La locomotora de Europa ha cogido velocidad de crucero. La economía de Alemania, como el resto de países, se ha aprovechado de la caída del precio del petróleo, de la depreciación del euro y de las medidas excepcionales del Banco Central Europeo (BCE) de comprar deuda privada y pública. El PIB germano sorprendió con un […]
Dirigentes Digital
| 11 may 2015
La locomotora de Europa ha cogido velocidad de crucero. La economía de Alemania, como el resto de países, se ha aprovechado de la caída del precio del petróleo, de la depreciación del euro y de las medidas excepcionales del Banco Central Europeo (BCE) de comprar deuda privada y pública. El PIB germano sorprendió con un crecimiento del 0,7% en el último trimestre de 2014. Apenas hace unos meses cuando la amenaza de la deflación se cernía sobre Europa, la locomotora económica de Alemania estuvo a punto de descarrilar. El país rozó la recesión durante el segundo y tercer trimestre de 2014. El conflicto entre Ucrania y Rusia golpeaba directamente la confianza de la economía alemana retrayendo el consumo y la inversión en bienes de equipo. El enfrentamiento entre Kiev y Moscú se recrudecía en la frontera del este de Europa, en medio de un contexto depresivo para las principales economías europeas y con una inflación a la baja y crecimiento pírrico.
El sorprendente acelerón, que sorprendió hasta el propio Bundesbank, despejaron las dudas sobre el pulmón económico de Alemania. El propio Gobierno de Merkel acaba de elevar sus previsiones de crecimiento para este año al 1,8%, frente al 1,5% que pronosticó en enero. Pero se quedan cortas si se tiene en cuenta los pronósticos de los más prestigiosos institutos económicos del país (IFO de Munich, el DIW de Berlín, el IWH de Halle y el RWI Essen) que estiman que durante el primer trimestre la economía creció un 0,6%, pero lo más importante es que pronostican que en 2015 el PIB aumentará un 2,1%, colocando a Alemania a la cabeza del crecimiento en Europa.
Los indicadores económicos adelantados confirman el empuje. El PMI del sector manufacturero de marzo (último dato conocido al cierre de esta revista), que supone una quinta parte del PIB, se situó en máximos de ocho meses; y el de servicios ascendió a máximos de seis meses. La producción industrial ha comenzado a repuntar, después del parón estacional sufrido en febrero. Y la tasa de paro bajó al 6,8% en marzo, el nivel más bajo en 24 años.
En el último boletín económico del Bundesbank constata que por encima de las exportaciones, el consumo privado continuará siendo el principal motor del crecimiento, algo que sugieren los datos de ventas minoristas. Una situación "excepcionalmente favorable por la confianza de los consumidores", advierte el Banco Central alemán que espera que se prolongue durante este ejercicio, aunque cree que el ritmo de expansión puede ser más lento que en el cuarto trimestre de 2014.