En términos generales, seguimos prefiriendo las acciones a los bonos y mantenemos nuestra confianza en las acciones de la Zona Euro. Además de la fortaleza del crecimiento europeo (respaldado por los últimos datos PMI), la capacidad de respuesta del Banco Central Europeo (BCE) y las valoraciones que ahora han vuelto a su media a largo […]
Dirigentes Digital
| 28 dic 2015
En términos generales, seguimos prefiriendo las acciones a los bonos y mantenemos nuestra confianza en las acciones de la Zona Euro. Además de la fortaleza del crecimiento europeo (respaldado por los últimos datos PMI), la capacidad de respuesta del Banco Central Europeo (BCE) y las valoraciones que ahora han vuelto a su media a largo plazo, pensamos que la divergencia en las políticas monetarias ayudará a que los tipos de la región se mantengan en niveles bajos dentro de un entorno que continuará siendo deflacionario.
Habida cuenta de este escenario, mantenemos nuestra sobreponderación en renta variable europea. Ya habíamos tomado algunos beneficios en noviembre después del fuerte repunte de octubre. Seguimos convencidos de que la renta variable europea, y en especial la de la zona euro, tiene potencial alcista. El ciclo sigue ganando fuerza y las empresas han seguido reduciendo la deuda. En este sentido, seguimos prefiriendo en este momento los valores cíclicos domésticos, ya que las acciones de los bancos deberían beneficiarse más adelante. También nos gusta el tema de fusiones y adquisiciones.
Por su parte en cuanto a renta fija, en el apartado de bonos soberanos, redujimos nuestro peso en los países centrales de la eurozona ya que el mercado ya había descontado un gran movimiento por parte del BCE en su reunión del 3 de diciembre. Sin embargo, mantuvimos nuestras ponderaciones en los países semi centrales de la Zona Euro y en los países periféricos.
En Estados Unidos, la curva de rendimiento ya ha descontado tres subidas de tipos de interés. Aun así, hemos mantenido nuestro sesgo negativo debido a que el mercado aún podría estar expuesto a cambios de mayor envergadura en la parte larga de la curva después de la subida inicial de tipos por parte de la Fed. Para protegernos contra esta eventualidad, hemos comenzado a adoptar posiciones largas en bonos ligados a la inflación. También nos gusta la deuda de mercados emergentes en divisa extranjera.
En deuda corporativa, seguimos siendo optimistas respecto a los diferenciales de las emisiones, por ejemplo en la deuda de alto rendimiento, teniendo en cuenta las perspectivas alentadoras de las compañías europeas.
Benjamin Melman, director de asignación de activos y de deuda soberana en Edmond de Rothschild AM (France).