Una nueva tragedia se suma a la crisis de refugiados que vive Europa. Treinta y cuatro refugiados, casi la mitad de ellos bebés y niños, se han ahogado este domingo cerca de una isla griega cuando el barco en el que viajaban se hundió, según informa Reuters.

La agencia también añade que podría ser la peor tragedia que se vive en esas aguas desde que comenzó la crisis de refugiados.

Alemania cierra sus puertas

Mientras tanto, el ministro del Interior alemán, Thomas de Maizière, ha anunciado que el país ha introducido temporalmente controles a lo largo de su frontera con Austria. Con esta medida, el Gobierno de Angela Merkel intenta reducir el número de solicitantes de asilo que llegan al país.

"En este momento Alemania está introduciendo temporalmente controles fronterizos de nuevo a lo largo de las fronteras interiores (de la UE). La atención se centrará en la frontera con Austria en un principio", dijo en declaraciones recogidas por Reuters.

"El objetivo de estas medidas es limitar los actuales flujos a Alemania y volver a procedimientos ordenados cuando la gente entra en el país", añadió.

Miles de inmigrantes más se dirigen hacia Austria

En medio de la mayor crisis migratoria de los últimos años, las autoridades austriacas anuncian que se espera una nueva ola de inmigrantes y refugiados procedentes de la frontera húngara.

Las autoridades austriacas han anunciado que se espera una nueva ola de inmigrantes y refugiados procedentes de la frontera de Hungría.

El país ya tuvo dificultades para hacer frente a la llegada de miles de personas a su territorio, tal y como señala Reuters. La mayoría de ellos tienen Alemania como destino, gracias a las condiciones que el país ofrece a refugiados.

La agencia también recoge el comunicado de la policía austríaca que destaca que, aunque sólo 50 personas cruzaron la frontera el domingo por la mañana, las autoridades húngaras ya adelantan que ese número se incrementará hasta poder alcanzar las 500 personas por hora.

Desacuerdo con las cuotas

Mientras el drama se agrava, algunos países han mostrado su disconformidad con las cuotas obligatorias. En concreto, la República Checa ha señalado que no puede dar marcha atrás en su postura de rechazar cuotas obligatorias para que los estados de la Unión Europea acepten inmigrantes de otros países, según recoge Reuters.

"Creo que es imposible retractarse (sobre las cuotas) ... nuestra posición es firme", dijo el primer ministro, Bohuslav Sobotka.