Entre la mejora generalizada de las perspectivas de crecimiento e inflación y el riesgo político se moverán (ya lo hacen) los mercados en este recién nacido 2017. Parece que los extremos van a marcar el devenir de los activos financieros y, aunque de momento prevalece el optimismo, los expertos no dan ni de lejos por […]
Dirigentes Digital
| 18 ene 2017
Entre la mejora generalizada de las perspectivas de crecimiento e inflación y el riesgo político se moverán (ya lo hacen) los mercados en este recién nacido 2017. Parece que los extremos van a marcar el devenir de los activos financieros y, aunque de momento prevalece el optimismo, los expertos no dan ni de lejos por hecho que todas las previsiones positivas vayan a hacerse realidad. No debemos, por tanto, olvidar las tensiones que se van a derivar de las divergentes políticas monetarias de la Reserva Federal (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE), o de la implementación del Brexit (como ya hemos visto recientemente en la libra por ejemplo), así como ante las diferentes citas electorales de Europa (Francia, Alemania, sin descartar Italia acuden a las urnas). Mientras, la estabilidad de los precios del petróleo no parece ni mucho menos garantizada, y los emergentes libran la batalla frente a la fortaleza del dólar y la retórica de Donald Trump, que también promete ser un generador de ‘nerviosismo’ por sí mismo. La “discrepancia” entre los bancos centrales de ambos lados del Atlántico llama especialmente la atención de Guido Barthels e Yves Longchamp, de Ethenea Independents Investors, en su prospectiva para el año. Advierten que la diferencia de rentabilidad entre los bonos del Tesoro de Estados Unidos y los bunds alemanes a 10 años se encuentra en máximos de casi 30 años. “Las relaciones entre estos mercados son extremadamente tensas”, señalan, para reconocer que esperan una reducción de la “tensión”, pero, probablemente “a expensas de la rentabilidad” del papel germano. En este entorno, recomiendan “abrir posiciones estratégicas de duración con cautela y con el freno de mano puesto. Por el contrario, las posiciones tácticas serán muy rentables si el momento es el adecuado, porque todavía nos encontramos enfrentamos a una elevada volatilidad”. Así, creen que “aunque se suele decir que los mercados tienen las ‘patas cortas’, 2017 será con seguridad una continuación de 2015 y 2016 en lo que respecta a la volatilidad”. Y apuntan, como otros eventos de alta tensión, a la activación del Brexit, los comicios de Francia y Alemania, “así como los primeros 100 días de la Administración Trump”. Es más, reconocen que “estas son solo las incógnitas conocidas. También hay otras desconocidas que seguramente nos afectarán y que habrá que afrontar”. Con todo, en positivo, apunta a “que el aumento de la rentabilidad propiciará una especie de efecto carry (…) A fin de poder bregar con éxito en los mercados de capitales en este entorno es necesario tomar decisiones rápidas, pero no demasiado para no desaprovechar posibles contrarreacciones”.