Ramos ya advertía en una entrevista en DIRIGENTES el pasado mes de abril de los peligros de la guerra cibernética. Y reconoce que va a más, no tiene límites. ¿Qué le parece que Anonymous haya declarado la guerra al Estado Islámico? ¿Cree que pueden ‘hacerles daño’ cibernéticamente hablando? Primero hay que descifrar qué facción de Anonymous […]
Dirigentes Digital
| 19 nov 2015
Ramos ya advertía en una entrevista en DIRIGENTES el pasado mes de abril de los peligros de la guerra cibernética. Y reconoce que va a más, no tiene límites.
¿Qué le parece que Anonymous haya declarado la guerra al Estado Islámico? ¿Cree que pueden ‘hacerles daño’ cibernéticamente hablando?
Primero hay que descifrar qué facción de Anonymous ha sido. Dentro de esta organización, hay grupos muy preparados que pueden hacer mucho daño, pero hay otros que sólo hacen "Bla Bla Bla", sin más… En cualquier caso, Anonymous suele posicionarse sobre las injusticias, como hizo contra la pedofilia en Internet. Este es otro ejemplo de gran injusticia, y me parece muy oportuna su acción.
Todos los países están reforzando sus medidas de ciberseguridad. ¿Hasta qué punto es sensible Internet a la hora de cometer un atentado?
Internet es una Red que se creó hace mucho tiempo, es insegura, es una ‘low cost’. Lo que ha ocurrido es que hemos "enganchado" a la Red servicios vitales para nuestra vida. Y encima sabemos que es una Red insegura. Hoy en día, no es complicado atentar en Internet. Es cierto que las personas que cometen delitos cibernéticos están muy coordinados entre ellos, pero los atentados del siglo XXI están muy relacionados con Internet.
¿Están las potencias mundiales preparadas para esto?
Los países que están considerados potencias mundiales, esto es: Estados Unidos, Rusia, Israel y China, sí están preparados y protegidos cibernéticamente hablando. Un segundo grupo, en el que entraría Reino Unido, Corea, Alemania y Francia, también lo estaría, aunque sería sensiblemente más débil que el primer grupo. Y luego hay un batiburrillo de países que lo están mucho menos, y ese listado de países se diluye hasta el infinito.
A la hora de reforzar la ciberseguridad, ¿qué hay que vigilar? ¿Qué es más sensible a la hora de atacar?
Teniendo en cuenta que hemos conectado prácticamente todo a la Red, cada vez es más complicado mantener la seguridad. Hay que definir muy bien cuál es el perímetro que hay que proteger en primer lugar: infraestructuras, logística, energía, banca y finanzas… A partir de ahí, un segundo campo importante sería la sanidad, hospitales… Los países tienen que analizar cuál su perímetro de mayor importancia. No es lo mismo que un ataque deje sin Red a una universidad, que lo haga con un Ministerio de Hacienda.
¿Han recibido ustedes más petición de protección por parte de sus clientes tras estos atentados?
Es muy pronto para evaluar el impacto. Nosotros llevamos con muchos picos de trabajo desde hace mucho tiempo. Nuestros clientes son grandes empresas, instituciones, organizaciones. El ‘alma’ de esas empresas ya es digital, y el miedo a los ataques está desde hace tiempo.
Dicen que la guerra en Internet es como una segunda guerra, aparte de la que se libra en el terreno. ¿Cree que la cibernética es incluso más importante?
Internet ha desatado una guerra en paralelo, no es ni más ni menos importante que la geográfica. Ambas se complementan. Un terrorista puede provocar una guerra cibernética en un país dejándolo sordo, mudo y ciego. Sordo y mudo, cuando le anula sus sistemas de comunicaciones, y ciego, cuando anula sus sistemas de radares. Hoy día, no hay ninguna guerra que no tenga un componente cibernético.
¿Hasta dónde puede llegar la guerra en Internet, qué limites puede sobrepasar y qué puede suponer?
Se puede hacer mucho daño en un mundo ciberconectado. No hay límites. Parafraseando la película "Iron Man", "la paz consiste en tener el mazo más grande que el otro". Bromas aparte, estamos hablando de algo muy serio. La ofensova en Internet viene avisando desde hace tiempo. Quizá los países no han querido darse cuenta de las dimensiones que estaba alcanzado las amplias posibilidades de ataques en la red. Ahora es imparable.