evolución de los salarios en la mayor economía europea. "Los y las pensionistas se benefician del buen estado del mercado de trabajo, del crecimiento de la economía y del creciente aumento de los salarios", asegura.
En Alemania es normal que las pensiones suban más en el este que en el oeste, con el objetivo de avanzar hacia la plena equiparación de las jubilaciones de los ciudadanos del antiguo territorio germano-oriental respecto a sus compatriotas del oeste. Un cuarto de siglo después de la reunificación, las jubilaciones del este siguen siendo inferiores a las occidentales.
Es una buena noticia para los pensionistas alemanes que en un 25% de los casos todavía tienen que afrontar el pago de la hipoteca, según se desprende de un estudio reciente de la empresa inmobiliaria Deutsche Leibrenten y el Instituto para Ciencias sobre Seguros de la Universidad de Colonia.
La subida, sin embargo, contrasta con las proyecciones que realizan los expertos sobre la evolución de las pensiones públicas. Según el sociólogo Antonio Brettschneider, las alemanes serán hasta un 25% inferiores en el año 2030.