"Los inversores han interpretado los movimientos financieros y de las commodities como señales de la salud económica mundial", señala David Rees, de Capital Economics. Esto es "particularmente cierto en el caso de China, donde los datos oficiales despiertan suspicacias y muchos creen que se encamina hacia un ‘aterrizaje forzoso‘". Sin embargo, al final las cifras […]
Dirigentes Digital
| 05 feb 2016
"Los inversores han interpretado los movimientos financieros y de las commodities como señales de la salud económica mundial", señala David Rees, de Capital Economics. Esto es "particularmente cierto en el caso de China, donde los datos oficiales despiertan suspicacias y muchos creen que se encamina hacia un ‘aterrizaje forzoso‘".
Sin embargo, al final las cifras y los indicadores reales son los que mandan. Si echamos un vistazo al pasado, vemos que el MSCI Emerging Markets Index cayó antes del estallido de la crisis financiera asiática de finales de los 90 y también de la reciente crisis financiera mundial. Ahora bien, el selectivo se hundió también durante 2011, sin crisis posterior, aunque sin con cierta reducción del crecimiento durante el periodo, "aunque probablemente se derivará más de la desaceleración estructural general que se inició en 2010". Y, recuerda, coincidió con la huida del riesgo derivada de la crisis de Grecia.
Sí, reconoce este experto, puede que la debilidad del crecimiento haya jugado un papel en la reciente caída bursátil. "Después de todo, nuestros trackers del PIB emergente muestran que hubo una fuerte pérdida de momentum a comienzos de 2015, cuando la renta variable comenzó a caer". Con todo, añade, "hay razones para pensar que la actual ola de ventas ha ido demasiado lejos (…) nuestros indicadores muestran que, a pesar de cierta debilidad, no hay señales de la crisis económica que muchos temen".
En consecuencia, concluye, "no estamos en medio de otra gran crisis de los mercados emergentes, hay espacio para que la Bolsa registre sólidas ganancias a media que el sentimiento mejore"
Coinciden con la llamada a la calma que hacía Mark Mobius, de Franklin Templeton, a principios de año, cuando señaló que "muchos de los factores tras las recientes turbulencias son temporales", mientras que hay temas que invitan al optimismo para el largo plazo. "La mayor fuente de riesgo que vemos en el comportamiento de los emergentes para 2015 son los acontecimientos imprevistos, tanto geopolíticos como económicos", reconocía. Si bien, los "peligros" más conocidos ya han sido ampliamente descontados por los precios del mercado, "los inversores tienen a reaccionar negativamente a las sorpresas y estos países se suelen llevar la peor parte de la ‘huida el riesgo’ en estas ocasiones".
Sí, afirmaba, la volatilidad puede ser "inquietante, pero nuestro objetivo es mirar más allá del corto plazo para encontrar e invertir en los líderes de crecimiento que, bien gestionados, ofrecen valoraciones atractivas" y que han sufrido un castigo excesivo.
De momento, algunos países de Asia son vistos con mejores ojos por el mercado que Latinoamérica, que ha sufrido más con la caída de los precios del petróleo y la inestabilidad política en muchos países de la zona. Sin embargo, los expertos consideran que las valoraciones se han vuelto muy atractivas, "y una vez que los productos básicos muestren signos de estabilización, los inversores podrían comenzar a buscar oportunidades de valor".
A la hora de acceder a estos mercados, desde NN Investments Partners mantienen una preferencia por la deuda en divisa fuerte (hard currency) sobre la moneda local. Y dentro de moneda fuerte, prefieren bonos soberanos sobre corporativos, especialmente en la parte asiática.