“Me dirán que esto ya ocurre a nivel privado, algo que es cierto. Pero, dada la importancia cualitativa y cuantitativa en el mercado del ECB esta actuación puede ser sin duda mucho más impactante”, indica José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España. La firma calcula en más de 444.000 millones de euros la […]
Dirigentes Digital
| 27 abr 2016
“Me dirán que esto ya ocurre a nivel privado, algo que es cierto. Pero, dada la importancia cualitativa y cuantitativa en el mercado del ECB esta actuación puede ser sin duda mucho más impactante”, indica José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España. La firma calcula en más de 444.000 millones de euros la deuda corporativa susceptible de ser adquirida por el organismo monetario, “lo que supone un tercio del volumen total existente. ¿Mucho papel? Sin duda, pero también un papel que ya está colocado”. A su juicio, las perspectivas de nuevas emisiones están además limitadas ante tres factores: la elevada liquidez existente ya en las carteras, la prioridad que siguen teniendo muchas empresas de reducir la deuda existente y la incertidumbre macro y política a futuro. El riesgo es evidente. Según un reciente informe de Moody’s, las compañías que podrían perder el grado de inversión en su calificación (los llamados ángeles caídos), sumaban una deuda total de 265.000 millones de dólares. Según los propios cálculos del BCE, el saldo vivo actual de deuda empresarial no financiera es cercano a los 900.000 millones de euros, unos 500.000 millones tendrían ‘grado de inversión’. Una cifra que equivaldría, alrededor del 5% del PIB, cuando el plan completo del BCE está previsto para igualar aproximadamente al 18% del mismo. Y aunque algunos siguen viendo estas emisiones como una oportunidad de inversión, los expertos advierten del desbarajuste que pueden provocar en la gestión del riesgo de la cartera del Banco Central Europeo (BCE). “¿Realmente el BCE pretender absorber el 40% de este mercado? mis analistas no lo tienen nada claro. De hecho, prevén que las compras de papel no vayan más allá de 5.000 millones mensuales”, indican desde Citi. “Una cosa es que haya subyacente y otra que el organismo quiera distorsionar su liquidez”, indican.